En un alarde de extrema sensibilidad y afán de convivencia, como es su inveterada y desapacible costumbre, y al revés te lo digo para que me entiendas, el ínclito presidente del gobierno español se permitió invocar el miércoles desde Nueva York a la mayoría silenciosa de la sociedad española. Mi reconocimiento a la mayoría de los españoles que no se manifiesta, que no sale en las portadas de prensa y que no abre los telediarios, dijo textualmente. Con ello parece que oponía y enfrentaba al resto de la sociedad con los miles de manifestantes que el día 25 se concentraban en una protesta pacífica y activa en las proximidades del Congreso de los Diputados. Conocida y bien vista -hasta por esa mayoría silenciosa- fue la acción represiva del Gobierno, con la consiguiente secuela de heridos y detenidos. Posteriormente, tanto desde el gobierno como desde su partido, llegaron los intentos de desacreditar la protesta, culpabilizar a los manifestantes y desfigurar los mensajes de los reunidos.
Pero en estos tiempos corren puñados de vídeos, imágenes de televisión y fotografías que hablan más que mil demagogias y falsedades. El señor presidente, ese mismo del puro y las bocanadas de humo y felicidad, se paseaba el mismo día de escándalo nacional por Wall Street en su peregrinación jacobea hacia el sagrado Templo del Dinero y la Cotización Bursátil Mundial. No sé si antes o después de haber dado lecciones de estrategia internacional y directrices para la paz entre los pueblos en la corte de la ONU. Por cierto, tanta comicidad cínica tuvo un puntito: cierto periodista norteamericano le preguntó cómo calificaría la situación política que está viviendo España. Su respuesta fue: fascinante. Desde luego, ¿qué cabe esperar de un personaje que despilfarra el lenguaje o lo utiliza para desfigurar la realidad?
De todo lo que ha salido en los medios estos días me ha parecido sumamente ingenioso y expresivo este artículo de ficción que sale en el medio digital eldiario. es ( http://www.eldiario.es/ ) Lo copio y pego para mayor difusión del mismo.
LA MAYORÍA SILENCIOSA
(entrevista exclusiva)
por SinsentidoComún
Nos encontramos con “La Mayoría (o Masa) Silenciosa” en un local cualquiera de una calle cualquiera de una ciudad cualquiera de un universo paralelo cualquiera. La “Masa Silenciosa” parece llevar rato sentada cuando el equipo de Sinsentido Común entra en el local desértico donde hemos quedado. Nos espera tomando un vaso de agua y tomando apuntes invisibles en unas cuartillas completamente en blanco.
Sinsentido Común: Perdona, llegamos tarde. Es que llevamos una semanita...
(La “Masa Silenciosa” sonríe, o eso parece)
Sinsentido Común: ¿Qué tal?
Masa Silenciosa: Bueno... No sé.
Sinsentido Común: ¿Qué te pasa?
Masa Silenciosa: Nada, no. Soy así. Tengo un poco de frío, si acaso.
(La “Masa Silenciosa” sonríe seriamente)
Sinsentido Común: El Presidente del gobierno ha hablado de ti en su viaje a Nueva York. Ha alabado tus virtudes.
Masa Silenciosa: ¿Si? No sé. No estaba escuchando. Me disperso a veces.
Sinsentido Común: ¿Qué estabas haciendo?
Masa Silenciosa: Nada.
(Lo dice con orgullo, mirando al infinito. Miramos hacia allá. Efectivamente, no hay nada)
Sinsentido Común: ¿Qué opinas de lo que está pasando?
Masa Silenciosa: ¿Dónde?
Sinsentido Común: En España.
Masa Silenciosa: No sé, ¿pasa algo?
Sinsentido Común: Bueno, precisamente el presidente ha valorado muy positivamente tu no-labor, tu savoir no-hacer, tu impecable no-presencia... En la mísimisima sede de la ONU.
Masa Silenciosa: (deletrea para sí, musitando) O-N-U.
Sinsentido Común: Dice que tú eres la única en estar a la altura de la gravedad.
Masa Silenciosa: ¿Qué altura? ¿Qué gravedad? Yo no sé nada.
(Nos quedamos mirando. Por un momento tenemos la sensación de que la “Masa Silenciosa” se disuelve en el aire)
Sinsentido Común: Oye, ¿tú votas?
Masa Silenciosa: Depende. A veces sí... Si puedo. Otras no.
Sinsentido Común: ¿Qué te motiva?
Masa Silenciosa: ¿Qué significa “motivar”?
Sinsentido Común: ¿Hay algo que te guste en especial?
Masa Silenciosa: El silencio.
(Y el Silencio vuelve a instalarse en la sala)
Sinsentido Común: ¿Qué esperas de la vida?
Masa Silenciosa: Lo que me dé.
Sinsentido Común: ¿Tienes miedo alguna vez?
Masa Silenciosa: Me molesta el ruido.
Sinsentido Común: ¿Cómo te hace sentir?
Masa Silenciosa: No sé. Mal. Me agobia un poco.
Sinsentido Común: ¿Que harías al respecto?
Masa Silenciosa: Nada. No es para tanto.
Sinsentido Común: Bueno. Pues muchas gracias.
Masa Silenciosa: ¿Por qué?
Sinsentido Común: Por tu tiempo, por la entrevista.
Masa Silenciosa: Ah, sí... Se me había olvidado. A veces olvido las cosas.
(Nos vamos hacia la puerta con sensación de desconcierto. De pronto, nos damos la vuelta y le preguntamos...)
Sinsentido Común: ¿Estás triste?
(Se encoge de hombros)
Sinsentido Común: ¿Te alegra que el presidente hable de ti?
(La Masa Silenciosa mira hacia nosotros, hay un gesto extraño en su cara. ¿Es rabia? ¿Es alegría?)
Masa Silenciosa: Hasta ahora no parecía que yo le importara mucho, ¿no?
(Le sonreímos. Creemos que nos sonríe. Salimos a la calle)
[Disclaimer: Esta entrevista es FALSA, la Masa Silenciosa también y Rajoy es, según recientes investigaciones del MIT, lo más cercano a la anti-materia que se despacha en persona. Todo es relativo. Para unos más que para otras. Y en los tiempos de la redes casi todas las personas pueden conversar en pie de igualdad menos esos entes llamados "los políticos", quienes prefieren interlocutar con el silencio. El silencio, por cierto, tampoco existe.]
* Las imágenes, salvo la última, pertenecen a las obras "Bienvenido al mundo y "Dinero", de Miguel Brieva, http://www.clismon.net/ .
* La viñeta final es de Manel Fontdevila aparecida en eldiario.es . http://www.manelfontdevila.com/