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jueves, 28 de marzo de 2013

¿Deutschland Über Alles? (O un artículo censurado de Juan Torres)




Sin pretender tener una posición antigermana en el sentido cultural, y dadas las circunstancias de castigo que se están precipitando contra los países sureños de Europa, si se puede y conviene disentir de una política que más parece una disciplina de hierro cuando no una tomadura de pelo monumental. La que mantiene principalmente Alemania, o acaso habría que decir Merkel, o acaso ambos, si es que la jefa de gobierno se halla respaldada con amplitud. Y aunque el tema sea discutible no hay que renunciar a debatir sobre el fondo de la cuestión.

Recientemente, el economista Juan Torres había publicado un artículo en la web de El País titulado Alemania contra Europa. Como ya sucedió hace un mes con otro artículo de Miguel Ángel Aguilar, ha sido censurado por el citado diario. No me resisto a publicarlo aquí, de igual modo a como han hecho otros blogueros. Se puede estar o no de acuerdo con sus ideas, opiniones o críticas, pero nos parece necio ejercer la censura a esta alturas del numerito que está montado en la Unión Europea.




ALEMANIA CONTRA EUROPA
Juan Torres


"Es muy significativo que habitualmente se hable de “castigo” para referirse a las medidas que Merkel y sus ministros imponen a los países más afectados por la crisis. 

Dicen a sus compatriotas que tienen que castigar nuestra irresponsabilidad para que nuestro despilfarro y nuestras deudas no los paguen ahora los alemanes. Pero el razonamiento es falso pues los irresponsables no han sido los pueblos a los que Merkel se empeña en castigar sino los bancos alemanes a quienes protege y los de otros países a los que prestaron, ellos sí con irresponsabilidad, para obtener ganancias multimillonarias. 

Los grandes grupos económicos europeos consiguieron establecer un modelo de unión monetaria muy imperfecto y asimétrico que enseguida reprodujo y agrandó las desigualdades originales entre las economías que la integraban. Además, gracias a su enorme capacidad inversora y al gran poder de sus gobiernos las grandes compañías del norte lograron quedarse con gran cantidad de empresas e incluso sectores enteros de los países de la periferia, como España. Eso provocó grandes déficits comerciales en éstos últimos y superávit sobre todo en Alemania y en menor medida en otros países. 




Paralelamente, las políticas de los sucesivos gobiernos alemanes concentraron aún más la renta en la cima de la pirámide social, lo que aumentó su ya alto nivel de ahorro. De 1998 a 2008 la riqueza del 10% más rico de Alemania pasó del 45% al 53% del total, la del 40% siguiente del 46% al 40% y la del 50% más pobre del 4% al 1%. 

Esas circunstancias pusieron a disposición de los bancos alemanes ingentes cantidades de dinero. Pero en lugar de dedicarlo a mejorar el mercado interno alemán y la situación de los niveles de renta más bajos, lo usaron (unos 704.000 millones de euros hasta 2009, según el Banco Internacional de Pagos) para financiar la deuda de los bancos irlandeses, la burbuja inmobiliaria española, el endeudamiento de las empresas griegas o para especular, lo que hizo que la deuda privada en la periferia europea se disparase y que los bancos alemanes se cargaran de activos tóxicos (900.000 millones de euros en 2009) 




Al estallar la crisis se resintieron gravemente pero consiguieron que su insolvencia, en lugar de manifestarse como el resultado de su gran imprudencia e irresponsabilidad (a la que nunca se refiere Merkel), se presentara como el resultado del despilfarro y de la deuda pública de los países donde estaban los bancos a quienes habían prestado. Los alemanes retiraron rápidamente su dinero de estos países, pero la deuda quedaba en los balances de los bancos deudores. Merkel se erigió en la defensora de los banqueros alemanes y para ayudarles puso en marcha dos estrategias. Una, los rescates, que vendieron como si estuvieran dirigidos a salvar a los países, pero que en realidad consisten en dar a los gobiernos dinero en préstamos que pagan los pueblos para traspasarlo a los bancos nacionales para que éstos se recuperen cuanto antes y paguen enseguida a los alemanes. Otra, impedir que el BCE cortase de raíz los ataques especulativos contra la deuda de la periferia para que al subir las primas de riesgo de los demás bajara el coste con que se financia Alemania. 




Merkel, como Hitler, ha declarado la guerra al resto de Europa, ahora para garantizarse su espacio vital económico. Nos castiga para proteger a sus grandes empresas y bancos y también para ocultar ante su electorado la vergüenza de un modelo que ha hecho que el nivel de pobreza en su país sea el más alto de los últimos 20 años, que el 25% de sus empleados gane menos de 9,15 euros/hora, o que a la mitad de su población le corresponda, como he dicho, un miserable 1% de toda la riqueza nacional. 

La tragedia es la enorme connivencia entre los intereses financieros paneuropeos que dominan a nuestros gobiernos, y que estos, en lugar de defendernos con patriotismo y dignidad, nos traicionen para actuar como meras comparsas de Merkel."


Recomiendo la explicación que Juan Torres expone al respecto en su blog:

http://juantorreslopez.com/impertinencias/sobre-la-retirada-de-mi-articulo-alemania-contra-europa-de-la-web-de-el-pais/


(Juan Torres López)


* La imagen de cabecera es de John Heartfield.
* Las tres que hay a continuación son de DGTLK   http://www.dgtlk.net/index.html


15 comentarios:

  1. Suscribo tu entradilla y el artículo de Torres. Groso modo, es así como están las cosas. Pero, he de reconocer que me sorprende el burdo sesgo inquisitorial que está adoptando "El País". Hace poco, dicho periódico censuró también una entrevista realizada al artista y activista Santiago Sierra, en la que éste exponía su cruda visión de la realidad político-social que padecemos. Afortunadamente, al igual que tú, ha habido internautas (entre los cuales me encuentro) que han publicado dicha entrevista.
    Parece, pues, que esa disciplina de hierro que mencionas se cierne despótica y exigente, sin preocuparse ya por las apariencias, sobre los más recónditos albeolos de los medios de comunicación. Esa política y esa disciplina tienen un calificativo que me abstendré de mencionar por no abusar de él, pero que cualquiera puede deducir. Y si no lo deducimos, peor para nosotros, porque no sólo acabaremos aceptando el peor de los recortes, que es el de la libertad, sino dando por inevitable y "normal" una realidad construida e impuesta por la insaciable oligarquía financiera que está corroyendo a Europa. No existen "nuestros gobiernos", estamos en manos de corporaciones invisibles, las que urden, con "disciplina de hierro" y la complicidad institucional, esta "tomadura de pelo monumental".

    Un saludo y gracias por la oportunidad de comentar.

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    1. Tienes razón. El peor recorte es el de la libertad (con ser malos todos los demás) No hay ningún medio informativo totalmente independiente. Hay una parte vocera y correveidile amplia que mantiene posiciones absolutamente de servicio a los amos y otra con ciertos márgenes informativos y de criterios que pensé que era más extensa. Parece que hay determinados temas que son considerados no solo por El País sino por el resto de los grandes medios como tabú y ya vemos cómo se fiscalizan o se censuran opiniones. Participo de tu visión: no existen nuestros gobiernos, han sido sobrepasados por fuerzas y políticas superiores y aparentemente invisibles, es cierto. Se mantienen los gobiernos, los parlamentos y demás para dar sensación de normalidad o de normalización constituyente. Seguir así es una falacia, pues no cabe esperar sino sumisión o entrega a las tinieblas exteriores.

      Un saludo, puedes comentar con libertad cuanto gustes.

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  2. Excelente artículo. Alemania creó el Euro. y la Eurozona, para ampliar "su" mercado...incluso financió a los países periféricos comprando su Deuda Pública para posibilitar que le sigan comprando...y ahora, viendo su catastrófica gestión económica de este "invento"...los ciudadanos pagan las consecuencias !

    Un cordial saludo
    Mark de Zabaleta

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    1. Lo que no sé es hasta qué punto el resto de Europa tragará con esta fiscalización alemana de las políticas de los 27. Todo indica que se va a configurar a la fuerza un estado de las sociedades y de los aparatos productivos, financieros y fiscales de estas en función de intereses alemanes consentidos y consensuados por los demás. No sé, cuesta ver toda su dimensión. Es todo tan magmático como impreciso.

      Pero lo que dices: ¿quién pagará las consecuencias? Recuerda el poema de Brecht. Un saludo grande.

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  3. Magnífico artículo que copio para mostrarlo a algunos familiares que todavía manejan algunas dudas. En cuanto a "El País", cada vez me arrepiento menos de haberlo dejado de comprar y de leer.

    Un saludo.

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    1. La cuestión, Emilio, es que de quiosco no queda nada potable si prescindimos de El País (y este medio con todas sus contaminaciones) Yo últimamente leo otras cosas por la red, pero hay que seleccionarlas. Vaya panorama. Va a quedar solo prensa para fanáticos y para tontos, porque la que hay en provincias...se las trae.

      Un abrazo.

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  4. Es desalentador enterarse de que El País practica la censura a este artículo, supongo que molesta porque argumenta sus razonamientos y no es una crítica infundada, ya que no ofende el que quiere sino el que puede. Parece que últimamente vivimos en la ambigüedad, todo son mediastintas y ya ni siquiera los periódicos son capaces de seguir una línea, es decepcionante.
    Gracias por mostrarnoslo. Un saludo.

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    1. Coincido contigo, Ana. Siempre me queda la duda de si no seremos demasiado ingenuos desde fuera. La ambigüedad no lleva precisamente a la clarificación de las situaciones y si lo que espera en el futuro es el todo vale por aquello de evitar males mayores (es lo que se nos dice, aquí, en Portugal, en Chipre...) pues adiós a a la virtud política y por lo tanto qué peligro en la merma de la Democracia.

      Saludos.

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  5. Buena duda, Jerónimo. Ese medio y, en general, toda la empresa ha reculado mucho. Esa expansión americana en su doble vertiente (primero con el Huftington Post y ahora con la edición latinoamericana) sospecho que exige un precio político.

    Gracias por expresarte.

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  6. A veces da la sensación de que no hemos avanzado nada. ¡Triste!

    Aprovecho para decirte que ayer mencionés tu blog en mi apunte sobre Castilla y el 23 de abril, espero que con acierto.

    Un saludo.

    http://enarchenhologos.blogspot.com.es/2013/04/castilla.html

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    1. Enric, qué me vas a contar. Lo que ocurre es que los caminos de la Historia son laterales, inextricables y nada directos a ninguna parte. Y por lo tanto, laberínticos, nada fáciles de interpretar y menos de asumir a toro pasado.

      He contestado en tu blog a tu detallista y acertado post. Aunque personalmente tengo el escepticismo tan a flor de piel que me abstengo de celebración, le resto sentido (para que tenga sentido la gente tiene que concedérselo) al símbolo y creo en el buen hacer del día a día. No valoro tanto las grandilocuencias de los políticos de la transición y post (no las valoro nada) como aquello que veo que las gentes son capaces de hacer en su tejido social día a día: asociación, asociación y asociación.

      Sin asociacionismo, mareas, expresión y debate escrito y oral el pasado cuenta y el futuro no se construye. Mi reconocimiento a las minorías que perseveran, no son tantas en Castilla como en Cataluña, pero de ellas será la República del futuro.

      Habría muchas cosas que preguntarse y espero que algún día podamos comentar y debatir sobre ellas, Enric. Y no tardando mucho.

      Gracias y un abrazo.

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    2. Así lo deseo, Juan. No me duele tanto el desmoronamiento del sistema, de la clase política y la crisis que conlleva como el discurso que se esgrime a modo de cortina de humo, pero que cala en la gente. La poca cultura democrática de este país se ve cuando oyes repetir en la calle los odios que los desaprensivos sueltan en los medios de comunicación. La única realidad que conoce la gente es la de los voceros.

      Sobre los símbolos, opino exactamente igual que tu. Acudir a la Historia era sólo un recurso.

      Un abrazo.

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    3. Es un consuelo y un acicate escuchar una sensatez como la tuya. Muchas gracias. Un abrazo.

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  7. Está muy claro de qué parte se encuentra cada uno. Más allá de los vanos discursos, los hechos cantan. Abrazos.

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    1. Tal parece, pero a uno le cuesta interpretar la canción en todas sus notas. Gracias, Salomé.

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