hoy es siempre todavía

lunes, 25 de marzo de 2013

Las malas cuentas del Gran Capital




Las famosas cuentas del Gran Capitán se ponen como ejemplo de hipérbole, esa figura literaria retórica que proporciona una visión exagerada y desfigurada de las cosas. Las guerras y la paz que siempre anda preparándose para la guerra (el permanente armamentismo de los Estados) exigen siempre grandes inversiones económicas que, a su vez, pueden ser despilfarro, bien bajo la forma de material obsoleto o de material destrozado por el enemigo. Las campañas militares que el llamado Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, realizó con éxito para los Reyes Católicos tuvieron su coste correspondiene y es de suponer que elevado, teniendo en cuenta los propósitos de conquista de la realeza. La tesorería de la Corona proporcionaba ingentes cantidades pero también las controlaba, por lo que era lógico que  pidieran cuentas de los gastos. Pero parece ser que al caudillo militar le cayó mal que lo hicieran. La Corona le dirigió en 1506 el siguiente


 Cargo 

"Ciento treinta mil ducados remitidos por primera partida.
Ochenta mil pesos por la segunda.
Tres millones de escudos por la tercera.
Once millones de escudos por la cuarta. 
Trece millones de escudos por la quinta." 

Con una altanería que supongo que le granjearía divergencia con los reyes, el Gran Capitán remitió a la Corona este otro 

 Descargo

"Doscientos mil setecientos treinta y seis ducados y nueve reales en frailes, monjas y pobres para qué rogasen a Dios por la prosperidad de las Armas Españolas. 
Cien millones en palas, picos y azadones.
Cien mil ducados en pólvora y balas.
Diez mil ducados en guantes perfumados para preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de los enemigos tendidos en el campo de batalla. 
Ciento setenta mil ducados en poner y renovar campanas, destruidas con el uso continuo de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo. 
Cincuenta mil ducados en aguardiente para la tropa en un día de combate. 
Millón y medio de ídem para mantener prisioneros y heridos. 
Un millón en misas de gracias y Te Deum al Todopoderoso. 
Tres millones en sufragios para los muertos. 
Setecientos mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados en espías, y... 
Cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el rey pedía cuentas al que le ha regalado un reino." 




La verdad es que esta bufonada no tiene precio en el planeta del humor. Es descabellada y a la vez jocosa. Parecería lejana si no tuviéramos a mano la actualidad de un país tan esperpéntico donde ya no se sabe qué es verdad y qué mentira. ¿Citamos algunos ejemplos de todos conocidos? Cajas de ahorros quebradas, que mantenían por otra parte sumas fabulosas en sueldos de sus directivos además de una gestión dudosa, víctimas de una política crediticia a troche y moche cuando el boom de la construcción ofrecía una expansión ilimitada a todos los sectores involucrados. Bancos con cantidades de bienes inmuebles que no dan salida y que son insuflados de recursos por el gobierno, compensando así sus problemas de liquidez. 




Comunidades autónomas en difícil equilibrio y cuya quiebra sería una caída dominó sobre otras. Municipios sin recursos, donde el despilfarro, la ostentación y gestiones deficitarias han estado a la orden del día. Tramas de corruptos vinculados al partido que gobierna y algún personaje que otro que se ha aprovechado de su imbricación en la Casa Real, cuyos tentáculos para sacar provecho y ganancias millonarias han estado extendidas por muchos territorios. Presidentes y vicepresidentes de la gran patronal CEOE con comportamiento delictivo y que nos decían a los demás cómo debíamos comportarnos para sanear el país (aquí, risas) El fraude fiscal de las grandes fortunas y sus evasiones de divisas. Obras públicas faraónicas,  infrautilizadas u obsoletas en origen, hijas de una mentalidad provinciana por aquello de que todos queríamos tener de todo. 




Para qué nombrar más, si todos estamos al tanto y los telediarios y los periódicos se hacen eco sobrado de esa práctica alocada de las últimas décadas. Si España no estuviera en la UE es probable que todos esos sectores del Gran Capital se justificaran al estilo del Gran Capitán, en plan despreciativo y altanero, y costeándose su vida a cuenta de los humildes. Pero el marcaje durísimo de ese Gran Poder cuya configuración se está cerrando en Europa no entiende ni de pasados, ni de favores, ni de quiebras. Lo quiere todo, todo y todo, nuevecito, limpio y recuperado porque el Nuevo Orden Mundial lo exige. Por supuesto, con muertos y heridos en esta batalla entre riqueza y pobreza que aquí va llegando día tras día. Grecia y Chipre han sido torpedeados y humillados y está por ver donde para la ofensiva. 




Lo hiperbólico español reside en todos los castillos en el aire que el dinero fácil y abundante ha estado levantándose durante años para beneficio de una minoría. Mientras, el modelo productivo español anda a la deriva. ¿Nos espera un futuro de subsidiarios de las potencias europeas? De momento, figuras como la del buen hombre superviviente que cierra este artículo, vendiendo de tal guisa pero con obvia nobleza regaliz de palo por la calle, puede empezar a ser algo habitual y no solo paradigmático. Y cada día más extendido.





* Las fotografías en blanco y negro son obra de Misha Gordin.  http://www.bsimple.com/

* La última fotografía está toma del blog http://letrasdenada.blogspot.com.es/


11 comentarios:

  1. Magnífico artículo y extraordinarias fotos.
    Un saludo.

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    1. El tema es agrio y no creas, pero a fuerza de aguantarlo y de repetirnos todos los días las mismas cosas llega un momento que no sé si me siento impotente o asqueado, o ambos estados de naturaleza animal. Y no quisiera estar obsesionado, pero tiene tela el asunto. Tengo claro que en el futuro mi lectura de la Historia en general y de la de España en particular será muy diferente. De hecho creo que hasta mi método de conocerla está variando.

      Un saludo, Loam.

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    2. Es cierto, el tema es agrio y amargo. Yo he tenido la fortuna de vivir en muchas regiones de este país (y digo fortuna porque a pesar de todo este es un hermoso país) y he podido comprobar el daño enorme que siglos de tiranía y sinrazón han obrado (y siguen obrando) sobre él y sus gentes.

      No he comprendido bien qué es lo que quieres decir cuando afirmas que tu lectura de la Historia en general y de la de España en particular será muy diferente, me gustaría saber por qué, si no es mucho pedir.

      Gracias, y un cordial saludo.

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    3. Es una intuición. Y una autopropuesta. Por una parte, voy a ser más riguroso en tratar de entenderla y menos benévolo con algunos de sus protagonistas (sociales y políticos) Por otra, que ahora empiezo a entender mejor muchas cosas del pasado más próximo; de la misma manera que desde hace años voy comprendiendo el drama histórico español, y lo que aconteció hace setenta y seis años. No sé, acaso me perturba una sensación de que las cosas van a precipitarse, por la presión europea sumada al estado de situación a la que hemos ido llegando , y que todo el continente va a manifestarse como una olla de alcance impredecible.

      Por supuesto, participo contigo en lo del hermoso país, y aunque no maticemos ahora creo que te entiendo, nos entendemos. Pero hay mucho canalla y mucha canallada que creen que son los patrimonialistas del país y han envenenado mucho el ambiente. Y hay que impulsar más una visión cultural moderna, yo creo, no vivir solo de ecos de las tradiciones para el calendario turístico. Pero supongo que todo eso vendrá por añadidura, con sus características nuevas y sus resistencias. Gracias.

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  2. Y habrá quién aún defiende el sistema económico que ha hecho posible semejante descalabro!
    Saludos.

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    1. Pero su complejidad es una telaraña que nos tiene atrapados. Y la alternativa no llega, ni aquí ni en ningún lado, por la mera voluntariedad ni por las ganas de una alternativa. Un abrazo.

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  3. Hacía tiempo que no pasaba a hacerte una visita y el título me ha llamado la atención.
    El Gran Capitán fue y es, el prototipo del orgullo y del honor español, de esa chulesca postura en que alguien, por el simple hecho de cumplir con su deber, cree que no debe de rendir cuentas a nadie, porque pertenece a una "casta" de intocables que están por encima del bien y del mal. De ahí ha derivado en gran parte ese apego al honor patrio y al orgullo de ser por haber nacido y no por habértelo merecido.
    De todos los modos, la degeneración histórica (en especial en los últimos tiempos) ha sido tal, que ya se consideran con ese derecho, no hombres con honor y que hicieron algo por su rey y por su tierra, sino que bien al contrario, se han enriquecido, han hundido a su país, han robado y mentido a sus compatriotas, se conceden a sí mismo privilegios mientras el pueblo pasa hambre, y aún siguen creyendo, que como el Gran Capitán, no tiene que rendir cuentas ante nadie.
    Mofa y escarnio para el pueblo, y a buen seguro, que para el mismísimo Gran Capitán.
    Saludos, y un abrazo.

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    1. Carlos, me alegro saber de ti. Vinculé la imagen chulesca que os ha trasladado la vieja historia con la de ahora. Como ejemplo de hipérbole lo de las cuentas del Gran Capitán puede quedar pequeño respecto a otros que podrían adaptarse ahora mismo con arreglo a toda la miseria patria de algunos facinerosos antipatriotas (lo digo así, porque ellos presumen de lo que carecen)

      Gonzalo Fernandez de Córdoba puede que sea leyenda, no me cabe duda que una altanería sin par, pero ese es un tema entre él y los Reyes de la tan cacareada unidad española. Pero independientemente de sus cargos y descargos es lo que dices: los usurpadores del bien público de las últimas décadas lo superan, sin ni siquiera guerrear.

      El título es El Gran Capital, por broma de léxico, pero todo esto lo que viene a recordarnos es la debilidad de una sociedad que no tiene ni riqueza ni cultura democrática ni muchas ganas de activarse en esa dirección. Excepciones honrosas, por supuesto, personalizadas en parte en cierta izquierda cabal y firme en la denuncia (no precisamente todo lo que se llama izquierda y luego gestiona el sistema) y en los movimientos de base tradicionales existentes desde la Democracia y de nuevo cuño en los últimos tiempos.

      Debate vamos a tener para tiempo. Un abrazo.

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  4. Parece que la historia siempre se repite, en otro contexto, pero con los mismos personajes. Casi a diario soportamos en los telediarios la chulería de la versión actual del capitán y la desvergüenza de los que nos gobiernan.
    Un gran artículo, y muy interesantes las fotografías, un saludo.

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    1. Las circunstancias parecen siempre tan cíclicas que no me cabe duda de que haya elementos que se repitan. Acaso porque la condición de vida y de clases sigue manteniéndose dividida y sumamente desigual...como siempre. Comparto contigo lo de los telediarios: aprendices de brujo que por tener un cargo (se olvidan que han sido votados) se creen propietarios y no dicen más que necedades. Hacer, hacer, lo hacen todavía peor. Menos mal que las videotecas de las emisoras de tv guardan mucho material y algunas emisoras saben sacarlo para poner en entredicho a los politiquillos de la mala y corrupta gestión. Por aquello de que por la boca muere el pez.

      Saludo cordial.

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