hoy es siempre todavía

lunes, 12 de septiembre de 2011

O Historia o leyendas

(Fotografía de Ramón Simón)

“–¿Me perdonaría el ilustre prócer, si le dijese que no he creído el cuento con que nos regaló hace un momento?
–¿Qué cuento? 
–El de la conversión. ¿Puede saberse la verdad? 
–Donde nadie nos oiga, Fray Ambrosio. 
Asintió con un grave gesto. Yo callé compadecido de aquel pobre exclaustrado que prefería la Historia a la Leyenda, y se mostraba curioso de un relato menos interesante, menos ejemplar y menos bello que mi invención. ¡Oh, alada y riente mentira, cuándo será que los hombres se convenzan de la necesidad de tu triunfo! ¿Cuándo aprenderán que las almas donde sólo existe la luz de la verdad, son almas tristes, torturadas, adustas, que hablan en el silencio con la muerte y tienden sobre la vida una capa de ceniza? ¡Salve, risueña mentira, pájaro de luz que cantas como la esperanza! ¡Y vosotras resecas Tebaidas, históricas ciudades llenas de soledad y de silencio que parecéis muertas bajo la voz de las campanas, no la dejéis huir, como tantas cosas, por la rota muralla! Ella es el galanteo en las rejas, y el lustre en los carcomidos escudones, y los espejos en el río que pasa turbio bajo la arcada romana de los puentes: Ella, como la confesión, consuela a las almas doloridas, las hace florecer, les vuelve la Gracia. ¡Cuidad que es también un don del Cielo!…¡Viejo pueblo del sol y de los toros, así conserves por los siglos de los siglos, tu genio mentiroso, hiperbólico, jacaresco, y por los siglos te aduermas al son de la guitarra, consolado de tus grandes dolores, perdidas para siempre la sopa de los conventos y las Indias! ¡Amén!”



(

(Fotografía de Tadeusz Kantor)

La ironía de Valle-Inclán es infatigable. O la oración por pasiva. Desquite agudo de la inteligencia. Creo que lo que pinta Valle-Inclán en este párrafo de Sonata de invierno es el espíritu de hartazgo de nuestros intelectuales sobre la España secular que padecían Valle y los ilustres de la Generación del 98. Aquella preferencia mental entre conocer la Historia o la Leyenda sigue en vigor hoy día. En parte porque no se ha hecho demasiado por divulgar las realidades históricas. Porque la historia pasada se ha vivido como un relato distante y legendario, sentido en la ficción, si bien padecido en las carnes por los pertinentes. Los españoles prefieren no conocer lo que fue, ni el por qué fue ni el cómo corregir en el futuro para no repetir errores. Prefieren las historias a la Historia. No sé si es cosa de todos los ciudadanos o sólo de una parte a instigación de ciertas clases e instituciones que no quieren ver que se les señala con el dedo de la crítica. Que ellos interpretan enseguida como revancha. Pero que un sector amplio de la población prefiere dejarse guiar en y hacia la oscuridad por los próceres de esa clase no me cabe duda alguna. Disponen de los mismos elementos que en el pasado, pero actualizados en función de todos los avances mediáticos. Historiadores de pacotilla y falsarios que cuentan los acontecimientos con arreglo a sus ideologías los ha habido y los habrá. Soportes de nuevo cuño como cadenas de televisión no hacen apenas nada por colaborar en el conocimiento, pues su mentalidad de entretenimiento es siempre más proclive. Las universidades trabajarán en sus departamentos, y creo que se ha avanzado considerablemente, pero la divulgación de las investigaciones se mantiene en el petit comité de los iniciados, sin mayor proyección social. Y las administraciones públicas, suma y gravemente responsables en canalizar u ocultar los conocimientos hacen un flaco favor a la ciudadanía, al saber y a la convivencia del futuro.

(Cuadro de Anselmo Nieto)


Puede resultar más duro aproximarnos a la interpretación de lo que realmente ocurrió en la Historia, siempre que los datos y el hilar de la investigación nos lo permitan, pero es más luminoso cara a mirar hacia adelante. Nunca he entendido muy bien el temor que a mucha gente inspira ver las cosas. Y cómo se refugia en los cuentos y desfiguraciones, simplemente porque resultan más bonitas y como uno desearía que hubieran sido. El bagaje de ideologías, religiones, intereses y costumbres, si bien rancias y poco constructivas, sigue influyendo entre los españoles. Cuando tengo que escuchar a un dirigente de la derecha que se ha desgajado hace poco de su partido madre decir que desde Asturias se va a llevar a cabo la segunda reconquista me pregunto si, aparte de la demagogia del caso, no será que explota burdamente, aunque él cree que buen tino, una idea tradicional y equivocada que prende en la mente de muchos, y más ahora que ya no quedan casi mineros y el alma legendaria de sus gestas apenas hierve en las cuencas. Al mundo del business actual le trae al pairo la Historia porque vive pendiente del negocio de los mercados. Pero a la convivencia y sabiduría de los ciudadanos debería interesar. Una vez más, me ratifico en que palabras como las de Valle-Inclán en su Sonata de invierno, preñadas de sutileza, ironía y crítica velada, están en candelero. Los clásicos nos persiguen como conciencia sana del pasado para recordarnos que acaso muchas pautas y comportamientos apenas han cambiado, o tal vez no para todos en la misma medida.



7 comentarios:

  1. Ay Don Juan de Mairena, aunque no esté el horno para bollos, su entrada me ha arrancado una sonrisa de oreja a oreja. Si es que..... nada, que en esta ocasión comulgo con su apreciación. Una vez perdida la esperanza..... ya nada queda por perder y una vez en ello, contentos que ya no se pueda volver a perder lo que ya se perdió denonadamente en el pasado. Definitivamente muerta la sensación de perdida, perdido todo lo perdible, es estupendo que no quede más por perder ¿o si? Bueno, añadámosle una coletilla de consuelo para quien lo necesite: que al menos sea por un tiempo, lo mas largo posible.
    Beso.

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  3. Juan, pareciera que es mas fácil seguir al líder, al mesías de turno, que enfrentar las realidades y llamar a las cosas por su nombre actuando en consecuencia.
    Siempre es interesante leer a nuestros mayores, como Valle Inclan, nos aportan luces, que buena falta hacen
    Un abrazo desde Caracas.

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  4. Me ha encantado...además la referencia a Valle Inclan da justo en el clavo

    Por cierto soy Pérfida
    Un saludo coleguita

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  5. Emejota, independientemente del trabalenguas que propone, la esperanza no está perdida del todo. Simplemente se halla de mudanzas. Y sin prisas, se puede perder aún tanto...

    Salud.

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  6. María, pues sí, Me temo que es una constante histórica seguir al líder. Aunque para los líderes que hay hoy por el mundo...me quedo con la inercia o con el caos. Desde luego, los Salvadores o Mesías mejor que ni se acerquen. Son los que fraguan el desastre, pero claro, con la base social que les sustenta. Ésta es para mí la preocupante.

    Y tanto que Valle y muchos más nos iluminan, en el mejor sentido de la palabra. Pero están olvidados.

    Gracias por pasarte.

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  7. Me alegro, Pérfida, haz un hueco en tu tiempo y en tus tendencias de lectura y prueba a Valle. Delicioso, te lo aseguro.

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