A veces, las palabras de Juan de Mairena hay que leerlas en clave de futuro, aunque suenen a pasado o incluso al triunfalista -para algunos- presente…”Si algún día España tuviera que jugarse la última carta -habla Juan de Mairena- no la pondría en manos de los llamados optimistas, sino en manos de los desesperados por el mero hecho de haber nacido. Porque éstos la jugarían valientemente, quiero decir desesperadamente, y podrían ganarla. Cuando menos, salvarían el honor, lo que equivaldría a salvar una España futura. Los otros la perderían sin jugarla, indefectiblemente, para salvar sus míseros pellejos. Habrían perdido la última carta de su baraja y no tendrían carta alguna que jugar en la nueva baraja que apareciese, más tarde, en manos del destino.”
Supongo que en este país se ha jugado infinidad de veces últimas cartas, partidas que parecían las definitivas porque no te iban a dejar jugar más. Tiempos en que se prohibieron las partidas democráticas, las reglas libres, el respeto a las opiniones diversas y la tolerancia con cada forma de pensar y de expresarse. A algunos les parece que estamos ante el retorno a no dejar que los juegos para todos cundan de nuevo. Se mantendrán las formas, se dice, tal como este ritual aparente de votar cada cuatro años. Pero en el día a día no se respetará la voluntad social, sino sólo las de la mayoría elegida. Mayoría según la Ley d’Hont, naturalmente. Y en nombre del consenso obtenido, los ganadores de la última partida de cartas, harán lo que les venga en gana. Es una opinión que ya venía extendiéndose en la Red.
De hecho lo hemos estado viendo durante los últimos cuatro años. En las autonomías en que lo vencedores supremos de hoy venían gobernado, han hecho lo que han querido en múltiples facetas de la vida social y política. Las pinzas de sus poderes autonómicos unidas a la falta de colaboración total en el Congreso les ha dado resultado. Si eso es patriotismo, ese patriotismo de que tanto se llenan la boca con sus colores, que venga su dios y lo vea. En función de sus poderes transferidos no han aplicado leyes y normas o han demorado su aplicación esperando precisamente sus buenos tiempos. Estos de ahora, los de su poder absoluto. O absolutista, que es lo que más se huele.
La mayor desafección la veo yo en su falta de colaboración con la sociedad española y en concreto con el Gobierno que ha tenido nuestro Estado. Su táctica ha sido poner pegas, dificultades, no pactar nunca en interés del bien público, apoyar las reivindicaciones reaccionarias en las calles, ni siquiera parece que se alegraran de la derrota de ETA. Y por supuesto, lo más crudo, no echar una mano en los problemas económicos que se ciernen sobre España como sobre cualquier otro país europeo, culpando oportunistamente al presidente en vigor. Han utilizado a la judicatura proclive a ellos para vadear sus corrupciones o perseguir a jueces libres de sospecha. Han estado apoyados por activa y pasiva por su brazo ideológico más seguro, la Iglesia Católica y su Episcopado. Vamos, ¿no recuerda esto a la España Eterna unida en una santa alianza a la que tanto nos acostumbraron en el pasado?
Bueno, pues ya están aquí, tiñendo España de azul. La Democracia, en la que creen cuando les interesa, les ha puesto ahí. Son un bloque de casi once millones de votantes. El resto de partidos supone otros doce millones y pico, pero el espectro es sumamente variado. Como siempre, hay dos Españas, aunque la de izquierdas no es tan numerosa ni tan homogénea. Pero domina una sola, y de qué manera, y la política que hagan va a marcar los próximos años de los ciudadanos. ¿Van a entrar a sangre y fuego, como dice el tebeo del Capitán Trueno? ¿Van a hacer felices a los españoles como predicaba en sus mítines el candidato de la derecha, ya ungido? Señor, que me perdone el noble caballero español de los tebeos de nuestra infancia. Sus aventuras eran liberadoras, dentro de los márgenes que la dictadura permitía, y rompía el esquema gris y patriotero transmitiendo universalidad e ignorando cualquier apología de los preceptos del régimen. El viejo Mairena, de ver lo acontecido hoy, dudaría una vez más de los ejecutivos nuevos que van a venir a contarnos chistes viejos. Así que a prepararse para recibir los leñazos, los hachazos y los golpes de mandoble. Es el sino de los de abajo. Pero ¿para siempre?
¡¡Santiago y cierra España!!, grito del Guerrero del Antifaz y del Capitán Trueno tomado de las tropas en la Reconquista.
ResponderEliminar¡¡Bueno!!, ya han reconquistado el país ¿ahora que? a ¿salvarnos de los moros? o ¿de nosotros mismos?.
Un saludo
Muy bueno, ja,ja, pero en realidad nunca se fueron, ni se irán, ni estos, ni los otros, ni los de más allá. Bs.
ResponderEliminar-como es arriba, es abajo-
ResponderEliminarPregúntate, si en las listas estaban ciertos tránfugas, ciertos complicados en corrupción, ciertos mentirosos...¿porqué tantos
españoles le votan??
...
Ante el hecho consumado, y tal como es el juego de la Oca, volvemos muchos casilleros hacia atrás ¿qué otra historia tienen los que viven de su trabajo?
Abrigo las palabras de D. Juan de Mairena que golpean mi entendimiento y me obligan a no cejar ningún esfuerzo.
saludos para vos
Emilio, eso de salvarnos de nosotros mismos me escalofría un poco. Ya sabes... como lo interpreten a la antigua usanza...Tal vez les estemos dando más importancia de la que tienen, no obstante sus votos. Mantengamos el control. Obliguemos a que la democracia sea efectiva (no quisiera parecer ingenuo)
ResponderEliminarUn abrazo.
Emejota, no sé qué responder. Nadie se va o nadie permanece en el mismo espacio, aunque a veces este país pareciese que no evolucionara. No lo creo, no obstante.
ResponderEliminarOmar, aunque ciertos de esos no fueran en las listas...me da lo mismo...su partido los ha tolerado hasta recientemente y de una manera más o menos oculta permanecen.
ResponderEliminarMe gusta tu símil, el juego de la oca. ¿Sabes que tengo un juego de la oca enmarcado dibujado por José Guadalupe Posada?
Todos estos políticos que tenemos,harán santo a Franco, hemos retrocedido siglo y medio, es increible.
ResponderEliminarPues mira, ya que lo dices, José Vicente. Que el tal Rouco de la Iglesia Católica se haya apresurado a dar su apoyo moral a los nuevos elegidos ya es indicador de algo, ¿no? ¿Qué irán a pedir esta vez?
ResponderEliminarSí, es increíble. Increíble y lamentable.
Lo que resulta frustante y cansina es esta condenación al bipartidismo. Recuerda el funcionamiento binario del pensamiento: bajo-alto, gordo-flaco, blanco-negro...No hay otra opción que, cuando el PSOE ha perdido su aura, le toque al contrario. No hay posibilidad, resulta cuasi utópico, que terceras vías remonten su marginalidad. Al menos están ahí y esperemos que aporten políticamente riqueza de ideas y lúcida oposición al partido triunfante, que lo ha sido, no obstante, sin demasiado acontecimiento.
ResponderEliminarMe adhiero a cada una de las palabras de Juan de Mairena, del Capitán Trueno y a las de tu brillante mirada de la situación pasada, presente y por venir (si es que habrá porvenir...)
ResponderEliminarLo que realmente me asusta es que la mayoría de los españoles los han elegido "democráticamente", lo cual me lleva a pensar que formo parte de una minoría quijotesca, y lo que eran gigantes quizás sean molinos (eso sí, con afiladas aspas más letales que los puños de los gigantes). A muchos nos han convertido en personajes cervantinos que cada vez entienden menos la sensatez de los que se denominan cuerdos.
Habrá que seguir soñando para seguir permaneciendo despiertos.
Brillante tu texto.
Un cordial saludo.
Siempre hay tiempo para otra partida...sobre todo cuando se trata de armar el futuro de una nación. En política nada es definitivo, no hay que olvidarlo.
ResponderEliminarun abrazo
José María. Dos cosas a tu coment enjundioso con el que coincido. Que ese bipartidismo de origen me parece un fraude, pero ¿cómo cambiar de Ley electoral si nellos no la quieren diferente porque no les interesa? Para mí cuestiona esa parte importante de la Democracia que es el sistema electoral, ergo hay un fiasco en el procedimiento que lo convierte en dudosamente (o sin duda) democrático.
ResponderEliminarY espero que las minorías que formen grupo parlamentario sean sesudas y sensatas, imaginativas, con iniciativas que recojan aspiraciones de la sociedad y arrojen algo de luz para el futuro. Con eso me conformo. Que sean capaces de generar debate, interpretación de la información y recaben a sus bases opiniones que sean trasladas al Parlamento.
¿Pido mucho? Un abrazo.
Marisa, tampoco pretendía ser pesimista, sino más bien irónico. Por eso he incluido al héroe favorito de mi infancia, que se puede interpretar dualmente.
ResponderEliminarPor otra parte, no debemos generalizar. Hay más españoles que no han votado al PP que los que les han votado, no obstante la ventaja es que ellos son un bloque único, de momento aguerrido, pero más o menos se mantienen numéricamente como siempre. No han ganado tanto porque hayan crecido en seguidores como por el golpe que se han dado los socialdemócratas y el crecimiento de otros.
Los quijotes no somos una minoría tan exigua, Marisa, pero lo nuestro resulta que no es tan dogmático ni inmovilista como la fe ciega que tienen muchos en la derecha al uso. Yo me siento a gusto con mi libertad de pensamiento y de acción.
Sobre la sensatez y cordura de quienes se consideran como tales...habría que hablar mucho, tiempo hay. Y seguiremos soñando y seguiremos tratando de interpretar la realidad. Un abrazo.
Neo, completamente de acuerdo. De hecho, las partidas se suceden siempre en la historia. A veces, temporalmente quedan aplazadas o adquieren otros tonos (por mor de las dictaduras sangrientas)pero luego se retoman.
ResponderEliminarTu mensaje sencillo es francamente alentador y creo que todos los que comentamos por aquí en la Red vamos recuperando esperanza. No nos dejemos influir por las formas y menos por el fondo de las medidas duras que los vencedores ocasionales aplicarán, usurpando derechos y medios de los ciudadanos. Habrá que hacer frente. Nunca hay nada definitivo ni en política ni en el complejo maremagnum de las relaciones humanas.
Salud y abrazo.
Un buen artículo, de momento la poderosa Angela Merkel, le está poniendo las pilas a Rajoy, y le pide celeridad en las medidas a tomar. No sé si con esas tijeras de podar nos cortaran el flequillo o nos harán un corte de pelo al cero. Supongo que nos dejarán como un cero a la izquierda.
ResponderEliminarSalu2.
Jaj, está bien, Encarni, me gusta ese humor. Habrá que estar preparado para todo, pero yo no voy a poner la cabeza a mano del tajo, si andan tentados a que la pongamos también. Calma. Va a ser un proceso interesante y curioso, del que aprenderemos todos. ¿Sabes? Creo que de cualquier situación vital se renace, siempre que se aprenda. Porque en todos los casos hay mucho de errores propios, no vale echar la culpa a los demás solamente.
ResponderEliminarSalud y fortaleza.
Mucha confianza en el PP no tengo no, económicamente sí que confío más que en el PSOE, a ver si nos salvan los garbanzos y luego para dejan pasar a UPyD que parecen algo más decentes respecto al tema de las autonomías.
ResponderEliminarpues, amigo, clícale una foto y ponla como cabecera de uno de tus artículos
ResponderEliminarsaludos
Sonja. Respeto tu punto de vista, pero me parecen meras percepciones, y a mí me resulta difícil debatir sobre meras percepciones. Me temo que ni la solvencia inmediata depende de ninguna de esas tres formaciones ni un futuro razonable y justo cabe esperar, hoy por hoy de ellas. Debe cambiar más la sociedad para saltar sobre este vacío político y sobre este déficit democrático en el que cada vez nos instalan más para garantizar nuestra sumisión.
ResponderEliminarGracias por pasarte.
Omar, interpreto más bien como una respuesta al comentario de la persona anterior, ¿no?
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