Hoy se cumplen setenta y siete años del asesinato del poeta Federico García Lorca. Qué decir a estas alturas que no esté dicho. Simplemente, invocar el deseo del disfrute: hay que seguir leyendo al poeta. Pues todos bebemos de este poeta. Y ello nos vuelve insaciables. ¿Y si no solo hubiéramos bebido de él los que nacimos después sino que los más antiguos, los que le precedieron, también lo hubieran hecho? No es una ley natural, evidentemente, y parece, por lo tanto absurdo lo que digo. Pero la poesía nunca es una ley natural, ni razonable, ni prevista, ni de obligado cumplimiento. La poesía va en direcciones opuestas al tiempo, desconoce la gravedad o muere en ella, revisa o funda una y mil veces los cantos más antiguos sobre la Tierra. La poesía existe para sortear los regates de Saturno y para que la onerosa tarea del Sísifo que somos cada uno sea algo más liviana.
He elegido un poema de Luis Cernuda para conmemorar a García Lorca. Fueron muy torpes sus asesinos, los alzados en armas contra la legalidad republicana votada. Con su gesto mataron a un hombre, pero no aplastaron su voz. Ni han podido evitar que nuevas voces germinaran siguiendo la secuela de sus huellas.
A UN POETA MUERTO
(F.G.L.)
Así como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por esto te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire.
Leve es la parte de la vida
Que como dioses rescatan los poetas.
El odio y destrucción perduran siempre
Sordamente en la entraña
Toda hiel sempiterna del español terrible,
Que acecha lo cimero
Con su piedra en la mano.
Triste sino nacer
Con algún don ilustre
Aquí, donde los hombres
En su miseria sólo saben
El insulto, la mofa, el recelo profundo
Ante aquel que ilumina las palabras opacas
Por el oculto fuego originario.
La sal de nuestro mundo eras,
Vivo estabas como un rayo de sol,
Y ya es tan sólo tu recuerdo
Quien yerra y pasa, acariciando
El muro de los cuerpos
Con el dejo de las adormideras
Que nuestros predecesores ingirieron
A orillas del olvido.
Si tu ángel acude a la memoria,
Sombras son estos hombres
Que aún palpitan tras las malezas de la tierra;
La muerte se diría
Más viva que la vida
Porque tú estás con ella,
Pasado el arco de tu vasto imperio,
Poblándola de pájaros y hojas
Con tu gracia y tu juventud incomparables.
Aquí la primavera luce ahora.
Mira los radiantes mancebos
Que vivo tanto amaste
Efímeros pasar junto al fulgor del mar.
Desnudos cuerpos bellos que se llevan
Tras de sí los deseos
Con su exquisita forma, y sólo encierran
Amargo zumo, que no alberga su espíritu
Un destello de amor ni de alto pensamiento.
Igual todo prosigue,
Como entonces, tan mágico,
Que parece imposible
La sombra en que has caído.
Mas un inmenso afán oculto advierte
Que su ignoto aguijón tan sólo puede
Aplacarse en nosotros con la muerte,
Como el afán del agua,
A quien no basta esculpirse en las olas,
Sino perderse anónima
En los limbos del mar.
Pero antes no sabías
La realidad más honda de este mundo:
El odio, el triste odio de los hombres,
Que en ti señalar quiso
Por el acero horrible su victoria,
Con tu angustia postrera
Bajo la luz tranquila de Granada,
Distante entre cipreses y laureles,
Y entre tus propias gentes
Y por las mismas manos
Que un día servilmente te halagaran.
Para el poeta la muerte es la victoria;
Un viento demoníaco le impulsa por la vida,
Y si una fuerza ciega
Sin comprensión de amor
Transforma por un crimen
A ti, cantor, en héroe,
Contempla en cambio, hermano,
Cómo entre la tristeza y el desdén
Un poder más magnánimo permite a tus amigos
En un rincón pudrirse libremente.
Tenga tu sombra paz,
Busque otros valles,
Un río donde del viento
Se lleve los sonidos entre juncos
Y lirios y el encanto
Tan viejo de las aguas elocuentes,
En donde el eco como la gloria humana ruede,
Como ella de remoto,
Ajeno como ella y tan estéril.
Halle tu gran afán enajenado
El puro amor de un dios adolescente
Entre el verdor de las rosas eternas;
Porque este ansia divina, perdida aquí en la tierra,
Tras de tanto dolor y dejamiento,
Con su propia grandeza nos advierte
De alguna mente creadora inmensa,
Que concibe al poeta cual lengua de su gloria
Y luego le consuela a través de la muerte.
Tres gigantes de la poesía española: Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y Federico García Lorca.
Pues como tú bien señalas: Qué decir a estas alturas que no esté dicho.
ResponderEliminarY, sí, la voz de Lorca se ensancha y cala en los corazones la gente, mientras el gruñido de sus asesinos se retuerce impotente y deforme, menguando en las oscuras letrinas de la historia.
Lo primero que leí de Lorca:
"El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.
Pero el viejo de las manos traslúcidas dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de su ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios."
Salud y memoria!
Yo pretendía su recuerdo hoy, aunque mucho se haya hablado y manipulado con fines partidistas sobre él, yo lo salvo por lo que nos es útil y necesario. Hoy es un día, porque creo que en el plano general ni dios lee poesía en este país, salvo los perdidos como nosotros.
EliminarFeliz día de recordatorio Federico.
http://youtu.be/0bJE-eB3Vgs
ResponderEliminarBs.
Gracias, Emejota, me pasaré.
EliminarHay en torno a Lorca una especie de *ruido constante* que a mí me disgusta porque es el mismo que el *silencio constante* en torno a León Felipe. "Modado" el uno, "desmodado" el otro de manera simétrica, sin entrar a valorar qué fue lo que pasó de verdad, qué ocurrió en ambas historias. Pero hablar demasiado de alguien y demasiado poco de otros es también injusto; desmesurado. Abusamos de la palabra y lo sabemos. Y cuanto más hablamos, más repetimos y a veces en peor lo que otros ya dijeron. Decía un argentino poco conocido que el que no llora no mama. Hay que evitar la tendencia a rellenarlo todo de palabras,la tentación fácil de que quién llore bonito mamará más y mejor. Me ha venido a la mente una magnífica cita del más-al-septentrión-que-nosotros-y-que-habla-raro, Charles Péguy :
ResponderEliminar""Los que se callan, los únicos cuya palabra cuenta"", que no es el contrario, por supuesto de: Los que hablan, los únicos que engañan y que mienten.
http://www.evene.fr/celebre/biographie/charles-peguy-150.php?citations
Robin, puede que haya ese silencio de unos y ruido de otros, yo desde mi humilde cloaca procuro que no. Pero no por eso desmerece nadie. Es verdad que hay un abuso de la palabra, pero también hay que ver con qué fines. Mi abuso de la palabra es el del eterno descubridor, el que procura asombrarse cada día, sin perseguir ni fines económicos ni de prestigio ni de gaitas. Si otros abusan porque hay merchandising detrás, pues es su problema, o el de las autoridades porque mola para ocultar sus "socialdemocracias" ad hoc o para lavar algo su pasado sangriento de derechas ad hoc, ¿o no?
EliminarLa frase de Péguy es bonita, pero no necesariamente es veredad. Todo tiene sus matices y en esto de la palabra otros cometemos otro ejercicio: dispararla como piedras, con frases ajenas o propias, aquellas para respaldar nuestras ocurrencias. A mí me pasa, lo reconozco humildemente.
Un saludo, se agradece el enlace.
Pero disparar palabras como piedras pasa compensar y para equilibrar es ocurrencia buena; un contrapeso necesario a las líneas oficiales; a la palabra no para desvelar, sino para mantenerse en la poltrona dónde uno está; sea la orilla blanca o sea negra. ¡El gris también existe!
ResponderEliminarPor supuesto, nunca he estado en las líneas oficiales, en todo caso ellos habrán coincidido conmigo, jaj. Yo en las orillas siempre veo maleza, y no en el peor sentido. Pero hay que ir dispuestos a desbrozar. Mundo complejo el de la palabra, como el de la maleza. El gris también existe, no necesariamente para lo malo.
EliminarEscribir bien y escribir útil; una moral de la escritura (Corregido)
ResponderEliminarPara escribir algo bonito métase en un saco de idéntico aspecto un puñado grueso de letras removiendo con gusto y displicencia. Elijáse entonces, con enamoramiento, las que generosamente la palabra formen y decir algo intenten, cuidando que no engorden, que aunque comido hayan, cenen aún más poco, que la salud de todo el por decir se forja en las oficinas de lo esbelto y de lo corto. Y que cansado al fin de remover y de juntar sentidos o de acuñar opciones, los valles y montañas ahí descritos como los mares suaves mezan y no impongan; más que al sediento sin amargor ni complacencia indiquen el camino y de pensar no excluyan; que de buen humorar cuando se pueda sean, con los poderes indóciles se muestren y no fomenten la renuncia ni su sueño. Ni huyan lo real y frenen al incauto.
Bonito texto, Robín. Pero no es fácil ser alquimista. Se escribe, escribimos, como se puede, como podemos. Pero me apunto tus reglas. Gracias.
EliminarDicen que el camino hacia el infierno está empedrado de buenas intenciones. Otra frase de doble filo. No nos compliquemos más de lo necesario. Que la evidente buena voluntad del emisor se encuentre y se funda con la evidente buena voluntad del receptor.
ResponderEliminarSalud.
¡Naturalmente! Has puesto la guinda con acierto, gracias.
Eliminar¿ Cuál de las dos orillas blanca o negra mató a Miguel Hernández ? ¿ Y porqué no se conmemora su muerte ? ¿ O acaso a él no lo mataron ? ¿ quién lo vendió ? ¿ Era Miguel acaso un decidor menor?
ResponderEliminarPercibo cierta virulencia en tu pregunta. No te equivoques, por favor. Yo no soy la diana. Los eufemismos me cansan, y más cuando la verdad es la verdad, lo diga Agamenón o el porquero. Y los hechos fueron los hechos. Y tú sabes por qué Miguel Hernández murió como murió. Sé prudente.
Eliminar¿Y quién mató a Maikovski? Lo digo, por si la respuesta es la de siempre: "No fuimos nosotros, fueron los malos; que son los demás..." L´enfer c´est les autres.
ResponderEliminarEso está bien. Pero yo nunca me he movido en esa respuesta. Siempre tuve claro que si el gran Maiacovski no se hubiera suicidado lo hubieran ejecutado los del poder. Calma, Robín, mucha calma.
EliminarNo hablo contra tí, no te equivoques tú tampoco. Hablo para todo un grupúsculo. El de los quieren dividir España y el mundo entre buenos y malos; los buenos son ellos. Y por ello justamente, terminan siendo lo contrario. Habría que recordar que **la guerra ha terminado**; la guerra civil, al menos; a todos los que la están prolongando artificialmente. Dices : ""Y tú sabes por qué Miguel Hernández murió como murió. Sé prudente."". No, justamente no lo sé: me han dejado fuera de todo. No sé lo que los demás saben. Y no oigo muchas veces nada. Y no entiendo lo que me dicen la mayoría de las veces. Y he olvidado el pasado por completo. Y desconozco el presente y sus verdaderas reglas. No las del derecho, que son naturales, comunes, obvias y entendibles. Ni siquiera sé cuales son las reglas del juego global -no me refiero a tí ni a este blog, ni a los partidos, ni a las naciones siquiera; me refiero a mucho más; y no miento. No sé tampoco la razón verdadera -si la hubiera- por la que mataron a Lorca. No sé quienes eran - su otro y más perenne yo- ni Lorca ni Hernández. Pero vulvo al tema.
ResponderEliminar¿ Porqué no sé recuerda la muerte provocada en la cárcel; de Miguel Hernández ?
Por otra parte he de decir, para quién nos lea de pasada; que no te conozco absolutamente de nada; que no sé quién eres; ni siquiera cuál es la ciudad o pueblo desde el que hablas y que por ello no entiendo lo que quieres decir por "Sé prudente". Yo sólo soy veraz en lo que digo. pero repito que no te conozco, que no sé quién eres; que yo hablo en general. De otro modo no hablaría.
De acuerdo, Robín. No pretendía acalorarte, si es que te he entendido mal pues te pido disculpas.
EliminarY sobre las visiones nihilistas de la vida y de la historia, nada tengo que decir. Solo una puntualización: este país está dividido desde siempre. ¿O es que Machado cuando hablaba de las dos Españas estaba dividiéndola? Respeto tu opinión, por supuesto. El tema no lo vamos a solucionar aquí. Constatar esa división no es fomentarla, al menos no me cabe a mí el hacerlo. Pero creo que no todos están por la labor.
Ni soy nihilista. Ni dije nunca que la literartura fuera o debiera ser alquimia. Lea usted lo que escribo. Y no paso calor, eso es lo que intento. No nos entendemos,hemos terminado; señor.
ResponderEliminarPues no pasa nada. Lamento que te sientas desairado, simplemente, y quedemos en paz.
Eliminar""¿O es que Machado cuando hablaba de las dos Españas estaba dividiéndola?""
ResponderEliminarNo. Machado estaba intentando que no hubieran dos Españas; que es lo que estoy intentando también yo. Nos duele a los dos las divisiones artificiales. Por eso digo que la guerra civil ha terminado. 76 o siete años de guerra con armas reales o bien artificiales, desde 1936, son suficiente confrontación entre la orilla más que blanca y la que sólo es negra; según los que se creen blancos -y mienten que sólo ellos son blancos . Y vice versa. No avanzamos por ello. Pero no es sólo uno de los bandos, el malo y el equivocado. Lo son los dos, lo están los dos. Y ahí es dónde Machado no acertaba como la paloma y como Alberti. Y como el psoe que busca aún la incivilidad guerrera. No sólo eso, están los catalanes que esperan, junto a otros, destruir definitavemente el país. Y dirán además que yo -y otros- les incitamos. De cuando votábamos, hace algún tiempo, engañados por la falsa revolución y por la más que falsa libertad del país vasco; a Herri Batasuna. Hay que evitarlo y pararles ya.
Dice mucho a su favor la actitud que tuvo Don Antonio, sí.
EliminarGracias.
Usted también me parece intolerante.
ResponderEliminarExplico el comentario de ayer a las 23:46. Mi amble anfitrión, en este blog; que no conozco; contesta casi siempre como si no te hubiese leído o como si te hubieran cambiado lo que has escrito por un panfleto. No se lo reprocho, sólo que decidí anoche imitarle.
ResponderEliminarTriste aniversario. El 18 de Agosto de 1936 perdimos a un genio !
ResponderEliminarAsí es, Mark, por eso hay que disfrutar su obra...Y la de Hernández, Machado, Cernuda, León Felipe, etc. etc. Barra libre.
EliminarHola; este poema viene de su primer poemario en el exilio y de su etapa de madurez. Me encanta la imagen de la tierra, elemento casi negativo, y su comparación con "las nubes" (el poemario lleva este nombre, creo que en relación con los poetas.)
ResponderEliminarLo que más me gusta de este texto es el cromatismo verde de FGL, quizás haciendo un juego conceptual con el romance, pero también dentro de la carga semántica del texto, y hay que decir que también del poemario.
Me quedo con este fragmento:
Para el poeta la muerte es la victoria;
Un viento demoníaco le impulsa por la vida, [...]
Saludos. Pablo.
Oablo, me viene muy bien tu información, yo sé poco pero elementos como los que aportas me hace pensar y me los apunto. Es terrible el despliegue de conceptos, pero la capacidad con que se exponen parece otro mundo, otro lenguaje. Cernuda es grande.
EliminarSaludos, hermano.