Vuelven a sonar clarines de guerra internacional. La guerra civil en Siria ya vomita desgracia desde hace tiempo. Nunca he sabido muy bien por qué les cuesta a todos calificar de guerra civil una situación en que hay miles de muertos, miles de exiliados y un país paralizado para todo salvo para el ruido de las armas y la destrucción. Los EEUU están a punto de dar un paso fatídico, uno más, con apoyo de esas naciones prepotentes e hiperarmadas llamadas Gran Bretaña y Francia.
Resulta difícil no hacerse mil preguntas. De entrada, ni siquiera se sabe qué hay de verdad y de mentira en la autoría del empleo de las armas químicas. Teniendo en cuenta que EEUU utilizó la coletilla de las "armas de destrucción masiva" inexistentes para intervenir en Irak o muchísimo antes la auto explosión del Maine para entrar en guerra con España a cuenta de intervenir en Cuba en 1898, resultan poco creíbles para justificar una intervención que ya proclaman limitada y selectiva. Pero vayan ustedes a saber y ahí están, afilando lo que no son precisamente lanzas ni flechas.
Luego hay más dudas. Si Bashar Al-Assad es un dictador ahora ya lo era también hace años. ¿Qué ha cambiado? Los grupos rebeldes son un galimatías de dudosa aceptación, más si el extremismo islamista anda detrás. ¿O se trata una vez más de garantizar la convenida seguridad del Estado de Israel? ¿O acaso de echar un pulso a Irán ahora que tiene un jefe de gobierno más moderado? ¿Va la pannacionalista Rusia a quedarse quieta? Con el castigo estadounidense en ciernes ¿se va a tratar de poner orden para que todo siga igual para sus intereses en la zona? ¿O será el cíclico aviso para que los demás países de la proximidad permanezcan quietecitos? ¿Una nueva y chulesca exhibición para demostrar en el mundo quién manda? En fin, el cuestionario podría alargarse, y este humilde bloguero no tiene respuestas, limitándose a prospectar interpretaciones por su cuenta en medios informativos fiables. Es probable que todo esté acordado a varias bandas. Pero no olvidemos el refrán: se sabe cuándo comienzan las guerras, nunca cuando acaban. ¿O el humillado Irak vive acaso en paz tras el paso de los bárbaros?
Entonces he recordado que la canción de Leonard Cohen sigue en vigor. Que su texto se repite una y otra vez en los acontecimientos próximos y lejanos de la humanidad. Da igual en qué lugar del mundo tenga lugar la violencia. Porque en todas partes tiene lugar. La violencia cotidiana tiene mil rostros. Todo el mundo lo sabe. Buscad su ángulo, su perfil, su sombra. Ponedle nombres y adjetivos. Eso es lo que pasa. Dejo ahí la primera estrofa de una canción que personalmente la percibo como algo de himno. Todo el mundo sabe... y debe saber lo que sucede.
Resulta difícil no hacerse mil preguntas. De entrada, ni siquiera se sabe qué hay de verdad y de mentira en la autoría del empleo de las armas químicas. Teniendo en cuenta que EEUU utilizó la coletilla de las "armas de destrucción masiva" inexistentes para intervenir en Irak o muchísimo antes la auto explosión del Maine para entrar en guerra con España a cuenta de intervenir en Cuba en 1898, resultan poco creíbles para justificar una intervención que ya proclaman limitada y selectiva. Pero vayan ustedes a saber y ahí están, afilando lo que no son precisamente lanzas ni flechas.
Luego hay más dudas. Si Bashar Al-Assad es un dictador ahora ya lo era también hace años. ¿Qué ha cambiado? Los grupos rebeldes son un galimatías de dudosa aceptación, más si el extremismo islamista anda detrás. ¿O se trata una vez más de garantizar la convenida seguridad del Estado de Israel? ¿O acaso de echar un pulso a Irán ahora que tiene un jefe de gobierno más moderado? ¿Va la pannacionalista Rusia a quedarse quieta? Con el castigo estadounidense en ciernes ¿se va a tratar de poner orden para que todo siga igual para sus intereses en la zona? ¿O será el cíclico aviso para que los demás países de la proximidad permanezcan quietecitos? ¿Una nueva y chulesca exhibición para demostrar en el mundo quién manda? En fin, el cuestionario podría alargarse, y este humilde bloguero no tiene respuestas, limitándose a prospectar interpretaciones por su cuenta en medios informativos fiables. Es probable que todo esté acordado a varias bandas. Pero no olvidemos el refrán: se sabe cuándo comienzan las guerras, nunca cuando acaban. ¿O el humillado Irak vive acaso en paz tras el paso de los bárbaros?
Entonces he recordado que la canción de Leonard Cohen sigue en vigor. Que su texto se repite una y otra vez en los acontecimientos próximos y lejanos de la humanidad. Da igual en qué lugar del mundo tenga lugar la violencia. Porque en todas partes tiene lugar. La violencia cotidiana tiene mil rostros. Todo el mundo lo sabe. Buscad su ángulo, su perfil, su sombra. Ponedle nombres y adjetivos. Eso es lo que pasa. Dejo ahí la primera estrofa de una canción que personalmente la percibo como algo de himno. Todo el mundo sabe... y debe saber lo que sucede.
Everybody knows that the dice are loaded
Everybody rolls with their fingers crossed
Everybody knows that the war is over
Everybody knows the good guys lost
Everybody knows the fight was fixed
The poor stay poor, the rich get rich
That's how it goes
Everybody knows
Todo el mundo sabe que los dados están cargados
Todo el mundo lanza con los dedos cruzados
Todo el mundo sabe que la guerra ha terminado
Todo el mundo sabe que los buenos perdieron
Todo el mundo sabe que la pelea estaba amañada
Los pobres se quedan pobres, los ricos se hacen más ricos
Eso es lo que pasa
Todo el mundo sabe