Hay momentos en que la sensibilidad explota dentro de uno. Los bárbaros son los bárbaros, y como la célula, nacen, crecen, se reproducen y, si la sociedad quiere, se les puede hacer desaparecer. Los movimientos en los países norteafricanos y árabes tienen desde hace unos meses en jaque a toda la geoestrategia occidental. Pero lo fundamental es que probablemente persiguen cambios profundos en sus políticas y en su reparto de riqueza. Está costando sangre, más sangre y más desgracia. Lo que está pasando en Siria parece que clama al cielo de las Huríes. Y lo último de lo que me entero es que a un notable caricaturista satírico llamado Ali Ferzat le han destrozado las manos los partidarios del presidente El Asad. Las fotos ya corren por la Red, pero yo prefiero rescatar una en su gabinete de trabajo antes del ataque sufrido.
¿No recuerda esta anécdota cruel a aquella otra que se contó en su día de que los esbirros de Pinochet habían destrozado las manos del cantante Víctor Jara? Independientemente de que en el caso de Jara además fuera asesinado y de que Ali Ferzat de momento ha salvado la vida, no deja de tener un contenido simbólico potente la brutal acción. Es como si los energúmenos necesitaran el gesto de ver que aquella parte del cuerpo de un artista que pare los dibujos intencionados o con la que se toca una guitarra queda maltrecha. Piensan que acabando con la herramienta corporal acallan las críticas. O la vieja creencia de que matando al hombre se acaba con las ideas.
Pero imagino al caricaturista Ali Ferzat, hecho un cristo en una cama de hospital, según nos ofrecen las imágenes, imagino, digo, dándole vueltas a cómo va a caricaturizar la propia acción que han tenido con él. Coloco algunos de sus dibujos en reconocimiento al valor que este hombre ha mostrado en defensa de la libertad de expresión, de opinión y de crítica. El precio pagado es alto, pero sobrevive, pues otros intelectuales y artistas sirios opuestos al régimen han sido encontrados muertos en las últimas semanas. ¿Resonará también en Siria el feroz grito de ¡abajo la inteligencia, viva la muerte!? Tal parece que el grito del patético militar español que lo pronunció en 1936 ha creado escuela por el mundo de los que son de su estilo.
Los violentos, los bárbaros, los necios, sólo saben recurrir a ala violencia, a la barbarie y a la necedad para demostrar sus "razones", sus"puntos de vista". No saben hablar de otra manera, no se puede esperar otra manera de accionar, no se puede esperar respeto al disidente o a la libertad de expresión. En esto, todos los regímenes totalitarios son iguales y nada importa ni la geografía en que se dan ni la cultura en que se generan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Neo, así es, tal como describes. Me pregunto, no obstante, si muchos que van ahora de promesas en ascenso de la política, triunfadores ellos, jóvenes con "todo un futuro por delante" no llevarán el germen o el virus de esas otras categorías, si ven que algún día al pueblo supuestamente soberano le da por ejercer.
ResponderEliminarUn abrazo.
María, te felicito por detectar el hecho y por tu respuesta sensible. Hay más de lo que parece detrás de hechos de esta clase. ¿Sabes que hace un mes a una personalidad del mundo musical sirio le asesinaron y antes le rompieron las cuerdas vocales? La venganza reina en el mundo de los bárbaros desesperados. Claro que Occidente ha propiciado en gran medida esa barbarie, permitiendo los dirigentes y favoreciendo estrategias antipopulares.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte.
Me ha encantado este post.
ResponderEliminarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Me han gustado mucho las caricaturas. Gracias a ti ya conozco al personaje, su obra y lo ocurrido. Mil gracias, de nuevo. Beso.
ResponderEliminarGracias por pasar, Pérfida.
ResponderEliminarEmejota, lo mínimo que podía hacer era proyectar el conocimiento de este personaje, ahora víctima. El nazismo permanente no tiene fronteras ni religiones ni ideologías, se adapta a todas, sobre todo a una llamada Barbarie.
ResponderEliminarGracoas.
Lo que hicieron con este genial caricaturista, es lo que han querido hacer los estados totalitaristas desde siempre, callar las voces de protesta, mutilar los miembros expresivos, frenar el avance de la razón.
ResponderEliminarPresto mis manos para plasmar las ideas de Ferzat.
Hozkar. Llevas toda la razón. La barbarie es mucha. Y los bárbaros o, mejor dicho, los energúmenos tiemblan ante la expresión libre y liberadora.
ResponderEliminarGracias por pasarte. Hazlo cuando quieras. Tu ofrecimiento a Ferzat es de una dignidad enorme.
Un abrazo.