Dice el poeta griego Hesíodo en su obra Trabajos y días “…y es que los dioses mantienen oculto para los hombres el medio de vida, pues de otra manera fácilmente trabajarías en un día de manera que tuvieras para un año aun estando inactivo; al punto podrías colocar el gobernalle sobre el humo y cesarían las faenas de los bueyes y de los infatigables mulos.” Uno lee en esta frase algo así como que los mitos clásicos ya reflejaban la disposición y el ejercicio maniobreros de los dioses sobre los hombres. Y si bien los dioses de entonces eran inmortales, pero producto de la inventiva humana como todos los dioses, en los tiempos presentes los endiosados de las grandes finanzas, si bien son mortales afortunadamente, su capacidad de dominio, control y manipulación de la economía y de las sociedades no tiene límite.
Su avaricia y su acometida destructiva contra la política y la ética que deben regir las relaciones humanas y sus instituciones no tienen parangón. Y aunque esa casta en las alturas -¿es su reflejo o su herramienta pensante ese misterioso y en la sombra club Windelberg que periódicamente se reúne para hablar de los destinos del mundo, al cual pertenece, por cierto, la reina de España?- constituye materia humana no parece haber clase social, ni resorte político, ni fuerza organizada, ni ciudadanía capaz de poner coto a sus tejemanejes, cuyos objetivos comienzan a mostrarse cada vez más predecibles y obvios.
Hesíodo, o bien por su experiencia o bien por su clarividencia (aunque no creo que dispusiera de la bola de cristal para saber lo que iba a acontecer veintisiete siglos después de vivir él) decía también: “A partir de los trabajos los hombres son ricos en rebaños y en oro; y si trabajas serás mucho más grato para los inmortales (es decir, los dioses) y para los mortales, pues muchos desprecian a los inactivos. Nada reprochable es el trabajo, muy reprochables es la actividad. Pero si trabajas muy rápidamente, el hombre inactivo te envidiará a ti que te enriqueces, pues éxito y prestigio acompañan a la riqueza.” Naturalmente, Hesíodo no podía prever la evolución de las clases sociales y el papel que éstas iban a jugar en la historia, pero el hombre ya iba sacando sus conclusiones, aunque no me queda claro en qué bando estaba.
Me envían este vídeo que anda por la red, grabado y emitido por un español que vive en Atenas. Sin tanta poesía como Hesíodo, pero con un realismo feroz y contundente no parece andar descaminado en cuanto a la apreciación de lo que sucede en Grecia y en Europa. No solo en espacios sino en tiempo...en lo que va a venir.
(Las tres primeras imágenes son obra del pintor, poeta y grabador inglés William Blake)
Con claridad y contundencia este hombre logra explicar la trampa infernal que están montando y encima, nos la pretenden vender como única salida ante la crisis que ellos mismos generaron!
ResponderEliminarMe lo llevo para difundir.
Un abrazo.
la verdad es una espada que no necesita afilarse, siempre es cortante y eficaz
ResponderEliminarsaludos fraternales
Quien avisa no es traidor. Bs.
ResponderEliminarNeo, yo he hecho lo mismo, creo que tiene valor (en su doble acepción) este hombre. Total, para debatir, disentir o buscar nuevas claves, tiempo hay. De lo que no sé si hay tiempo es de parar la maquinaria bélica de las grandes finanzas. Aunque las intenciones (oscuras) cada vez s even con más claridad, lo que no ve la sociedad es cómo vamos a vivir. Ay de las nuevas generaciones.
ResponderEliminarSalud.
Omar, obviamente. Lo de espada suena romántico. Ellos tienen muchos filos que pasean diriamente sobre nuestras cabezas. Medios de comunicación se llaman los más decisivos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Emejota. Si lo dices por los financieros y sus poderes...la traición a la sociedad y a la democracia es su conducta. Les importa un carajo todo lo que no sea allanar el camino para una sociedad productora/consumidora sin más. Viva la virgen (je)
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarGracias por visitar mi blog, el tuyo me parece muy apto para seguirlo.
Es crudeza real lo que ya, veinte años atras, era clasificado como dos estados de la condición humana. Los pastores y los corderos.
Añadiremos los lobos, que son quienes en realidad devoran a los corderos a una orden del pastor, es decir, los mismos gobernantes que cuidan la manada abren la valla para que pasen los lobos .
El vídeo merece ser expandido y así lo he hecho.
Creo que vivimos demasiado bien, ajenos a la realidad que nos trasciende. Por un lado nos empeñamos en pensar que no pasa nada, elegimos un presidente a quien otorgamos el derecho de hacer lo que le venga en gana,un pobre e inepto títere que se las va a ver para salir del aprieto en que le han metido.
Si eres realista te llaman negativo, pero la negatividad crea hambre de saber y conocer, la ignorancia traga con todo.
Hay que enfrentarse a los poderosos porque el ganado unido puede acabar con los lobos, pero antes deberá saber elegir a sus pastores.
un abrazo
Bienvenida, Genettica. ¡Cuánta razón te asiste! El viejo símil de pastores, corderos y lobos sigue en vigor, y probablemente, seguirá siempre. Me preocupa en ese sentido que muchos corderos u ovejas se presten al juego de pastor/lobo. ¿Tan decisivos son esos personajes en el rebaño social que saben sujetar por las buenas y por las malas a la sociedad?
ResponderEliminarComparto tu síntesis analítica de la segunda parte del post. Hemos vivido demasiado bien...ignorando que muchas amplias del mundo han vivido fatal. En Occidente no hay conciencia de que nuestro modo de vida, incluído el estado del bienestar, son producto de las condiciones misérrimas de otras partes del planeta. Pero por ahí las cosas están cambiando. La población de los otros continentes exigen elevar sus condiciones de vida. Ese es el verdadero desfío, por una parte. Y otro problema es el de la reestructuración del Gran Poder que tiene lugar en las potencias occidentales, ese poder sobre los poderes, que rigen el mundo, permaneciendo en la penumbra pero controlando los hilos. Ya no es esoterismo pensar en que es así. La evolución de los acontecimientos, la pérdida o reducción de poderes efectivos de las instituciones sociales y políticas de las naciones en aras de una economía dirigida a escala planetaria (o que va hacia ello) nos coloca ante nuevas realidades.
Seguiremos debatiendo, me place tu paso por aquí, espero tus nuevas y sabrosas aportaciones, Gene. Un abrazo.
A leer a Hesíodo sobre el trabajo y la gratitud de los dioses al que trabaja, recordé la filofía protestante, la cuál cuánto más dinero ganabas más alababas a Dios y más gratitud recibías de él. No sé si el Dios financiero europeo es protestante, porque si esto fuera así, en tanto que se hace esto para alabar a Dios, las personas se están quedando como simples ovejas a las que hay que esquilar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Encarni, no vas descaminada. Todo los dioses del cristianismo fueron peseteros, pienso. El nacimiento del calvinismo fue de la mano del primer capitalismo, de ahí que cundiera más la filosofía mercantil e inversora entre los protestantes de Mitteleuropa que entre los católicos. El dios de estos era más feudal, más de posesiones de manos muertas (terratenientes) y de misionerismo vinculado a la conquista de América. Desde el punto de vista de la aportación al desarrollo capitalista en los últimos cuatro siglos, indudablemente el protestantismo fue más audaz y productivo. En la medida en que muchos anglosajones emigraron a los territorios del Norte de América y liquidaron cristianamente a los indios autóctonos y legítimos de aquellas tierras, el espíritu protestante se trasladó y se actualizó en base a las nuevas posibilidades de explotación.
ResponderEliminarSimplificando, si quieres, por ahí han ido los tiros. Lo de alabar a Dios de católicos, protestantes u ortodoxos...va de publicidad. En el fondo nadie de ellos cree. Simplemente se justifican para mantener su estatu quo y sus castas e influencias. Pero nunca lo reconocerán.
Gracias por pasarte por aquí donde serás bien acogida siempre.
muy acertado
ResponderEliminarNo sé, Trapecista. Los aciertos deberíamos buscarlos sesudamente entre todos, por cuanto a temas que nos incumben y nos vinculan colectivamente. Gracias por pasarte.
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