hoy es siempre todavía

miércoles, 18 de enero de 2012

Sean curiosos, dice Hawking



“Así que permítanme terminar con una reflexión sobre el estado del Universo. Ha sido una época gloriosa en la que vivir e investigar en física teórica. Nuestra imagen del Universo ha cambiado muchísimo en los últimos 40 años y me siento feliz si he aportado mi granito de arena. El hecho de que nosotros, los humanos, que también somos meros conjuntos de partículas fundamentales de la naturaleza, hayamos sido capaces de acercarnos tanto a la comprensión de las leyes que nos gobiernan a nosotros mismos y a nuestro Universo es un gran triunfo. Quiero compartir mi emoción y entusiasmo por esta búsqueda. Así que acuérdense de mirar hacia las estrellas y no hacia sus pies. Intenten encontrarle un sentido a lo que ven y pregúntense por aquello que hace que exista el Universo. Sean curiosos. Y por muy difícil que pueda parecerles la vida, siempre hay algo que pueden hacer y en lo que pueden tener éxito. Lo importante es que no se rindan”.


Alguien tan poco sospechoso de misticismo y en absoluto de esoterismo como el científico Stephen Hawking nos habla en esta parrafada con toda su franqueza. Lo hace desde un espacio de este planeta. Es un privilegiado de la naturaleza porque la naturaleza que, con veinticinco años, le condenó a la ELA (Esclerosis lateral amiotrófica) que padece, también se le reveló con todas sus capacidades de supervivencia biológica y de desarrollo mental. Naturalmente, los medios técnicos, las posibilidades asistenciales en su país, el apoyo familiar y el tesón propio le han hecho llegar a estos 70 años recién cumplidos. Pasmoso.


De ahí que su mensaje sea un obsequio para nuestros oídos, nuestra voluntad y nuestro pensamiento. En estos tiempos en que todo parece flaquear en el ámbito de Occidente, que creíamos tan seguro, ese párrafo no es demagogia ni está sacado de un manual de autoayuda. Es razonamiento puro, es estímulo consecuente. Hoy día en que cunden tantos desánimos, incertidumbres y complejos de fracasos múltiples viene bien escuchar palabras tan precisas como alentadoras. A Hawking no le guía ser propagandista de ideología ni de religión ni de psicoterapias. Lo que señala es de una agudeza clara. La curiosidad es la base del sentido de las cosas para el ser humano, llego a entenderle. Por ella las capacidades y posibilidades de la especie han progresado (los claroscuros y los viajes de ida y vuelta serían dignos de analizar aparte) pero nunca en línea recta. Es como si dijera: buscar el significado de la materia y cómo se manifiesta ésta  no solo dota de un sentido subjetivo a nuestras acciones sino que además abre nuevas posibilidades sobre el Universo, las cuales, a su vez, en la medida en que las captamos nos permiten interpretar, comprender y, por lo tanto, transformar. Es como si el vínculo establecido a tres bandas entre individuo, sociedad y naturaleza se reforzara de manera coordinada (dentro de la coordinación que cabe que exista entre complejidad, azar e intervención)



Que un hombre tan marcado por la enfermedad como Hawking sea capaz de transmitirnos estas ideas superadoras desde lo más profundo de su inteligencia y de su bondad no es sino alentador. ¿Quién de aquellos que leamos su mensaje positivo no nos vamos a sentir tocados por la esperanza? Para quien no conozca el artículo donde Stephen Hawking expresa su punto de vista, paso el enlace:





* Las imágenes  -a excepción de la fotografía donde aparece Hawking-  pertenecen a obras de Bill Viola.

12 comentarios:

  1. Gracias por trasladar el enlace.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por este artículo tan revelador y esperanzador a la vez!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. De nada, Emilio. Fíjate que el grueso del texto es interesante aunque a muchos nos pilla grande el asunto, pero es que el párrafo final es un verdadero mensaje, una llamada de atención vital, un reclamo a la fe en nosotros mismos y en la esperanza que nos aporta el conocimiento. Al lado de palabras de Hawking lo que pueda decir un obispillo de provincias es de una insignificancia soez, anacrónica e irrelevante. Viva la ciencia.

    ResponderEliminar
  4. ¿Verdad que sí lo es, Neo? Por eso siempre me pareció importante la divulgación de los conocimientos. ¿Recuerdas a Sagan? En la Red hay entrevistas, incluso la última antes de su muerte.

    http://www.youtube.com/watch?v=_P7H6B6zYeE

    http://www.youtube.com/watch?v=kMRyRXnpXh0


    http://www.youtube.com/watch?v=RBr_7hd7fQs

    Si no están todas estas traducidas, busca en internet, que hay más.

    ResponderEliminar
  5. La curiosidad obliga a la pregunta y la pregunta requiere respuestas.
    Mirando el cielo,sobre todo de noche que es cuando la oscuridad permite ver las estrellas.
    Un bello escrito,lleno de sensibilidad y buenas vibraciones.


    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Así es, Genetticca. Es el círculo del conocimiento, que se expande.

    Mirar las noches estrelladas siempre obraron como mano de santo sobre mi mente. Las estrellas calmaron mis ansias, redujeron mis confusiones, abrieron perspectivas, me hicieron creceer, en fin.

    Gracias, Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Maravilloso contemplar esas noches estrelladas...porque te hacen pensar y te vienen preguntas a la mente...quiero pensar que somos polvo de estrellas...y no espero respuestas para eso, porque lo maravilloso del ser humano es esa capacidad de preguntar...el mismo Stephen Hawking no siempre recibe las mismas respuestas ¡y qué¡ eso es lo de menos; lo de más es seguir preguntando...

    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. No dudes que somos polvo de estrellas, Marián, qué claro lo tienes. De allí venimos. El tiempo para el Universo no tiene interés. Las transformaciones, yo creo que tampoco. Las respuestas pueden modificarse en función de lo último que el conocimiento aporta. Hawking y otros científicos lo saben y debemos aplicárnoslo nosotros. Por eso me gusta la conclusión ¿ética? que nos aporta el sabio: no cejar en buscar, en saber, en situarnos en ese marco complejo, en no ceder a los desvaríos ni al desánimo...Mirar las estrellas, en fin.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. ¡único!
    pero no sé hermano si uno puesto en sus pies, sería capaz
    yo hablo del hambre porque la he padecido, hablo de opresión porque la soporté y combatí, hablo de trabajo porque no conozco otra forma de vida que la me da mi sudor, hablo de política porque soy un ser político, hablo de amor y desamor porque con eso aderecé mis días...
    pero como sabría qué decir desde el padecimiento de este hombre
    ¡solo me acongojo, le admiro y valoro!
    Excelente nota, maravillosas ilustraciones,
    un abrazo amigo
    el oriental

    ResponderEliminar
  10. Oriental. Tu testimonio personal también nos hace palidecer a muchos de aquí. Pero ciertamente lo de Hawking es extraordinario entre lo extraordinario. A muchas bandas. Portentoso cerebro cuya deriva tiene rumbo. Y encima nos da recomendaciones sensibles y prácticas.

    Saludo tu presencia aquí, ánimo en todo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Me pregunto si un ser tan excepcional y con una edad avanzada habrá sentido soledad, la soledad no solo producto de su enfermedad, sino de lo avanzado de su razonamiento. Bs.

    ResponderEliminar