hoy es siempre todavía

sábado, 18 de febrero de 2012

¿Se mantiene el espíritu del Carnaval?



Copio del hispanista francés, de origen español, Augustin Redondo, del que habrá que hablar en otra ocasión, este párrafo que aparece en su libro Otra manera de leer el Quijote:

“Sabido es que el carnaval (o dicho con voces más antiguas Carnal, Antruejo o Carnestolendas) representó en la Edad Media y el Renacimiento la forma más auténtica y duradera de los festejos populares,durante los cuales el pueblo, gracias a máscaras y disfraces, podía explayarse, desahogarse sin trabas. El Carnaval, fiesta pagana y primaveral de renovación del hombre y de la Naturaleza, significaba alegría y jolgorio, comidas y bebidas abundantes, recrudecimiento de la actividad sexual, participación colectiva en las festividades que suprimían las constricciones impuestas por las normas y la jerarquía.


Por sus características, la fiesta carnavalesca se oponía a las manifestaciones festivas oficiales, de rígida y pesada organización, expresión de la cultura de los grupos dominantes. Al lado del mundo oficial, inmutable y serio, había un segundo mundo, una segunda vida del pueblo, basada en el principio de la risa liberadora, que hacía desaparecer de manera transitoria la alienación del individuo.   Frente a la cultura oficial y culta había una cultura cómica cuyo núcleo era el Carnaval o mejor dicho las fiestas carnavalescas (además del Carnaval propiamente dicho, las diversas fiestas de los locos, la fiesta del asno, etc.)"




No sé si el espíritu transgresor del carnaval se mantiene hoy día con la misma intensidad que en siglos pasados. De momento, se ve mucha parafernalia descafeinada, como si se quisiera que el carnaval estuviera controlado o reducido a determinados ámbitos. Naturalmente no se puede generalizar, ya que la tradición carnavalesca, con sus evoluciones e involuciones, tiene distinta forma expresiva en unos y otros lugares. Actualmente nos tienen acostumbrados a que la fiesta, que había sido siempre rompedora, se convierta en un mero espectáculo comercial o en mercado para turistas. Para unos esto significará que pierde la esencia, al supeditar una fiesta de tradición transgresora a un orden controlado por la autoridad o por las propias costumbres sociales que se autorregulan y autocensuran. Para otros, cualquier mera manifestación de bailar por la calle puede parecer rompedora, ya que la larga noche de la dictadura eliminó la antigua huella o bien la redujo a su mínima expresión.




Hoy día el sistema es ladino y al intervenir directamente sobre el carnaval impone su criterio ordenado del mismo. De esa manera desvía el sentido de la crítica y la sátira tradicionales ,que históricamente se centraba en la chanza y la mofa contra lo institucional, ya fuera de orden político o religioso. ¿Permanece algo de aquello, más allá de desfiles, disfraces y negocios hosteleros varios? Porque motivos para ser incisivos y mordaces los hay como nunca. Motivos para hacer letrillas, coplas, músicas y burla sobran.




A las históricas instituciones clericales y monárquicas de este país que fueron objeto de diatribas hay que sumar las nuevas. Esas que duplican administraciones, esos empresarios que debitan al erario público, esos personajes de la patronal que se ríen a mandíbula batiente ante las cámaras y luego dicen: “chis, estemos serios que luego dicen que si tal…” mientras acuerdan con las autoridades electas aplicar las medidas más duras que se van a conocer contra las clases laborales. Esos estamentos internacionales que se cubren de gloria presionando a los países más débiles para que traguen. No creo que haga falta citarlos por sus nombres, ya que en la mente de todos están. ¿Van a ser los carnavales 2012 una actualización del viejo espíritu de la protesta y del libre albedrío frente a los poderes omnívoros? ¿Va a recuperarse estos días, por ejemplo, aquel lema del 15-M que decía no hay pan para tanto chorizo? ¿No? Sugerencia: cambien el nombre para el futuro. Llamen a los Carnavales simplemente Juegos Florales.



* Las pinturas son obra del pintor belga James Ensor. * La máscara con que se abre el post es casera.

14 comentarios:

  1. Tu lo has dicho, "divinamente": parafernalia descafeinada, aplicable a tanto que se convertiría en la definición de la propia vida de una gran mayoría de gentes y sociedades. Bs.

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  2. Emejota. Y que cada cual lo entienda como quiera. Por supuesto, siempre odié la parte, supongo minoritaria, que antiguamente podía haber en los Carnavales. Aprovecharse de la situación para ajustes de cuentas y estúpidas venganzas. Pero ¿es que acaso las sociedades no están cargadas diariamente de violencia sin estas "fiestas"? Pero ya sabes, fue el elemento que más explotaron en época de Franco para justificar la represión o reducción al máximo de la tradición popular. Creo que lo más bonito es que se recupere la tradición satírica, que se potencie la imaginación. Lo demás son historias para reproducción mercantil.

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  3. Aunque no lo creas, Juan, parte del espíritu carnavalero está en la red. En facebook, con un buen puñado de "amigos", no paran de circular todo tipo de chanzas y diatribas sobre todos estos hechos tan repugnantes que nos quieren hacer traga. Y allí también las identidades son cambiantes.
    En la vida real, en efecto, ya se encargan nuestras ínclitas autoridades de meter todo lo que se hace en la calle bajo una carpa. O en tratar de que sea señuelo para el turismo, nuestra única producción para los ínclitos dirigentes.
    Un saludo

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  4. Casilda, te creo, te creo. Como casi todo lo que es ir a la contra hoy día. Más vale.

    ¿La vida real? Han logrado lo que no consiguió, consesuadamente claro, el franquismo. Controlar los carnavales y obtener beneficios económicos.

    Saludo.

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  5. El otro día vi en Facebook un video que tal vez tenga el espíritu del que hablas en esta entrada, te lo voy a poner
    Los hinchapelotas

    Claro que tienes razón, habría mucha tela que cortar con toda la basura que está saliendo a nivel político, institucional y para colmo judicial.

    Saludos.

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  6. Encarni, bienvenido todo lo que sea crítico. No avanzaríamos nunca sin los elementos dispares. Voy a verlo.

    Agradezco tu comentario y vulve cuando gustes.

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  7. Muy buena reflexión la tuya. Ha hilado sin querer con una que me hago cada vez que pienso en Sevilla por estas fechas. Aquí jamás ha habido tradición carnavalesca, como bien argumentaba Isidoro Moreno en su vertiente como antropólogo, porque ya tenemos bastante con las túnicas de nazareno y los trajes de flamenca, lo que abunda en que estas dos tradiciones son completamente festivas y populares, sino que una hábilmente secuestrada por la Iglesia católica y la otra desmerecidamente despreciada por el abuso del folklore que el franquismo practicó (practicó abuso sobre todo lo que pisara suelo de este país).
    Hoy he estado fotografiando por el centro, y salvo dos o tres personas disfrazadas, agrupadas, muy agrupadas, demasiado agrupadas sobre sí, a su "lo que sea" irían, lo que se veía por todos lados era chavalería, mucha chavalería, vestida de los uniformes de colorines de las bandas de cornetas y tambores desgañitándose, a excelente compás y toque, en el concurso que de las mismas había. Aquí en Sevilla al menos, el carnaval ha sido siempre el de Cádiz, y a mucha honra, sobre todo de buen gusto e inteligencia: ¿para qué montar otro con uno tan bueno y tan particularísimo tan cercano? Si no hubiera sido por las divisiones provinciales del siglo XIX, no habría distingos.
    Creo que hoy en día, antropológicamente hablando, no tiene sentido el espíritu origen del carnaval, aunque políticamente, socialmente, pienso que lo que hace el carnaval, las festividades programadas en torno a él, es nutrirse del descontento para poder "venderse" (no lo digo en sentido peyorativo) mucho mejor.
    Afortunadamente hoy en día podemos protestar por todo en cualquier momento, y hacerlo mucho más seriamente, como merecen ciertas cuestiones.
    Liberarse, hay también mil formas de hacerlo hoy en día, y tal vez el ser humano camina hacia una mayor conciencia de que la principal liberación poco tiene que ver a estas alturas con la de los poderes establecidos.
    Caminar hacia una independencia de pensamiento está más al alcance de muchos.

    Te dejo un cordial saludo, creo que es la primera vez que comento en tu blog, aunque suelo leerte a menudo.
    Un abrazo.

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  8. Sofía, pues eres bienvenida a este blog. Aportas con tu comentario facetas que uno intuía de esa tierra, pero que tú me confirmas. Qué bien. Cierto, entre nazarenos y faralaes de la Feria de Abril, ¿para qué más carnavales? This is Spain, miss.

    Veo que te interesa la visión antropológica. Es fascinante. La antropología es una de esas ciencias jóvenes (relativamente) que pueden desentrañar muchas facetas de los humanos y facilitarnos una mirada nueva, revolucionaria para replantearnos nuevas conductas.

    Agradezco tu aportación. No dudes en participar cuando te sugiera algo el post que cuelgue por aquí, de manera pertinente y sabrosa como lo has hecho ahora. Y con entera libertad de expresión, algo que o se construye o nos convierte en amorfos a los humanos.

    Un abrazo cordial.

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  9. Muchas gracias por tus cordiales palabras de bienvenida y esa invitación a participar con entera libertad. La daba por supuesto, Juan, si no hubiera sido así, no habría tenido a bien seguir este lugar, pero te agradezco el inciso de todas formas.
    Se me ha venido una concreción a tu comentario y, con esa confianza te la dejo: This is Spain, like that one is Germany and that another one is Japan, by example...:)
    Creo que ya es hora, ya es gran hora, de que los españoles, y andaluces en concreto, nos liberemos de los complejos en los que el franquismo y, anteriormente, interpretaciones mal enfocadas por falta de conocimiento histórico, y, posteriormente, los prejuicios a los que tan dado somos en este país también derivados de falta de conocimiento, es decir, de ausencia de afán profundizador, nos han ido sumiendo, más bien enlodando. Claro que para esto también es necesario un conocimiento más profundo de nosotros mismos por parte de los más acomplejados.
    En resumen y como siempre, todo se reduce a una extensión del afán conocedor del ser humano, y ahí, casi con la iglesia hemos topado, ;).

    Con respecto a la antropología, ¿cómo no interesarle a alguien que se considera ser humano?...:) Si a eso añades mi interés por la comprensión del mismo desde muy jovencita, el carácter interdisciplinar de la materia en sí, más mi especialización como historiadora, y del Arte en concreto, con lo que tal disciplina ahonda en las psicologías sociales, es casi un imposible que no me interesara; la vivo plenamente, aunque para nada como estudiosa, tan sólo como ser humano.
    Intentar entendernos, comprendernos como especie, creo yo debería ser el principal cometido de cada ser humano desde el mismo momento en que nace.
    Un abrazo, Juan, :), y feliz domingo.

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  10. Sofía. Fui consciente de que echaba mano de un tópico -algo en lo que no me gusta incurrir- a la carrera, por finalizar esa parte del comentario. Tienes razón. Muchos hacemos el esfuerzo, pero las manonegras de toda la vida parece que intentan prolongar la vida de sus cadáveres (las semanasantas, por ejemplo, que aquí por Castilla abundan) Y ya sabes que las sociedades, ni siquiera dentro de la propia ciudad, son homogéneas, como además se refleja en períodos electorales. Y fíjate, ya que lo mencionas, creo que muchas de esas historias seculares responden más a la mentalidad del espectáculo que, de paso, mueve dinero, que a la fe y otras castañuelas. Pero acaso cunden también por una especie de complejo de inferioridad cultural del país. Es decir, como en ilustración contemporánea Esaña no ha sido como otras naciones occidentales, hala, a explotar nuestro pasado típico-tópico y que los guiris nos conozcan (¿por ahí nos conocen?) Me pregunto no obstante si eso va siendo cada vez más residual, no estoy seguro, acaso tú tengas más datos. Todo se andará, afortunadamente. España ya no es ni siquiera lo que describía Brenan. ¿O aún queda algo?

    Celebro tu entusiasmo por las nuevas ciencias humanísticas, en las que tan poco confían nuestros gobernantes de derechas.

    Un abrazo.

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  11. Los carnavales como tantas otras tradiciones, han perdido su sabor, han perdido su espontaneidad, su savoir vivre, es la insípida modernidad que nos asiste, es la ramploneria, es la grosería que reemplaza al lenguaje y tantas otras cosas, son las pocas monedas por las cuales nuestra cultura se ha vendido, un abrazo desde Chile,

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  12. Carmen, sí, pienso que también pueden ir por ahí las cosas. Y además, ya sabes, todo en función del mercado, del espectáculo, de lo turístico. La mediocridad y la ramplonería están al orden del día, sin duda. Gracias por tu sensibilidad y opinión sobre el tema.

    Un abrazo.

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  13. "-En todas partes hay máscaras. Sal a la calle y verás las máscaras de balde. Sólo te quiero enseñar una casa donde dice especialmente que no las hay este año. Quiero desencantarte.
    Al decir esto pasábamos por el teatro.
    El mundo es todo máscaras:todo el año es carnaval."

    Si ya lo decía Larra en 1833, ¡cómo no estaremos ahora?

    Un saludo y siguiendo a Juan del Enzina 'hoy comamos y bebamos y cantemos y holguemos, que mañana ayunaremos' ... así nos va.

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  14. Eh, Peter Pan, gracias por aportarme ese parrafazo de Larra. A ver si encuentro el artículo y me recreo. Sí, la recurrencia de las máscaras nos apabulla cotidianamente, no hace falta celebrar el Carnaval, que es consecuencia de la Cuaresma (con la Iglesia hemos topado, para variar) Aunque me queda la esperanza de que la tradición sea anterior y menos religiosa.

    Maravilloso Juan del Enzina, sí. El año pasado dediqué el post de carnavales con esa canción. ¿No hay algo de surrealismo ancestral en esa mentalidad popular? ¿O es el triunfo del fracaso? ¿O una especie de remedo del carpediem hedonista y resignado?

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