¿Qué? ¿Arreglando España? o esta otra: Aquí estamos, arreglando España, son de esas expresiones que vengo oyendo a lo largo de mi vida. Aunque cunde menos que antes, no ha caído en desuso definitivo. Me parece que está más en el acervo de gente de edad avanzada que en el de las nuevas generaciones. Y, como otras frases de idiosincrasia celtibérica, tiene mucho de surrealista. Más en la forma que en el fondo.
Que dos o más personas se junten en corro y hablen de cuestiones relacionadas con la marcha del país no debería ser objeto de mayor resalte. Simplemente es lógico y natural. Pero viene de atrás. De los tiempos de una dictadura en que hablar y proyectar opinión no estaba permitido. Evidentemente, aplicar la prohibición al cien por cien, incluso entre los partidarios del régimen, era imposible. Mientras quedaba en corrillos, en grupos familiares y tertulias, sin mayor expansión ni comunicación por otros medios, era inevitable y tolerada relativamente. Si llegaba alguien a censurar la conversación, con callar o reconducirla era suficiente. Esos eran los márgenes.
(Fotografía de Jorge Molder)
Tal vez venga la expresión de ese condicionamiento. O acaso de antes, pero no me alcanza la información. Digo yo si esa ironía de arreglar el país no sería sino una manera hilarante de quitarle hierro a la práctica de una libre expresión, aunque fuera a pequeña escala. Los españoles hemos sido muy dados a corregir y enmendar no sólo políticas, sino comportamientos, actitudes y prédicas varias de instituciones e individuos. Es un síndrome viejo que tiene su cara y su cruz, todo en función de la tolerancia o el marcaje que se realice del otro. Pero lo que me llama la atención de la frase es esa especie de complejo de inferioridad que parece mostrar, de suavización de un legítimo derecho o de desviación del interés responsable por comentar sobre lo colectivo.
(Fotografía de Jorge Molder)
Y dándole vueltas al magín, me pregunto: lo de arreglar España, ¿rezuma simple gracejo? ¿Posee un carácter peyorativo? ¿Es una simple forma verbal para cortar el tema y plegar velas? Como en tantas otras situaciones conversacionales, puede ser que sea todo esto y más. Y expreso una duda que no tengo resuelta: ¿hemos realizado los españoles suficiente aprendizaje de diálogo, prospección y encaramiento de los temas de ámbito colectivo como para sentirnos normalizados? No sé, sigo viendo gente que arregla España en charlas de café o a pie de calle en función de las radios que escucha o repitiendo los personajes a los que da crédito. Pero, ¿pone algo más de su parte?
Se admiten sugerencias, aclaraciones y propuestas varias.
HACIA UNA ETERNIDAD QUE NO VEIA ESE PAQUETE DE IDEALES,TE DEJO UN SALUDO
ResponderEliminarOstres el paquet d'Ideales, quins records!! el meu pare embolicant i desembolicant cigarretes.
ResponderEliminary aplausos, al cuadrado... se admiten?
ResponderEliminarRosy. Y yo también, pero ¿qué suguerencias, recuerdos o imágenes te trae?
ResponderEliminarQuadern...Cuenta, cuenta. Soy receptivo a la memoria activa. Creo que ambos tuvimos dos padres análogos.
ResponderEliminarSaludos.
Se admiten, Kynikos, y apetece una fumata colectiva, al menos entre los que lo estamos comentando.
ResponderEliminarJa,ja, que bueno esto me retrotrae a la infancia con mi padre (1905-80) fumando eso mismo. Cuando se quedaba en la cama despierto le preguntaba que estaba haciendo y me respondía que "arreglando el mundo". Pobre iluso, pobra hija de iluso, pobre hijo de ilusa, pobre nieta de iluso. Se ve que en mi familia gana masculino "iluso" por tres a uno. El mundo se arreglará cuando nos larguemos, siempre habrá algo que arreglar, siempre, afortunadamente. Creo que se llama VIDA. Beso.
ResponderEliminarParece claro que a todos nos retrotrae un paquete de Caldo. Y aparecen figuras, situaciones y gestos.
ResponderEliminarPor otra parte, todos somos ilusos, ¿no, Emejota? Nos hace ilusión hablar de, sentir con y gozar para...etc. Pero siempre tuve mucho respeto a las expresiones "arreglando el mundo" o "arreglando España", porque denotaban al menos interés, ganas y sentido cabal. Y es parte de la Vida. Obviamente.
Buena noche.
Mi querido Juan, ¿es que no ves?, la mesa redonda de madera buena, las seis tacitas de café torrado, unas pequeñas cucharitas como vigilando que no se falte a la verdad y en las bocas intelectualoides y pseudorevolucionarias, el diminuto pretil por donde van...a punto de caer en la imbecibilidad o en la peregrullada. Son un remedo de aquellas tertulias verdaderamente políticas -antiquísimas- que por el solo hecho de existir eran subversivas.
ResponderEliminar¿Qué he hecho yo? te preguntas, bueno, no tanto como un verdadero revolucionario, pero en tiempos de dictadura viví dos vidas, la mía y la del transgresor organizando trabajadores y vecinos, es que cuando la hendija de la libertad es muy chica para que pase la mirada, no hay más remedio que combatir al opresor.
Un abrazo, y quieras o no, a veces creo que hablo contigo cara a cara, un placer que dignifica la amistad
Oriental, tomo nota de tu testimonio y te reconozco en tu esfuerzo. Pero la vida es cíclica, lo que creíamos combatido y superado sigue acehcando, bajo nuevas formas o no. Las nuevas generaciones tendrán que afrontar lo que otros afrontamos en su momento. Pero el consumo y haber estado entre pañales ha enajenado mucho. La realidad va abriéndose paso, malgré la publicidad, los massmedia, las modas y todo tipo de superestructura frágil que persigue el beneficio de otros.
ResponderEliminarSi habláramos cara a cara seguro que nos atropellaríamos.