Lejos quedan aquellos tiempos en que los españoles decidieron por referéndum entrar en la OTAN. Y recordar ahora aquella campaña intensa del NO, apenas sin medios, respaldada por tantas organizaciones y gentes, y que estuvo a punto de ganarse, es algo digno de afecto y admiración. Pero Felipe González, a la sazón presidente, puso toda la carne en el asador, tocó la fibra de los temores hispanos, los españoles se arrugaron y salió en las urnas que nuestro Estado iba a ser socio de pleno. Los discursos favorables al ingreso se dulcificaron con aquella ingenuidad calculada de la supuesta tarea humanitaria que España iba a cumplir en la organización de defensa. Transcurridos casi treinta años, ¿qué balance podría hacerse? Uno muy simple: que sus buenos dineros nos deben estar costando. Lo de siempre: modernización de armamentos, coste de operaciones directas e indirectas, sueldos de personal, etc.
Como ya nos hemos acostumbrado a un gasto más -parece que la crisis no fuera con los compromisos adquiridos en ese plano- poco se suele hablar de la OTAN y de nuestra participación. Salvo en el caso reciente del ataque a Libia, donde no se sabe muy bien qué está sucediendo. Pero como toda guerra trae sus daños colaterales (¡maldita terminología auspiciada por Bush en su momento invasor!) he aquí que ahora sale a relucir, en primera plana de un tabloide británico, que hace apenas un mes largo los buques de la OTAN que mantienen en una zona del Mediterráneo un área de control y embargo sobre Libia, ignoraron la llamada de socorro de una embarcación con sesenta y una personas a bordo, todas ellas fugitivas de Trípoli, que naufragaron y perecieron al no recibir ayuda. Hay testigos que dicen que fueron informados por los que iban a la deriva, que pasaron la información a las autoridades y de que cayó en el olvido.
Si esto ha sido así, y si a alguien le quedaba alguna esperanza sobre la teoría de que las acciones armadas llevan un componente humanitario, ya tiene la guinda de la decepción. La guerra es la guerra, y aquí se es soldado pero no monje, que suena a trasnochado e inútil a estas alturas. Naturalmente, otro de los efectos ¿secundarios? de las revueltas en el Norte de África es que la migración se ha desmelenado, y ha pillado por sorpresa a los países europeos más cercanos y en general a la Unión Europea. Siempre me pareció que eran términos de difícil equilibrio los de hacer la guerra y procurar cuidado para las víctimas civiles. Pero el problema viene de antes y de otra parte. De las políticas occidentales nada interesadas en el curso de su historia por el desarrollo autóctono del Sur, pero sí sumamente entregadas a acaparar sus riquezas. Las cosas algún día tenían que saltar, aunque lo estén haciendo a su ritmo.
Si el auténtico Juan de Mairena viera esta desgracia, comentaría algo así: “No tengáis mucha fe en quienes hablan de hacer el bien por la humanidad, pero llevan de avanzadilla armamentos, invasiones y contratos leoninos que exigirán firmar a los invadidos. Porque ese gesto no tiene aspecto de tratarse de labor humanitaria alguna, salvo que se crean que la humanidad son solo ellos y los perjudicados por sus ataques siguen siendo los salvajes de toda la vida”.
(Las fotografías son de hace casi treinta años, cuando el referéndum sobre la OTAN, en una ciudad española)
amén.
ResponderEliminarBaste señalar, que el "auténtico" Juan de Mairena orgulloso estaría de leeros, cuando no has dejado ni una i sin su pertinente punto.
ResponderEliminarUn fraternal abrazo!
Libia. China y Rusia desafían a la OTAN. Ver en:
ResponderEliminarhttp://aims.selfip.org/~alKvc74FbC8z2llzuHa9/default_libia.htm
Kynikos, no te voy a dar la bendición, no temas.
ResponderEliminarSalud.
Oriental, el Juan de verdad sí que sabía poner los puntos, con un estilo menos rabioso que el de este otro copiador, más incisivo y con un estilo más irónico. Creo que sabía tratar a los españoles, y los conocía, como decimos aquí, como si los hubera parido.
ResponderEliminarLeo de todo, Anónimo. Otra cosa es que me lo crea. Gracias por las referencias.
ResponderEliminarImpecable post sobre una verdad contundente: no hay acciones militares con objetivos humanitarios.
ResponderEliminarSaludos.
¡Hola!
ResponderEliminarY la cuestión en si es dolorosa, muy dolorosa... ¡ES QUE LO SABEMOS!.
Que somos consiente de todo.
Que lo autorizamos, con nuestro espanto...
Rica, rica siesta...
Despertemos del “Sueño ingrato”
Despertemos ahora que aun soñamos en un mundo mejor…
Después… “Puegeso”
Salud.
J.M. Ojeda
El pertenecer a la OTAN sirve para que los EE.UU, los mayores fabricantes y traficantes de armas del mundo, puedan vender sus "juguetitos" con la excusa de ser los guardianes de la paz mundial.
ResponderEliminarNo entran en este proyecto las acciones humanitarias. En ayudar al tercer mundo no hay negocio. Además interesa que sean pobres, que haya guerras, y si no se provocan; máxime cuando el país posea petróleo u otro bien preciado por esos depredadores que se hacen llamar guardianes de la paz.
Me estás animando para releer Juan de Mairena. Veo que me pasaron muchas cosas desapercibidas...
ResponderEliminarEstoy contigo, CMG, pero no olvides que cierto tipo de acciones humanitarias también son negocio. En este mundo nada inocente todo es Mercado, con mayúsculas, incluso el made in Vaticano.
ResponderEliminarGracias por opinar.
Toma, Luis Antonio, pues eso me pasa a mí, por eso ahora lo entiendo mejor. Y encuentro tantos paralelismos de la intraEspaña -en historia y costumbres, en práctica colectiva y en reacciones individuales- con lo que acontece en nuestro tiempo.
ResponderEliminarNeoG, esa sospecha la mantengo desde hace tiempo. Pero ya sabes, hay demasiada publicidad en el ambiente que reconduce la realidad por otros vericuetos. De todos modos, ¡qué siniestras son las guerras!, ¿verdad? De esto de ahora de Libia, ¿qué sabemos? ¿Es todo truco, pamema, fantasía? Pero los huídos y desterrados sí que existen en carne y hueso, y nadie les quiere.
ResponderEliminarOjeda, me temo que el personal no está por despertar de nada. Un ejemplo: fíjate que la catástrofe de Fukushima está ahí y ya veremos la secuela, pues bien, en Castilla y León el sesenta y tantos por ciento de la población quiere que siga existiendo la obsoleta Garoña. Por esa misma razón te explicas que siempre sea el PP el más votado en esa región. ¿Tiene idea la gente de la gravedad de las cosas?
ResponderEliminarBueno, hoy ha habido un terremoto en Murcia. ¿No decían los mentecatos de nuestros políticos y los farsantes de nuestros periodistas que España no tenía riesgos sísmicos? Anda ya.
Estoy contigo, CMG, pero no olvides que cierto tipo de acciones humanitarias también son negocio. En este mundo nada hay inocente y todo es Mercado, con mayúsculas, incluso el made in Vaticano.
ResponderEliminarGracias por opinar.
Gracias por colgar estas fotos.
ResponderEliminarEn ellas me reconozco junto a muchos amigos que aun sigen en la lucha diaria.
Me a dado una alegria enorme poderlo ver otra vez. Y como siempre... Nos vemos en la calle.
Salud
De nada, Miguel. Tenía que rendir homenaje a los idealistas y a los que han dado más de lo que han recibido. Pero la satisfacción no nos la quita nadie.
ResponderEliminar¡Viva la calle!
Te cuelgo en la columna para seguirte. Un abrazo.