hoy es siempre todavía

sábado, 2 de abril de 2011

La sangre de las materias primas

(Obra del pintor chino Xue Jiye)



La guerra en Costa de Marfil no es sino el penúltimo conflicto de lo que ha pasado toda la vida. La lucha por la disponibilidad y el control de las materias primas ha llevado a los humanos siempre a guerrear. De manera más directa al principio, con usos más retorcidos e influyentes después, la extracción, explotación y comercio de las materias primas ha generado una espiral permanente de conflictos en la historia de la humanidad.

Además, es una cadena interactiva. Primero lo que se pretende es tener disponibilidad de una materia si se quiere el desarrollo de una economía, para lo cual hay que comerciar y negociar con ella. Para acceder a la materia prima se necesita o bien negociar un precio, o si éste resulta alto tener influencias directas sobre un país determinado para que lo rebaje, o si hay dificultades insuperables intentar obtenerlas a través de controlar territorios, poblaciones, individuos. Gran parte de la corrupción mundial a escala alta reside en la compra de influencias por parte de Estados desarrollados o por multinacionales o por ambos a la vez. Si un país se resiste a que sus materias sean controladas y su precio decidido por ajenos pueden sufrir invasiones, conspiraciones o particiones territoriales.





Viene de muy antiguo en la historia. Si los primeros pobladores de las ciudades querían obtener un material duro, hierro, por ejemplo, y no lo tenían en sus límites territoriales hacían incursiones en otras zonas. ¿Quién podía hacerlas? Quien era más fuerte. ¿Quién era más fuerte? El que se armaba más. ¿Quién estaba mejor armado? El que se había procurado la materia prima y la técnica más avanzada. En cierto modo el proceso era circular y bastante cerrado. Todo muy antiguo y, sin embargo, todo repitiéndose incesantemente.



Lo curioso: los intereses cruzados de potencias y empresas transnacionales, agazapadas éstas tras diferentes Estados. Así, en Costa de Marfil, que fue colonia francesa, el cacao resulta que supone nada menos que el 40% del valor de las exportaciones del país. Y leo el testimonio reciente del profesor marfileño de Historia Jean Arsène Yao, aparecido hoy en el periódico El País:

“El cacao representa el 40% de los ingresos de exportación del país. Ha servido para financiar grandes proyectos y también la guerra. Quien controla el cacao controla guerra, la política y la economía, de ahí el interés de las fuerzas de Ouattara de tomar el puerto de San Pedro, desde donde se exporta el cacao. El comercio y el transporte están controlados por los malinké, etnia de Ouattara. Económicamente fuertes, solo les faltaba el poder político, y Ouattara encarnaba esa opción. También están los intereses de las multinacionales. Costa de Marfil es un importante mercado que siempre controló Francia. Con la llegada de Gbagbo las cosas empezaron a cambiar. China, Rusia, Sudáfrica y Brasil han ganado mercado y restado poder a Francia, que ve en Ouattara a quien podría defender sus intereses.”

Como se ve por estas opiniones, nada nuevo. Viejas prácticas, viejos objetivos, viejas persecuciones de la riqueza y el poder a costa de otros. Sin que a los que las incitan y llevan a efecto desde la sombra y desde sus respectivas Bolsas de Valores les importe la sangre derramada. Algunos, en este caso, tendrán encima la desfachatez de decir que las matanzas son cosa de salvajes.


10 comentarios:

  1. Claro que diremos eso: el cinismo también es un arma.

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  2. Verás como por esos lares no interviene la Otan. En Occidente podemos vivir sin cacao pero no sin petróleo.

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  3. Por desgracia - y como de costumbre - tienes toda la razón. Mientras sea el mercado el que se imponga por encima de los propios seres humanos será así. Na ha habido guerra sin trasfondo económico, pues incluso las cruzadas se hacían para garantizar el mercado con Oriente. La ONU, que debería de ser el organismo con poder de intervención internacional, no es nada, y está al servicio de lo que mande la Banca, el Capital, y los países con derecho a veto.
    Salud, y un abrazo.

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  4. La historia se repite continuamente: somos igual de bárbaros y de sanguinarios; además, nos mueven intenciones tan oscuras como al cromagnon o al cruzado.
    El hombre siempre se ha movido por dos intereses unidos e indisociables: poder y dinero. Da igual que sea la prehistoria, la Edad Media, el colonialismo o el S.XXI.
    Lo único que cambia es la sutileza con la que se intenta hacer y el avance tecnológico.
    El fin siempre será el mismo.
    Poco nos importan los países del tercer mundo, sólo que para que nosotros disfrutemos de nuestro estado de bienestar, ellos deben morirse de hambre o por guerras. Además, somos tan hipócritas, que los armamos hasta los dientes y luego vamos a ayudarles para que no se maten entre ellos. Así de paso saqueamos un poco más el país.
    Ejemplos por doquier en Oriente Medio que tiene petróleo. Si no hay intereses económicos, no hay intervención humanitaria.

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  5. Cuando hay una guerra em cualquier lugar del mundo, sólo hay que levantar la alfombra de la linda casita de occidente y allí, entre la basura y la porquería, encontraremos las verdaderas razones del conflicto, aunque en la tele nos estén vendiendo otra cosa.

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  6. Mariajesús. Un arma relativamente poderosa, una manifestación muy efectiva, por lo que vemos todos los días. Simplemente en la política nacional o en el lugar de trabajo o...en la familia. Pero tiene sus grietas.

    Gracias por pasar y opinar.

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  7. Carlos, lo tienes muy claro. Así es. Aunque los procesos son más complejos y nunca vemos todo su desarrollo, lo que hay detrás o debajo, los intríngulis. Y la cantidad de agentes que participan en ellos. A veces solo vemos una parte de los efectos.

    Un abrazo.

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  8. Raticulina, bienvenida. Desde luego que no va la OTAN ni los americanos. Las guerras las hay de distinto gradoen función del tamaño de los intereses, circunstancias o tesituras a que se haya llegado en un momento histórico dado. Ese tipo de guerra de Costa de Marfil es de baja intensidad. Con los franceses controlando ya basta (ayer tomaron el aeropuerto de la capital para proteger sus intereses)

    Pero no subestimes las ganancias que tienen las multinacionales con el cacao y con el café. Y las tienen porque tampoco sabríamos vivir sin esas materias primas y sus elaborados. ¿No sabes que el chocolate genera adicción? Y el café ni te cuento.

    Vuelve con tu opinión cuando te vaya el tema.

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  9. CMG. Poco tengo que añadir. Lo dices, y en general todos lo decís tan claro y argumentado que es suficiente.

    Sólo un matiz. Que hoy día las sutilezas según y para quién. Cuando se trata de bombardear, torturar, generar hambre y desplazamientos en masa la sutileza de la palabra cae por su base. Además ya se encargan de controlar los medios de comunicación para que digan lo que ellos quieren.

    Un tema que seguirá saliendo en este blog, me temo.

    Un saludo de lunes.

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  10. Trecce. Sí, y es tremendo lo que dices. Porque si nos ponemos a pensar en lo que tenemos en materia de bienes y por qué, si llevamos hasta las últimas indagaciones las formas de vida de los occidentales, ¿qué haríamos? ¿Qué hacemos?
    Normalmente, preferimos, elegimos, no pensar en ello.

    Salud.

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