hoy es siempre todavía

jueves, 16 de junio de 2011

De la crónica del monje Glaber al robo de niños en España

(Fachada del Colegio de San Gregorio en Valladolid)


Cuenta el monje cluniacense Raoul Glaber sobre lo que acontecía en Europa por el año mil:

“Estaba aproximándose el año mil trigésimo tercero de la encarnación de Cristo, mil de la pasión del propio Salvador…y en el tiempo que siguió estalló por todo el orbe terrestre una gran hambre y se corrió el riesgo de que casi la totalidad del género humano muriese…El horror nos sobrecoge al contar las maldades que reinaron entonces sobre el género humano. ¡Ay de mí! ¡Oh, dolor! Cosa raramente oída en el curso de los siglos, un hambre furibunda hizo que los hombres devorasen carne humana. Los viajeros eran secuestrados por gente más fuerte que ellos, sus miembros eran troceados, cocidos y devorados. Muchos que iban de un lugar a otro para huir de la carestía y habían encontrado en el camino hospitalidad fueron degollados durante la noche y sirvieron de alimento a los que los habían acogido. Otros, engañando a los niños con la visión de una fruta o de un huevo, los llevaban a lugares apartados, los asesinaban y los devoraban”.




La relación del monje Glaber siempre me pareció digna de consideración. Los historiadores le otorgan un crédito suficiente como para acercarnos a un tiempo en que una crisis generalizada dominó en los territorios europeos. El hambre marcó de manera axial la vida de las gentes de entonces. Sí, hubo antropofagia en la culta y cristianizada Europa del año mil. Los más débiles, los niños principalmente, sufrieron las consecuencias de la desesperación, de la necesidad y del ansia de negocio de los desaprensivos, que existen en todas las sociedades en cualquier tiempo y lugar. Mencionar hechos de este calibre me parece que es un ejercicio necesario que ayuda al pensamiento y a la reflexión de los que habitamos hoy. Después de todo sólo han transcurrido mil años y las sombras no han dejado de acompañarnos de unas maneras u otras.


(Fachada del Colegio de San Gregorio en Valladolid)


Pero yo no quería hablar tanto de la antropofagia europea como recordar ese otro asunto que sale a superficie en nuestro país durante estos últimos años. El juego siniestro que ha tenido lugar con la vida de muchos niños a lo largo de esa nefasta etapa de nuestra historia denominada el franquismo. Me refiero al robo de niños desde las instituciones de asistencia: hospitales, maternidades, sanatorios, cárceles. Y que involucraron a monjas, enfermeras, matronas y médicos con total impunidad. Garzón calculó ya hace tres años que podrían haberse dado 30.000 casos de niños recién nacidos. A las madres se les decía que habían nacido muertos o que habían fallecido nada más nacer y lo que tenía lugar era un tráfico indecente de vidas por parte de aquellos que supuestamente ayudaban a las madres a traerlos al mundo. Por supuesto, el lucro estaba detrás de cada acto delictivo. Una medalla más que el franquismo se colgó en su medallero de oprobios, impunidades y delitos.


(El mundo del año mil, según el mapa de Saint-Sever)


En cualquier lugar del mundo, en sociedades que calificaríamos de más arcaicas que la nuestra, hechos como éste sería tildados de repugnantes, perseguidos y se buscarían responsabilidades y responsables. Un poco tarde llega esto último, aunque sí puede contribuirse a restituir memorias, reencuentros entre hermanos y aclaración de hechos. Pero España, siempre tan diferente, parece reaccionar con ingratitud, olvido y desprecio. Malo que una patria (por utilizar el término mítico de aquel régimen) no se prestase a cuidar y proteger a sus hijos. Los que se llenaron la boca de palabras grandilocuentes más les hubiera valido que se hubieran colocado la rueda de molino en torno al cuello y se hubieran arrojado al mar. Otra cuenta pendiente que no hay manera de saldar. Triste.




Para más información sobre el tema, consultar: http://anadir.es/


11 comentarios:

  1. En los canales eitv y tvg he visto documentales de las atrocidades del franquismo, lloro, nada más, lloro y contengo la respiración para no hacerme cargo de lo que puede el HOMBRE como género o especie de vida.
    Nunca he cultivado la flor del odio en el jardín de mi existencia, pero te juro que tengo una cuenta pendiente que cobrar con aquellos que en nombre del pueblo, en nombre de la democracia, en nombre del estado, en nombre de la santa trinidad o lo que les venga en ganas, cometen las atrocidades más imponentes...
    Los salvadores de la democracia como el franquismo, videla en Argentina y alvarez en mi país son a la democracia, lo que la música militar a la música.
    No tengo más ganas de comentarte, no es por ti...creo que lo entiendes.
    Un abrazo

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  2. La memoria de los españoles se intentó eliminarse allá por el año 75 con los famosos pactos que luego dieron paso a la transición muy alabada por unos y por otros; para mí ha sido una manera de tapar toda la podredumbre existente, de ahí que hoy tengamos estos lodos.

    Saludos

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  3. Hay gente que tiene miedo a la verdad o algo que ocultar. No sé si es más aterrador lo que cuenta el monje -con el atenuante de la necesidad, para esta horrible aberración- o lo que nos está llegando últimamente -sin atenuantes, con el agravante de avaricia, con el descaro de la prepotencia-. Un saludo: una entrada seria que comparto en facebook.

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  4. Sí, parece que en este país somos demasiado reacios a hacer limpieza general y demasiado tolerantes con las aberraciones. Es triste que después de tantos años nuestros representantes políticos sigan refiriéndose a la transición como modélica.Transición patética.
    Buen post, un abrazo, gracias.

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  5. Hechos tan aberrantes como los ocurridos en el franquismo hemos tenido por aquí, durante la dictadura militar. Aún hoy se están esclareciendo las verdaderas identidades de tantos niños secuestrados o nacidos en cautiverio.

    Un abrazo.

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  6. Oriental. Comprendo perfectamente tus sentimientos. Cuando se ha vivido, sufrido o afectado por la brutalidad (con muchos intereses detrás) de los dictadores y asesinos no es para quererles precisamente. Pero no logro desvincular la mentalidad y complicidad de una parte de la sociedad que o les aupó o permitió que se auparan. Y esa scoiedad todavía me devora más, porque sigue latente.

    Un abrazo y templanza, hermano.

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  7. Emilio, en la mentalidad primaria de la sociedad española (nuestro país gusta tener mente primaria e infantil muchas veces) se nos vendió que la Transición era el no-va-más. Los cuarenta años habían sido una losa y no se veía en los 70 que la cosa fuera a cambiar (por mucho que ahora se analicen como cambios paulatinos en los comportamientos sociales y culturales más que políticos de los españoles) El cambio tal cual fue lo que salió: había mucho miedo, no se valoraron bien las fuerzas para ir más allá o no se podían valorar (en los epígonos, los ultras reaccionaron salvajemente y antes los militares no demostraban con claridad que estuvieran por cambiar nada, ni siquiera los USA estaban por la labor y no creo que lo apoyaran sino sólamente cuando los cambios operados iban siendo evidentes) La cuestión axiomática en el resultado llamado Historia es que cuando las cosas son como son es que no pueden ser de otra manera.

    El asunto es que posteriormente a la Transición y al golpe de Estado del 81 (una llamada al Orden por parte de la derecha y el Ejército) tampoco ha habido intentos claros de revisar aquel proceso y sobre todo la Carta Magna famosa.

    Desde luego, una sociedad que no limpia la mierda de su casa (y la distancia en el tiempo sorprendentemente tendría que beneficiar la labor) está condenada a sufrir sus malos olores, su porquería y sobre todo el no ver con claridad que aquella impunidad con que obraron muchos es de lo más grave.

    Mala herencia pra nuestors hijos si no se cuenta la verdad de los hechos, en lugar de alguna serie televisiva que iba de etnología de aldea.

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  8. Obviamente, Mateo. Hay miedo a la verdad. Cuántas veces hemos oído a amigos y compañeros de trabajo decir aquello de "son cosas del pasado, más vale dejarlas estar" o "no revolvamos lo de atrás", etc. Frases estereotipadas vinculadas aún al Miedo. Es como si la gente que las pronunciara pensara la segunda parte: "...porque si no, se puede preparar otra", por ejemplo.

    Esta actitud acrítica y de déficit o minuvalía política en el pensamiento de muchos ciudadanos es la misma que inclina el voto hacia las tendencias conservadoras. Siempre hay un hilo continuo en la telaraña del pensamiento de los miedos e inseguridades. La cultura política sigue siendo una asignatura que la gente no asume con conciencia ni interés.

    Y sí, lo que realata el monje (si os trascribiera todo el texto veriáis, pero es muy largo; si encuentro por alguna parte la relación os lo comunicaré porque no tiene pérdida, es genial) son horrores, casos límites, inseguridades y penurias sin fin (¿hay alguna mayor que el hambre, madre de todos los demás males?) Pero ¿lo que cometió el nazismo no lo era? ¿Lo del gulag? y así etc.

    El asunto en Historia reside en discernir. No comparar unas barbaries con otras. Y afrontar cuando están cercanas todavía una cura, una terapia, un saldar cuentas.

    Un saludo.

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  9. Nada que añadir a tu síntesis precisa, Índigo. Precisamente hoy leo en la prensa que la Fiscalía habla ya de ochocientos y pico casos que se investigan. ¡Pero todo acontece con una lentitud que a veces parece desgana o dejar que pase el tiempo a ver si se olvida el tema! Claro que en la desaparición de niños hay involucrados familiares con firmes sospechas de que cometieron una barbarie con un hijo o un hermano.
    Parece que incluso aún viven presuntos delincuentes de hospitales y clínicas. Veremos en qué queda el asunto.

    Ahora bien, lo terrible: que la sociedad no comente, no haga debate de ello, ni análisis mínimos. ¿O sí lo hace pero en mi ámbito no me he enterado? Desde luego, corriente de opinión no huelo por ninguna parte.

    Ay, tiempos huecos estos.

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  10. Claro, Neo, ya estoy enterado, pero hay que ver cómo se ha reaccionado ahí. Partiendo claro, de las Madres de la Plaza de Mayo. Siempre las cosas tienen que tener su origen en la sociedad, de lo contrario los poderes públicos harán la vista gorda. Pero ahí la presión ha sido fuerte, hay jueces de dentro y de fuera de Argentina que han indagado.

    Nuestro tema es más lacerante en cierto modo, porque muchos casos no fueron de los años de la guerra civil o inmediatos posteriores, en que la represión seguía siendo feroz. Ha tenido lugar durante toda la dictadura, incluso en sus etapas más "blandas" y creo que incluso después. La impunidad es uno de los pecados más graves que una sociedad no puede aceptar.

    Un abrazo.

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  11. Hoy vienen estas informaciones en la prensa, por si a alguien le interesa estar al día del asunto:

    http://www.elpais.com/articulo/sociedad/fiscalia/investiga/849/posibles/casos/ninos/robados/anos/elpepusoc/20110618elpepisoc_4/Tes

    http://www.elpais.com/articulo/sociedad/celeridad/elpepisoc/20110618elpepisoc_6/Tes

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