(Composición fotográfica de Gilbert Garcin)
¿Nos damos cuenta de que nos pasamos los días hablando del mundo como si lo aprehendiéramos? Da igual que sea sobre sucesos de carácter mundial o local como si es sobre temas familiares. Creemos conocer lo que hay. Nos pensamos que sabemos de esos sucesos porque oímos, y acaso escuchamos, la radio y la televisión, y porque hojeamos, acaso leemos, los periódicos. Pero ¿nos damos cuenta de que en realidad delegamos en intermediarios (el periodismo de empresa) que configuran y reconvierten una parte de la realidad en lo que llaman noticia? De manera análoga, nos parece saber de los problemas de amigos o familiares, basados a su vez en confidencias a varias bandas, muchas veces contradictorias. Pero frecuentemente lo que nos llega de la vida de los próximos es murmullo, información secundaria, relación de pequeños hechos aparentes. ¿Qué sabemos del vecino? Nada. Un detalle que siempre me hizo pensar. Cuando un miembro de alguna familia ha decidido de improviso poner fin a sus días voluntariamente (con su dosis de enajenación a cuestas, naturalmente) los familiares y conocidos suelen manifestar después que no lo pueden entender, que no se lo esperaban, que era un chico o un señor normal, incluso que nunca había manifestado motivos. ¿Es eso conocer al que tenemos al lado?
(Composición fotográfica de Gilbert Garcin)
Disculpad el ejemplo, que no es precisamente aleccionador ni estimulante a la hora de la noche (tenebrosa o no está en la mente de cada cual) Creemos tener el mundo al alcance de nuestro conocimiento, pero si te paras a pensarlo son más las dudas que las certezas las que nos asaltan. Quien se conforme con el primer cuento que le cuenten, malo. Da todo (de su personalidad, de su vida) a cambio de nada. No, no digo que no haya que tratar de informarse. Pero hacerlo no es oír el ruido, de unas voces, de un pasar unas páginas de tabloide, de los destellos de un tubo catódico. Informarse es preguntarse. Tal vez deberíamos empezar a acostumbrados a cazar al cazador. A cuestionar las informaciones, a devolver los discursos, a boicotear las exhibiciones públicas de políticos y empresarios de toda laya. ¿Qué sabemos realmente de lo que se cuece en las alturas de los que detentan poder (en nombre de las sociedades, para más coña)? Que nos digan que se han reunidos los grandes X para adoptar las medidas Y, que no entiende el común de la ciudadanía, ¿sirve para algo? De hecho no sabemos ni lo que se mueve detrás, ni cómo ni en qué dirección. Francamente, a uno que flojea en sus neuronas en esta nocturnidad le da en pensar que los individuos no hemos sido elegidos para que la aristocracia de hecho nos obsequie con las revelaciones. Ellos prefieren la masa, ese ente abstracto y genuinamente manipulable, que traga, concede y soporta todo lo que le echen.
Como conclusión ahí va ese poema de León Felipe, para que alivie y no quiten el sueño mis palabras incómodas.
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan solo lo que he visto.
Y he visto:
Digo tan solo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.
Si hubiéramos reflexionado sobre cada noticia que nos han colado de rondón, seguro que esta sociedad seria otra cosa.
ResponderEliminarEn le día de ayer hablé sobre McLuhan un teórico de la comunicación que ha dicho mucho sobre la cuestión.
Saludos.
Reflexionar...pues no propones nada. Es un ejercicio ausente o escaso entre los individuos. A veces se ejercita sobre lo próximo, y de mala manera, de ahí los desentendimientos e intolerancias. Como para saber hacerlo sobre asuntos que nos superan. Siempre hemos necesitado intermediarios, pero es hora de fiscalizarlos, abrirles en canal, despojarles de sus falacias.
ResponderEliminarSi nos damos cuenta, cada vez que se toman medidas de algún tipo, económicas y/o políticas a nievel que sea, y no te cuento mundial, se monta una argumentación con abundante información no tanto explicativa como justificativa. Si se trata de invadir a un país, se hará campaña informativa del gobierno que pretende la invasión ¡y todos los grandes rotativos y canales del mundo se prestarán a ello! Es un ejemplo.
Y hay tantos.
Por cierto, comenté en tu entrada citada, pero no me deja firmar normalmente, cosas del Blogger.
Un abrazo antropológico.
Llevas muchaq razón.Nuestro pe4nsamiento está t6otalmente mediatizado y sólo sabemos y conocemos lo que quieren que sepamos.
ResponderEliminarLa verdad,como posesión de hombres libres,es en estos momentos una quimera.
Gracias por el poema de León Felipe.
Saludos
Felipe. Probablemente las cosas no puedan ser de otra manera. La información nos llega desde muchos sitios pero siempre a través de otros individuos, instituciones, visiones ajenas, normas impuestas...Lo importante es revisar esa información. ¿Lo idóneo? Comprobar su veracidad. Pero eso es imposible en la mayoría de los casos. No obstante, propongo no titar la toalla. Informarse, tener criterio, saber de...no es un proceso rápido nunca, ni de la noche a la mañana.
ResponderEliminarRelativizar lo que nos cuentan. Beber en las fuentes del escepticismo, que impícitamente llevan el agua del conocimiento también.
León Felipe, siempre tan clarividente y agudo. Vive.
Un fuerte abrazo.
Estimado Juan de Mairena, dices poco y dices mucho...para colmo poner en ciernes, versos de León Felipe, pah...
ResponderEliminarNo reflexiono, tengo la carne dura de la lucha, tengo ganado el mote de 'minoría' en este mundo, la masa va hacia el pantano y ni siquiera les advierto ya (estoy afónico de hacerlo).
¿me rindo? no jamás, canto -por ejemplo palabras para Julia-
Un hombre sólo, una mujer
así, tomados de uno en uno,
son como polvo, no son nada.
Y en mi estupidez de vivir toda la vida luchando por otro mundo, me doy cuenta que la 'masa' escucha la melodía, tararea la música...pero se c*ga en la letra.
Lo que haces tu, mi buen amigo, es importante a la empresa de los sobrevivientes del credo de un estadio de bienestar mundial...pero carajo, la ONU gasta millonadas para sacar un monarca y por otro lado nos cuenta que están sumidos en hambruna 12 millones de seres en África.
Hoy les digo a mis compañeros de lucha, es tiempo de atesorar las reservas morales...en el tiempo de la comunicación, todos dicen, pocos escuchan...
Abrazo para vos, siempre solidario
Poco puedo añadir a tu quejío, Omar. Resistencia. Mundo cambiante. No quiero decir más.
ResponderEliminarBuen viernes por esa latitud.