Como uno viene de una época en que la Política estaba denigrada y usurpada (también la Ética lo estaba) y valora la carencia, no puedo hablar mal de ella. Siempre me cuidé muy y mucho de hablar en abstracto, en general y desvirtuadamente de la política y de los políticos de la etapa democrática. De no confundir el rábano con sus hojas. De no tomar como referencia las malas prácticas respecto a la necesaria práctica. España es un país ansioso por haber carecido. Es un Estado limitado por haber sido negado su desarrollo. Es un territorio insatisfecho porque siempre poderosas clases sociales y sus energúmenos, bien en forma de reyes, príncipes, nobles, militares o clérigos, le han arrebatado la palabra, la representación y el espacio compartido. Ha habido procesos constructivos y esperanzadores vilmente traicionados. Ha habido otros procesos también esperanzadores, pero constreñidos, en que se ha minusvalorizado la capacidad cívica y llevan camino de retornar a tiempos oscuros, salvo que la inteligencia se imponga. No quisiera ir para atrás. Pero los procesos los hacen los hombres y sus culturas, y deben arriesgar en sus búsquedas.
Con su ironía habitual, Antonio machado ya hablaba de ello en el fatídico año de 1936, a través de su heterónimo Juan de Mairena. Me encuentro el siguiente texto, ante el cual mi opinión cuenta poco, puesto que sigue en vigor:
“La política, señores -sigue hablando Mairena-, es una actividad importantísima…Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino, en último término, el desdeño de la política mala, que hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de obtener ganancias y colocar parientes. Vosotros debéis hacer política, aunque otra cosa os digan los que pretenden hacerla sin vosotros, y naturalmente, contra vosotros. Solo me atrevo a aconsejaros que la hagáis a cara descubierta; en el peor caso, con máscara política, sin disfraz de otra cosa, por ejemplo de literatura, de filosofía, de religión. Porque de otro modo contribuiréis a degradar actividades tan excelentes, por lo menos, como la política, y a enturbiar la política de tal suerte que ya no podamos nunca entendernos.”
Uno tiene, por lo tanto, que reconocer el valor del concepto Política, propiciar su desarrollo democrático y coparticipar con la sociedad en abrir nuevas maneras de que la vida colectiva y la gestión pública no sean suplantadas por el poder de las finanzas o de las grandes transnacionales para las que el ciudadano es sólo un mero productor y un mero consumidor. Acaso lo que late confusa y variadamente entre las gentes que han propiciado el movimiento del 15M, sea esta misma inquietud que traslado.
Y hete aquí que releyendo el Juan de Mairena, parece que algunos de sus textos estuvieran escritos con ojo clarividente sobre lo que acontece ahora:
“Y a quien eche en cara vuestros pocos años bien podéis responderle que la política no ha de ser, necesariamente, cosa de viejos. Hay movimientos políticos que tienen su punto de arranque en una justificada rebelión de menores contra la inepcia de los sedicentes padres de la patria. Esta política, vista desde el barullo juvenil, puede parecer demasiado revolucionaria, siendo, en el fondo, perfectamente conservadora. Hasta las madres -¿hay algo más conservador que una madre?- pudieran aconsejarla con estas o parecidas palabras: Toma el volante, niño, porque estoy viendo que tu papá nos va a estrellar a todos -de una vez- en la cuneta del camino.”
Sugiero a tirios y troyanos que lean con atención las palabras del maestro. A los políticos de la izquierda, en su cúmulo de contradicciones, les pediría ruptura y cambio. A las nuevas generaciones del 15M que piensen que no es nuevo lo que propician, pero sí necesario, y que deben madurar para obtener una buena cosecha. A la derecha patrimonialista les diría…¿qué les diría? Se les diga lo que se les diga ellos van a lo suyo y no escuchan.
(Los tres cuadros que ilustran el post son de la pintora gallega Balbina López Santos, http://santoslavandeiras.artelista.com/)
Con tu acertada y oportuna selección de textos estás contribuyendo a que "Juan de Mairena" cobre relevancia como obra actual que todavía puede enriquecernos y darnos luz sobr ese cúmulo de problemas que se palpan en nuestro entorno y se sufren en carne propia.
ResponderEliminarTe felicito
Un cordial saludo
Tus acertadas opiniones siempre me dejan gratamente impresionada. Admiro tu forma de decir y lo que dices
ResponderEliminarFelicitaciones
Para mí también está siendo una sorpresa la clarividencia de Machado. Los textos de hoy, a los que saco escaso comentario, dan pie a una reflexión más amplia. Habría que reeditar el Juan de Mairena y repartir entre parlamentarios generales, regionales, locales, concejales, militantes, sindicalistas, colegiales, universitarios y acampados del 11M.
ResponderEliminarLuis Antonio, me reconfortas.
Azulceleste, gracias por pasar y emitir opinión. Por lo demás, el discurso (o debate o ampliación de puntos de vista o lo que sea...) está abierto.
ResponderEliminar(Me sonrojas)
Totalmente vigente y seguramente desconocido para la gran mayoría.
ResponderEliminarCreo que es un acierto de pleno el que nos refresques la memoria porque el momento que estamos a vivir necesita alimentarse de ideas y conceptos que aunque nunca mueren parecen dormidos y está bién ponerlos de nuevo en circulación.
Gracias y salud!
Conociendo al padre de la criatura no debe de sorprendernos esas palabras que como bien dices deberían de ser leídas y reflexionadas por los políticos de hoy y por el resto de ciudadanos, pero sabemos que es un país en el que se edita mucho pero se lee poco, de ahí que la TV haga su agosto.
ResponderEliminarMira mi querido Amigo, por bienintencionadas e ilustradas que fueran las palabras que hablasen sobre las bondades de la política, están a la baja.
ResponderEliminarSuponte que vamos a uno de esos lugares que se arrastran de hambre y sed, arañando la tierra para conseguir una raíz y el jugo de la misma y le digamos 'qué lindo es vivir'...pah, carajo!! (permíteme decirlo) no los vamos a convencer de que vivir es bello y bla bla bla.
En todo caso, lo decía Trotski en sus ensayos 'Su moral y la nuestra' que frente a los hechos hay que tener una respuesta revolucionaria, aunque fuera minoritaria, escandalosa frente al concepto de popular arraigo...
Para hablar bien de la política, debemos referirnos a 'alguien' que lo haga bien. ¿líder? ¿mesías? bueno esos conceptos se me antojan ofensivos por lo tan abundamente usados, diría 'nuestro representante'
Para hablar bien de la vida, al que la padece, hay que romper las cadenas del armamentismo, del negocio financiero especulativo y dedicarnos a vivir dignamente y HACER QUE LOS DEMÁS TAMBIEN VIVAN DIGNAMENTE.
Lo que digo no invalida ni se contrapone con los dichos de ambos genios Antonio Machado y Juan de Mairena, simplemente trato (humildemente) de adaptarlo al 2011.
Abrazo solidario de siempre.
Balbi, es que tenemos verdaderos tesoros en la literatura y el pensamiento del pasado que no sabemos aprovechar. Son esos autores vivos en pensamiento los que nos refrescan y consuelan (mal de muchos...)
ResponderEliminarSalud siempre.
Emilio, si traicionamos la memoria de la gente sencilla, ¡cómo hemos traicionado la de la gente que aportó letras, ideas y propuestas de convivencia!
ResponderEliminarEspaña es un país de ingratos, de envidiosos, de aparentes y acomplejados. Miramos lo superficial, lo caduco, lo estéril...y no somos capaces d beber en las fuentes de agua clara de la intrahistoria.
Salud también.
Si tienes razón, Omar, pero es que lo de qué lindo es vivir también suena hueco y contradictorio en nuestras sociedades supuestamente desarrolladas. Porque la sociedad está muy atomizada, acaso por eso el mensaje liberador o de izquierdas no llega, porque ¿a quién se dirige? ¿A obreros y empleados de una condición u otra (hay o se consideran tantas capas de obreros), a las llamdas capas medias, a los proletas sin trabajo, a los pasotas, a...? El discurso de la liberación no se lo plantean hoy las masas (uso el lenguaje de otro tiempo, ya que citas al Trotski que no pudo ser) ni por asomo. Mientras la gente vea el consumo y un puesto de curre sin má como la Salvación eterna no hay nada que hacer.
ResponderEliminarNo sé si el revolucionario ruso que citas tenía razón, pero dudo un poco. No se trata de tener caudillos, mesías, líderes...se trata de que cada uno tenga la cabeza sobre los hombros. Es a ese tipo de cabeza sobre los hombros y que con frecuencia la pierde al que recurre y sobre el que discurre Juan de Mairena continuamente.
Sin actitudes personales sensatas, sin educación personal permanete, sin interés por vivir diario, sin un progreso interior de ética y de cultura política...nunca llegaremos a nada por muchos "representantes" que aparezcan. Me temo.
Naturalmente que te abrazo.
Es alucinante como pasa el tiempo y continuamos en las mismas.
ResponderEliminarTodo cambia para permanecer igual y parece que nunca aprendemos de los hechos, siempre confiamos en que esta vez será diferente, que a nuestra generación no nos va a pasar y finalmente, descubrimos que de nuevo ha sucedido.
Gracias por permitirme conocer estos textos que de otra forma no sé si lo hubiera hecho (¡Ay, cuánto daño hace el actual sistema educativo!)
Un saludo.
Raúl, agradezco tu presencia y opinión. Algunos historiadores hablan de ciclos de la Historia. Yo no creo tanto en los ciclos por sí mismos, ni por su concepto de tiempo ni por el de circunstancias, sino que dado que el alma humana sigue permaneciendo con sus viejos vicios, pasiones y olvidos, pues da lugar a que se produzcan nuevamente acontecimiento análogos a los que ya se habían producido. Naturalmente pueden varias en formas y afectaciones. Si a eso le añadimos la peculiar idiosincrasia de los españoles, cuyo nivel cultural sigue siendo deínimos, pues nos topamos con lo que nos topamos. Que Machado sigue estando en vigor. Como Larra, Quevedo, Blanco White, etc. Pero el tema es más para largo.
ResponderEliminarUn saludo grande.