Uno no quisiera que se cumpliera en su propia carne como una revelación aquella sentencia del maestro Juan de Mairena:
“La posición del satírico, del hombre que fustiga con acritud vicios o errores ajenos, es, generalmente, poco simpática, por lo que hay en ella de falso, de incomprensivo, de provinciano. Consiste en ignorar profundamente que estos vicios o errores que señalamos en nuestro vecino los hemos descubierto en nosotros mismos, en desconocer el proverbio a que antes aludíamos, y en olvidar, sobre todo las palabras del Cristo, para conservar el alegre ímpetu que apedrea a su prójimo.”
(El sabio Joan Vernet)
Por eso al acometer mis críticas hoy no me voy a distanciar y me voy a incluir, participando de ese vicio de la autoflagelación a la que somos dados tantas veces, pero más allá de la cual no somos muy finos a la hora de presentar alternativas de conducta y menos soluciones de pensamiento. Y toda esta perorata viene a cuento de que la muerte hace unos días del importante arabista Joan Vernet me ha hecho reflexionar una vez más sobre el olvido e incomprensión que hemos tenido secularmente los españoles sobre otros españoles del pasado: los árabes. Casi ocho siglos, de realidad de la cultura árabe en la península, con una extensión mayor o menor que fue fluctuando y mermando, es mucho tiempo como para ignorar que nos dejó un legado vasto, avanzado y sustancial para el desarrollo de los reinos y estados medievales, los españoles y los europeos.
De ello habla con extensión y conocimiento Joan Vernet en su imprescindible obra Lo que Europa debe al Islam de España. Por una parte, el mundo árabe recogió la herencia de la antigüedad clásica . Materias como la numeración de posición, la doctrina astrológica de las conjunciones, los estudios de Dioscórides, el latín y sus traducciones al árabe demuestran que hicieron de vehículo de los saberes antiguos. Desarrollaron los conocimientos de filosofía, ciencias ocultas y matemáticas, astronomía, óptica, astrología, alquimia, medicina, geología, náutica, zoología, cultivos y riegos en agricultura, así como caligrafía, arte y narrativa. ¿Qué más se puede pedir? En su paso consolidado por nuestra península su aportación fue clave en el desarrollo posterior de las culturas occidentales.
Conclusión. No sé si España es un país ingrato, irresponsable o simplemente ignorante. Ingrato por no reconocer, aun a sabiendas de que se posee un acervo fundamental, el papel de las culturas que se asentaron en ella, principalmente la árabe. Irresponsable, porque si conoce esa aportación, hacen poco las autoridades institucionales y académicas por difundirla entre sus ciudadanos y reconocer su decisiva influencia. Y como efecto de ambas actitudes se produce un desconocimiento e ignorancia que nos hace menos comprensivos y tolerantes no sólo con los que llegan, sino con nuestra propia experiencia del pasado. Por mi parte, estoy leyendo algunos trabajos de Vernet siquiera sea para saldar, en mi modesta escala, una cuenta pendiente de conocimiento y gratitud con aquella cultura aportadora. Mi agradecimiento al sabio recientemente fallecido.
Acertado homenaje a Joan Vernet.
ResponderEliminarEuropa en general y España en particular, debe al mundo árabe un rico acervo cultural innegable e indiscutible en todas las materias que has enumerado.
La poesía, la Literatura, se enriquecieron con las numerosas traducciones de sabios medievales en la Escuela de Traductores de Toledo; o las maravillosas jarchas mozárabes cuyo legado aún siguen impresionando por su sensibilidad a todos, incluidos a los jóvenes: mis alumnos de secundaria y bachillerato quedan maravillados ante tal expresión de sentimientos tan lejanos en el tiempo pero tan cercanos en emociones.
Y es que desde el mundo de la enseñanza se debe de crear un punto de origen para ese acercamiento, valoración y respeto por la cultura árabe que tanto nos ha aportado durante una convivencia de casi 800 años.
El problema, al menos en la Edad Media, fue la intolerancia religiosa, que miraba con ojos inquisitoriales y de herejes a toda esa ciencia nueva de sus enemigos de fe, que le hablaba de aspectos demoníacos y condenatorios, cuando lo único que aportaba eran avances, por citar un ejemplo, en la numeración árabe tan práctica frente a la densidad de la romana. La intolerancia religiosa decapitó mucha cultura y mutiló mucho alfabetismo, sin entrar en la censura de libros prohibidos. Prohibidos porque hacian al hombre más inteligente y lo que interesaba era la ignorancia que daría como fruto la manipulación.
En fin, como te decía hace unas horas, excelentes reflexiones. Un placer leerte siempre.
Un abrazo.
Marisa. Tus precisiones enriquecen el tema, desde luego. Y me pones un caso genial. Si eres profesora debes hacer un esfuerzo por hacer llegar a tus alumnos la mejor y más actualizada información sobre los temas que sean.
ResponderEliminarTe recomiendo el libro que cito ("Lo que Europa debe al Islam de España") Mira la referencia de algunas obras suyas:
http://www.acantilado.es/autores/juan-vernet-289.htm
En efecto, la cultura de los vencedores aplicó el silencio y la historiografía se hizo a imagen y semejanza de los cristianos. Lo que no se ha podido ocultar es la ingente obra que hemos heredado.
Un abrazo.
Soy Granadino, por lo tanto nuestros antecedentes son árabes,no se puede decir, como hacen algunos vascos, que tenemos el factor RH+, imposible, aunque alguno por aquí ya le gustaría.
ResponderEliminarEs curioso, que Granada que vive ensimismada de la Alhambra y Sierra Nevada, de las cuales cree que puede comer y vivir a costa de su turismo, sus habitantes viven de espalda a ella; muy pocos granadinos conocen el monumento que hay en la colina roja y menos que se lo hayan "pateado"; en los colegios, por lo general, son temas que están al final de los libros y a eso no se llega; en la Universidad, este año intenté hacer un par de asignaturas sobre
Al-Andalus y no terminé el primer cuatrimestre, rodeos y más rodeos para no explicar nada o solo para presentar los libros que el catedrático había escrito sobre el tema.
Resumiendo, llevas razón en lo que manifiestas, aquí decir que tenemos ascendencia "mora" es un anatema que te puede costar caro, según donde lo manifiestes.
Hola, Emilio, me encanta vuestra participación testimonial. Uno se sabe menos solo en este mundo con sus "manías".
ResponderEliminarEs digno de considerar cómo la ascendencia árabe se convirtió en mora y en el sentido más despreciativo que se imagina nadie (suma a eso el criterio que también se ha tenido de los judíos)
Cómo lo que fue parte integrante se arrojó a las tinieblas exteriores, cómo se impuso un sentido épico partidista (la civilización cristiana), cómo se pasó a la ignorancia, al temor e integración forzada (de ahí los judíos y moriscos conversos que posteriormente dieron lugar en algunos casos a artistas y escritores fundamentales) Y no hay manera de que se haga mucho esfuerzo recuperador. Si ni siquiera se quiere hacer de la última guerra civil, ¿qué podíamos pedir que se considerara sobre una cultura que fue tenida por vencida y superada?
Lo del RH me ha hecho sonreír, y te creo. Aunque hay mucho mito con el RH de los vascos (recuerdo al Arzallus de hace años con el tema en boca al que hubo que decir y qué que hubiera tantos RH negativos allí respecto a otros lugares, ¿son más puros de corazón por eso?) espero que nunca cunda la pureza de sangre que es un cuento chino. Los arqueólogos y paleontólogos de Atapuerca están esmerándose en ver procedencias y convivencias mezcladas entre neandertales y sapiens y ya ves, todo estaba tan mixtificado entonces...
En fin. Creo que está bien que los profesores os esforcéis en divulgar, incluso por libre, lo que las instituciones no procuran. Un abrazo y gracias por tu sensibilidad.
Por aquí nos han enseñado en la escuela la influencia determinante de los árabes a la cultura occidental, sobre todo desde su paso por España, si bien es cierto nunca -al menos que yo sepa- se ha hecho hincapié en el hecho que esos mismos integrantes de la comunidad islámica han sido, pues, verdaderos españoles, radicados y nacidos en la península a lo largo de los siglos.
ResponderEliminarHoy por hoy, los prejuicios que se han montado a partir del atentado de las torres contra TODO lo que sea ose vea como árabe ha logrado desprestigiar todo lo que se relacione con esa cultura, demonizándola e incluso, ignorando su rol constructivo fundamental para nuestra propia civilización occidental.
Es mucho lo que se logra manipulando los medios de información como así también lo que generan el miedo y los sectarios.
Un saludo cordial.
¡cómo me gusta este espacio! es que además de usar la cabeza para el entendimiento, también uno puede sacar su ser tal cual se presenta ante la vida.
ResponderEliminarPrimero, compartir con el veterano Juan de Mairena lo de aquello que los ridiculistas, críticos con sátira, influyen pero son como el perfume de una flor, se diluyen en el aire. Prueba es la de los caricaturistas, que por más destreza que tengan no alcanzan la de un pintor de renombre.
Segundo y cuando te refieres a la cultura desparramada por los árabes sobre la España, cabe resaltar que -para mi- el principio como tal se da en IRAK, y oh casualidad...un desvastador terror destruyó todo por ahí.
Gracias amigo, por lo inteligente de tu espacio.
Un abrazo 'compañero'
Neo. Está bien eso que cuentas: nunca se hizo hincapié en que aquellos pobladores podrían ser considerados tan españoles como los que llegaron desde los Reyes Católicos hasta ahora.
ResponderEliminarIndependientemente de la demonización anticultura islámica, la tarea ya viene de muy antiguo, no sólo de Bush y el Tea Party. Pero en el mundo árabe se está moviendo mucho y a varias bandas, está por ver la perspectiva de liberación que logren sus sociedades contra los gobiernos despóticos que las sujetan por todas partes.
Un abrazo.
Omar, sólo hablo de lo que me intriga. No porque sepa, sino porque no sé y pretendo afilar los lápices del pensamiento. Hay mucho sobre lo que reflexzionar, sobre lo que clarificar, sobre lo que valorar. Mucho que recuperar del olvido frente a la ideología que domina hoy: lo mediocre. Probablemente yo me mueva también en esas aguas de lo limitado, pero no puedo conformarme. Pequeñas dosis de indagación por si (me) sirven para algo.
ResponderEliminarY comunicarlo, claro.
PD. ¿Llega la default USA?
Yo creo que los árabes españoles, al establecer ese contacto con la Europa de entonces y romper, en cierto modo, con Damasco, hubieran supuesto un paso en la modernización de esta cultura que se vio truncado.
ResponderEliminarDe cualquier modo, algo (o mucho) ingratos, lo somos. Nunca es tarde para desfacer entuertos, para ello hay que comenzar, el maestro Vernet puede ser ese comienzo.
Trecce. Es que creo que fueron la modernización de la península durante varios siglos. Luego, los reinos cristianos, al avanzar con influencias europeas fueron tomando el relevo. Todas las culturas se alimentan mutuamente. Todas son sincréticas. Todas aportan para nuevos estadios culturales.
ResponderEliminarPor otra parte, tratar de entender aquellos siglos y aquellas culturas determinantes es fundamental. No implica tener que aceptar nada, ni ideológicamente ni de Islam. Hay gente que mezcla todo y es incapaz de analizar o informarse, simplemente porque le suena al coco que cree que puede haber detrás. Y hoy los tiempos son otros. Los países árabes necesitan ahora de la cultura moderna, sólo les falta desarrollo más equitativo y acabar con sus dictaduras. De la misma manera que nosotros necesitamos escucharles. En fin.
También fue curiosa la manera en que se produjo la denominada "invasión" árabe. Un historiador francés de hace años ya sacó un libro titulado "Los árabes no invadieron nunca España". Eran más sutiles. Pactaron, negociaron y compraron a los pobladores visigodos o no visigodos que vivían en estos territorios. Luego les invitaron a sumarse a su proyecto. Sólo los que se opoonían a ambas opciones fueron atacados. Una especie de proceso de integración forzado y electivo, a la vez. Pero nada que ver con los hunos invadiendo Centroeuropa unos siglos antes.
Un saludo.