hoy es siempre todavía

lunes, 18 de julio de 2011

Maldita fecha




No quiero poner nada de mi cosecha. Ya habla uno bastante. Esta fecha maldita sigue teniendo un eco de duelo que no hay manera de que se supere. He tenido acceso a las memorias particulares e inñeditas de una mujer casi nonagenaria que vivió y sufrió en un pueblo histórico de la Castilla profunda. Trece años tenía esta mujer cuando el ardor del día de verano se convirtió en un fogonazo múltiple en su existencia, de mano de la ignominia y de las armas falangistas. Marcada para siempre. En estas memorias, un verdadero ejercicio de superación y conjuro anímico, escritas a mano y en cursiva con una calidad narrativa y emocional impresionante, relata toda su vida. No sólo el padecimiento por la sangre derramada, sino las penurias y los márgenes a los que ella y sus hermanos fueron conducidos por el franquismo por ser hijos de rojos. Doy paso a estas palabras sagradas.



“…fue un día hermoso de verano, pero al poco tiempo de amanecer se tornó en carreras por la calle y griteríos dando vivas a la masacre que nos venía encima.

Unos días antes, estando en la plaza del pueblo oí decir a mis padres han matado en Madrid a un tal Calvo Sotelo, esto se pone muy mal, pero yo no comprendí entonces qué quería decir aquello; seguí oyendo la música que había en la plaza y así quedó; después fui comprendiendo todo lo que querían decir.




Volviendo a la mañana del 18 de julio, vi que mi padre subía al desván de la vivienda toda la propaganda que se encontraba en casa, se ve que temían que registrasen la casa, porque los vecinos de en frente con los balcones abiertos gritaban: ahora a por todos, a rajatabla con ellos. Al poco rato se oyeron disparos aislados en la plaza del pueblo. Después, día tras día, las cosas fueron a peor, fueron sacando gente inocente a matar, porque aunque se piense como se quiera, sin haber hecho daño a nadie, no hay derecho a matar. Mucha gente de la que murió fue, aparte de las ideas, venganzas personales entre familias. Hasta que nos llegó a nosotros. No se me olvida el cuadro que se presentó, mi madre despertó a los cuatro hijos para decirnos que nos quedábamos sin madre. Mi abuelo P. se desmayó, mi tía S., con su hijo en brazos recién nacido, y tres borrachos mandados y pagados con el mosquetón al hombro se los llevaron. Nos dijeron que iban a Valladolid a declarar. ¿Cuál iban a declarar? Nada.




A las cinco de la mañana mi abuelo fue al cuartel de la Guardia Civil  a ver qué pasaba, y ya le dieron la noticia de los asesinatos, a los tres, mis padres y mi abuela. A mi abuela V. la dijeron váyase para casa pero la mujer echó a andar. Entonces la dijeron, no, porque después contará todo lo que ha visto, y la mataron por la espalda. Da escalofríos tener valor para esto pero esa gentuza no tenía conciencia, ni habrán tenido remordimiento mientras han vivido. Eso fue horrible, hay que pasarlo para saber lo que es. Quedamos todos destrozados. Quedando en la más profunda tristeza y desamparo, allí nos quedamos los cuatro hermanos huérfanos, mi tía S., su hijo y mi abuelo, sin saber qué hacer.




Tocante a mi pobre madre, su  muerte más que política (aprovechando que sí era de izquierdas, no lo niego) fue una venganza amorosa, de un tal asesino, se llamaba A.T., casado que por cierto no tuvo hijos, pero cada vez que veía a mi madre con nosotros de paseo, recuerdo siempre le decía algo, yo entonces no comprendía, pero luego lo supe, por lo visto la pretendió y ella no lo aceptó, por causas que ignoro, pues por lo visto tuvo tal osadía de, antes de matarla, aprovechar su cuerpo para lo que le dio la gana, y aun más delante de mi padre y de mi abuela. Les diré que a una muchacha llamada M., de 18 años, también la mataron por bordar la bandera republicana, al igual que el único hermano que tenía con 16 años.”




Aclaración. Al publicar estos fragmentos de una memoria íntima no me ha guiado otra intención que la de trasladar un testimonio de valor y dignidad. Valor para sobrevivir y salir adelante. Dignidad porque la vida nos enseña que no puede depender de los energúmenos ni de los intolerantes. Me descubro ante esa nonagenaria que logró superar las pruebas de la traición y de la injusticia.

Las ilustraciones corresponden a la obra titulada La España Negra de Franco, del pintor Luis Quintanilla.


20 comentarios:

  1. Impresionante.
    Me da miedo que no se aprenda de lo vivido...Y son muchas veces los propios nietos que nunca han escuchado a sus abuelos.
    Te felicito por esta entrada llena de sensibilidad.

    ResponderEliminar
  2. Sara. Pues hay muchos que no aprenden ni quieren aprender. Desgraciadamente aquello acabó en que hicieron de España un erial. Del que nos hemos repuesto en un sentido, pero no en otros. Por ejemplo, la enseñanza escolar o universitaria nunca ha ofrecido versiones documentadas de la barbarie de 1936.

    La transmisión oral es vital para las generaciones nuevas y para la construcción de la convivencia en una sociedad.

    Yo te agradezco te hayas pasado y te apuntes un testimonio con coraje. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Estremecedora historia, una de las muchas vividas en aquella. No todos los que pasaron vivencias similares se atrevieron a contar, el miedo se quedó instalado en sus vidas para siempre. Esta mujer además lo deja escrito.
    Los dibujos de Quintanilla impresionantes!

    ResponderEliminar
  4. No encuentro palabras para agregar luego de leer este testimonio. Sé de lo que se trata la intolerancia y la barbarie. Por aquí la vivimos bajo forma de dictadura militar no hace mucho, aunque en España la guerra civil fue mucho más cruenta y masiva.
    Terrible.
    Cabe el ejercicio de no dejar que se pretenda caer en el olvido.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Estremecedor testimonio de una fecha que fue el inicio de una etapa aciaga sembrada de dolor e injusticias.
    Este artículo es también , un tributo a los que lucharon por la causa republicana intentando defender la legalidad.
    El costo fue muy alto: la muerte, la cárcel, la represión , el destierro.
    "La España del éxodo y del llanto..." dice el poeta.
    Rescatar la Memoria Histórica es imprescindible para desarticular el mecanismo que intenta desdibujar los hechos e instalar el olvido.
    Gracias.

    ResponderEliminar
  6. Lo peor de todo esto amigo mío, es que no hay manera de cerrar esa herida por el empecinamiento de los vencedores de mantenerse en su puesto "frente a los luceros".
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Desgraciadamente no ha sido ni la primera ni será la última guerra civil en la que mueren cientos de miles de personas, generalmente, niños, mujeres y ancianos, cosas de las guerras modernas.
    Lo que más me preocupa es que no aprendamos de esos errores, nadie aprende en cabeza ajena, vemos en nuestro país como se está cambiando la historia y prácticamente no decimos nada, aquellos que estuvieron mandando económicamente antes de la guerra civil lo siguen haciendo ahora, otra gran mentira es nuestra alabada, por muchos, transición democrática,¿que democracia tenemos hoy?.
    Como decía, aquello es historia, me preocupa hoy y lo que estamos dejando a nuestros hijos y nietos.

    ResponderEliminar
  8. Balbi, desde luego cada supeerviviente tiene su historia. En la guerra como en la paz todos y cada uno tenemos que contar algo. Muchos lo hicieron sólo verbalmente, en voz baja, transmitiéndolo a hijos y nietos, muy lentamente. Pocos escribieron (tal vez más de los que imaginamos) pero muchos no podían ni sabían hacerlo. No creo que alguien callara al cien por cien. Si de todo hace falta desahogo imagínate de un hecho sustancial que modificó la existencia de cada español.

    Y sí, también los dibujos de Quintanilla fueron un descubrimiento para mí. Tiene más obra y fue un muralista importante en USA y uno de los de Hollywood. ¿Verdad que es increíble lo que deparó la vida a los exiliados? Otros fueron a Mauthausen, claro.

    ResponderEliminar
  9. Neo. El valor subjetivo (para mí) del testimonio que adjunto es que es el de una persona próxima, del medio, una vecina de toda la vida, pero no de la de entonces, naturalmente. Mucha gente que hemos tratado desde la infancia ha ocultado sus vidas anteriores. El tema es que no fue una guerra común. Primero es que fue el acto abyecto de rebelarse contra la democracia, lo elegido, lo votado, y por el medio más vil: la conspiración y las armas.

    A mi no me gsuta plantear el tema como la Guerra del 36, simplemente. Fue bestial la manera de llegar a ella, provocada por la derecha reaccionaria. Ellos fueron los responsables absolutos. Una vez desencadenada una reacción a la sublevación, no cabía esperar que todo el mundo se dejase masacrar. Y pasó lo que pasó.

    Y la segunda parte (o tercera): los cuarenta años de desierto, eliminación física, cultural, política...En fin, de todos conocido el asunto. Pero lo recuerdo porque aún se empecinan los conservadores en contar SU historia. Triste. No hay manera así de cerrar heridas.

    ResponderEliminar
  10. Carmela, ratifico cada línea tuya. Un asunto de tal envergadura no lo enmarcamos en cuatro palabras, obviamente. Pero hemos conseguido al menos tener claros los conceptos, las motivaciones, los hechos...Aunque muchos no desean conocer la verdad.

    Lamentable que la Memoria Histórica no haya sido cubierta y protegida como se debería por el PSOE y el Gobierno. Cuando lleguen los hijos de aquellos de entonces será peor. Lamentable.

    ResponderEliminar
  11. Carlos. Agggg. Razón tienes. La incultura, la manipulación, el oportunismo y el miedo a la verdad se instaló entre los españoles de antes y veo que también entre muchos de los de ahora.

    Salud. Y homenaje.

    ResponderEliminar
  12. Emilio Manuel. Veo que todos coincidimos en los mismos análisis, lo cual me estimula y me arropa. Mucha gente no entiende tampoco nuestra sensibilidad. Cree que solo somos nostálgicos, revoltosos, que siempre estamos dando vueltas al tema. No se dan cuenta de que no es algo de recuerdos y mucho menos de venganzas. Es tener presente las razones, el alma y lo sucedido para no repetir errores.

    Pero no sé, no sé...Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Hoy es día de ver "la lengua de las mariposas".

    ResponderEliminar
  14. Ah, ¿sí? ¿Es buena, interesante, didáctica, introspectiva, reflexiva...?

    Si la he visto fue hace tanto, que no la recuerdo muy bien. Gracias.

    ResponderEliminar
  15. ¡¡Maldita fecha!!. Gracias por tu entrada. Pepe Oliver

    ResponderEliminar
  16. Pepe Oliver. Así es y pocas palabras bastan a buenos entendedores...Te agradezco el recuerdo, el paso por este espacio, y tu vuelo desde ese ámbito de la Geografía y su enseñanza, si no caigo mal, ¿es así?

    Salud. Nunca más.

    ResponderEliminar
  17. La verdad es que te deja un poco sin palabras que añadir, pero quieres dejar constancia de que lo has leído.
    Gracias.
    PD Si esa narración existe en libro o hay forma de conseguirla agradecería información para ello, si no fuera conveniente pública, puede enviarla a mi correo.

    ResponderEliminar
  18. Manu. No, no está editada, sólamente en un cuaderno de espiral que han tenido la amabilidad de prestarme. Pero supongo que tiene que haber muchos de ese estilo. ¿Te imaginas una recopilación de testimonios análogos? ¡Como para tumbar a la Realísima Academia de la Historia Falaz!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  19. Oye tú, ¡tiempo! trágate tus calendarios y devuélveme al 18 de julio de 1936, pues quiero gritar -y aunque fuera lo último que haga- quiero gritar ¡Viva la República! ¡Abajo el golpe!
    .
    llegue hasta vos, mi dolido corazón y mi fraternal abrazo

    ResponderEliminar
  20. Omar. Si nos devuelven alguna fecha, mejor la del 14 de abril de 1931. Para corregir los errores, poner coto a los propietarios de vidas y haciendas y profundizar en los logros de la República. Para evitar, en fin, que montaran aquella fecha fatídica.

    Pero eso son ficciones, las cosas fueron como fueron y la historia no enmienda a posteriori.

    Gracias por tu recuerdo. Ya digo que hay un largo duelo todavía. Pero, ¿para todos? No, creo que más bien para una minoría que hemos sido sensibles siempre a la ignominia y al crimen cometidos.
    Otra cosa es que contemplemos la reorganización de la derecha conservadora y comprobemos como recuperan viejos tics del pasado.

    ResponderEliminar