Me pregunto si los criterios de los españoles sobre los temas de envergadura son tan sorprendentes o ya nos conocemos lo suficiente como para no quedarnos boquiabiertos. A propósito del problema generado en la central japonesa de Fukushima, se hace en un periódico la consabida encuesta acerca de la aceptación por los españoles de la utilización de la energía nuclear. Como siempre, aparece la opinión de las dos Españas, aunque sea por eso de que quede claro que hay dos Españas y como si hubiera un fatum ineludible por el cual unos no pueden ni deben pensar como los otros. Al ser preguntados los encuestados si España debe abandonar la energía nuclear, el 49 por cien de los encuestados dice que sí y el 46 por cien dice que no. Un posicionamiento con escasa diferencia numérica que no sé hasta qué punto es resultado de una buena información y por lo tanto si es consciente y sensato.
Porque viene la segunda parte, bastante paradójica. Cuando se pregunta al personal: “¿Hasta qué punto estaría de acuerdo con que se instalara en su municipio y/o en su provincia y/o en su comunidad autónoma una central nuclear?”, ay, amigo, entonces el poco o nada de acuerdo sube al 74, al 70 y al 65 por ciento respectivamente, según, se trate de una entidad administrativa u otra. Es decir, según el cerebro de los encuestados conciba la proximidad o la lejanía del lugar donde se instalara la central ve el tema de otra manera.
¿Somos pintorescos o qué somos en este país? La contradicción es palpable: hay poca diferencia entre los partidarios y los no partidarios de lo nuclear cuando la pregunta es más general y sin embargo la brecha de opinión se abre considerablemente cuando a la gente se le invita a que piense en términos de aceptación del ingenio en su proximidad habitable. No sé si es desconocimiento, egoísmo, dejación o pereza mental lo que lleva a muchos a no tener una idea clara y seria. En resumen, que en plan chusco podría concluirse: qué bueno es algo cuando me beneficio siempre que el riesgo lo corran otros. Con este panorama hablar de ciudadanos modernos, solidarios o simplemente consecuentes parece algo fuera de lugar. Pero con estos tics el debate informado, decisivo y vinculante sobre el futuro del uso de la energía nuclear lo vamos a tener muy difícil. Y sin embargo es necesario. ¿Por qué será que la misma España de siempre me sigue helando el corazón?
Con esto de las nucleares (también con otras cosas de estas que "huelen" mal) siempre ha ocurrido lo mismo, ya en los años 70, cuando algunos estábamos con el NUCLEARES NO: Un buen número de personas está por la energía nuclear, pero que la central esté lejitos.
ResponderEliminarAdemás y por lo que apuntas de la información, existe, sí , pero sesgada, interesada y contando verdades a medias, o sea, peor que las mentiras.
Nunca nos hemos destacados los españoles por nuestro civismo sino más bien por todo lo contrario. Por otra parte la derecha mediática ya lleva semanas bombardeando (e insultando como es su norma) sobre las bondades de las centrales nucleares, que si son eliminadas subirá la factura energética, que esto es una baza electoral utilizada por los "ecoguerrileros talibán", y otras bellezas por el estilo. Hice una sátira la semana pasada sobre esta cuestión en mi blog.
ResponderEliminarYo creo que el verdadero problema que nos tenemos que plantear es el de un consumo más responsable, y no el actual derroche, hasta que los que la tienen (que estoy seguro es así, pero intereses económicos siempre privan), saquen una energía alternativa a las actuales, más barata, que no dependa de una existencia fácilmente consumible, y no contaminante.
Decía Manuel Azaña que si los españoles opinásemos solo de lo que realmente entendemos se haría un gran silencio en el pais, que podríamos aprovechar para estudiar...
ResponderEliminarDe ahí los resultados de la encuesta a la que te refieres...
Nos gustan la renovables, pero no su coste. Y es otra falacia, lo que no nos gusta es la cantidad de chorizos que han invertido en un huertecito solar, o en un parque eólico, al calor de las subvenciones. Esas son las que "animan el cotarro" y las que encarecen el asunto...
Habría mucha tela que cortar, como en tantas otras cosas.
Saludos,
¡Ah, las nucleares! Un tema de moda, como la cruzada contra el moro Gadafi. Uno encuentra encuestas hasta en la sopa y contesta con la misma alegría con que ignora los asuntos de que se trata.
ResponderEliminarPero el respetable no debe preocuparse demasiado. Las nucleares japonesas reventarán o se apagarán y la humanidad, mientras tanto, habrá descubierto nuevas atrocidades o desastres sobre los que opinar. Y las dos Españas podrán oponerse una a la otra con el mismo tesón con que vienen haciéndolo por la olvidada guerra de Irak, los vertidos de petróleo en el golfo de Méjico, o las múltiples e inacabables corrupciones PPSOE, o los bonos basura que llevaron esta sociedad a la ruina económica.
Respeto tu opinión, Teresa, aunque la veo un tanto agria, más de lo que yo mismo hubiera planteado. Yo también he votado contra la guerra, contras las injusticias, contra la mentira...pero veo que el voto cada cuatro años no basta. Y mientras, ¿dónde está nuestro nivel cultural? ¿No estaremos haciendo dejación de cosas más elementales, como las que tú planteas: la solidaridad, el apoyo mutuo, el ejercicio del pensamiento...por ejemplo? Es muy bueno y sano polemizar buscando luz.
ResponderEliminarGracias, Teresa.
Trecce. Uno de los problemas principales está en que se sustrae información fidedigna a la sociedad. Otro, no menos importante, en que la sociedad es muy vaga para afrontar los temas de envergadura. Otro, aún más grave, que los intermediarios políticos, los partidos, no son consecuentes cuando llegan al gobierno. Y esto resulta poco ejemplar. Aunque no quiero generalizar, tengo esa percepción y eso desorienta. Y luego eso, ya no en el tema de las necleares, sino en vertederos, simples basureros muchas veces, hasta tanatorios...que no me los pongan al lado, que se los lleven a otra parte.
ResponderEliminarQué sentido más insolidario del civismo. Gracias.
Carlos, suscribo tu opinión. Por una parte, de la derecha tradicional no cabe esperar más de lo que ofrece. No en vano tras la FAES está el lobby nuclear moldeando sus opiniones y por lo tanto el programa del partido.
ResponderEliminarPero me preocupa más que la sociedad no exija un planteamiento a ciertos plazos sobre los modelos de producción, de distribución y de consumo. El crecimiento del ladrillo se reveló un arma de dos filos, un bumerán cuyo precio se está recogiendo en paro y economía. Pero no hay manera de que se afronte algo diferente. Nos gusta ganar mucho, gastar mucho y que encima nos subvencionen. Y esto los bancos no lo hacen, precisamente.
Y donde podría producirse un debate, en los medios de comunicación, mayormente están mudos y entregados a la cuasa de los amos. En fin.
María, bienvenida. Podemos dejar un margen también para los que vamos por libre, ¿no? Si te dijera que yo en esta vida he aprendido más de individualidades, de pequeños grupos o entes, tipo naturalistas o Ecologistas en acción o asociaciones de vecinos, de ciertos profesores con vocación comunicativa, ¿qué dirías?
ResponderEliminarEstá bien pensar junto a los que piensan como tú si eliges el pensamiento y la confluencia con ellos. Eso es natural. No lo veo tan bien si uno se adscribe a otra opinión por delegar, por sentirse protegido en opinión, por dejarse arrastrar. No olvides que el ejercicio del pensamiento y de la acción lo son ante todo como ejercicios de la libertad. A mi, si no es así, no me sirve. El hombre masa me da grima.
Gracias por opinar, es muy grato.
Antonio, siempre tan lúcido Manuel Azaña. Y cuánta razón en esa frase que citas y que refrendo.
ResponderEliminarY en cuanto a las renovables...ya ves, Iberdrola mismo, explota energía nuclear y cotiza en bolsa por renovables...¡van a por todas! A por el negocio esté donde esté y sea como sea. Los modelos energéticos, tengo la impresión, les importa como sociedad mercantil, no como sociedad civil. Tremendo.
Habría mucho que cortar sobre todo en subvenciones. Con el mito de los emprendedores es probable que esté ocurriendo lo quedices tan bien: al calor de las subvenciones se apuntan hasta los más aprovechados.
Bienvenido.
Me temo que es así, Juan José. No estamos libres de atrocidades, y, a cada iniciativa que se pretende positiva le espera la cruz de los riesgos, las corruptelas, la avidez...Pero lo curioso es que no sé hasta qué punto la opinión está consolidada. Sin embargo, una aproximación a la misma es necesaria o simplemente es inercia. No sabríamos estar sin opinar, mas...¿lo hacemos por nosotros mismos? ¿Hasta qué punto estamos mediatizados?
ResponderEliminarPaciencia, mientras. Gracias por pasarte.