Catástrofes como la que se está produciendo en Japón estos días tienen un aspecto positivo con efectos generalizados: que nos pueden enseñar a todos los habitantes del planeta muchas cosas con más claridad. Bueno, hay otros aspectos positivos que merecerá la pena analizar: la conducta social, la organización y la respuesta comunitaria y solidaria entre los que están padeciendo la desgracia, los japoneses.
La globalización -a la que los mass media han contribuido indudablemente, aunque de modo dual y contradictorio- permite que ciertos asuntos o problemas puedan ser conocidos y sentidos en el mundo en tiempo record. Ciertamente, hablar de cómo se captan estas cuestiones en los diferentes países es desigual. Paradójicamente, en Occidente, donde hemos dispuesto de elementos de representación política e informativa, también nos hemos visto interferidos por un planteamiento ciego de sociedad consumista desenfrenada que no ha querido ver muchas veces más allá de sus narices. Por el contrario, hay grandes zonas del planeta donde las dictaduras políticas o la presión de la miseria impide a sus habitantes tener acceso y derecho a ser informados y decidir.
También tenemos el hándicap occidental de haber visto las cosas desde el ombligo de nuestros intereses. Ahora se lleva mucho culpar a los políticos que han gobernado. Pero las consiguientes sociedades han ratificado electoralmente las propuestas de los políticos y les hemos dejado hacer. No seamos hipócritas. Los mismos propietarios de la prensa y de las televisiones han hecho el doble juego: hacer que hacen información y ocultarla. Excepciones aparte, la prensa ha aportado algo más en el debate de los problemas. Pero las cadenas de televisión niegan prácticamente una información.
Porque informar no es seguir un esquema de noticia, con tantos intereses de por medio, sino aportar medios y elementos de análisis y debate. ¿Cuántos programas, serios, me refiero, no de tertulianos ultras y deslenguados, existen en las televisiones? Ya sabemos que estas empresas, entregadas a la publicidad de todas las marcas de productos habidas y por haber, no están por la labor de hacer valoraciones rigurosas de las cuestiones importantes del mundo, con gente competente y que aporte. Curiosamente, no son los políticos interesados los que más suelen aportar; se echa en falta científicos, ciudadanos informados y gente de organizaciones que trabajan los temas por el interés común.
La catástrofe -que se va confirmando como tal- de la central nuclear de Fukushima es un tema de primer orden de interés mundial. Aunque sólo sea porque hay nucleares por todo el planeta, principalmente en los países más desarrollados, el asunto debería ser tratado por los media con prioridad más severa, con elementos y dando voz a los ciudadanos, y no dejando solamente la pelota en las empresas eléctricas, las juntas de energía nuclear o en gobiernos que han venido concediendo a aquéllas.
La desinformación y la ocultación, por no decir la mentira, sobre las supuestas bondades de la energía nuclear como fuente de energía y consumo han sido la pauta permanente a lo largo de la no larga historia de la implantación nuclear para uso civil. Yo he llegado a ver a representantes de Iberdrola, por ejemplo, por colegios para explicar a los alumnos la bondad de una energía que es, ante todo, negocio. Y luego, alto riesgo. ¡Y pensar que la derecha rancia y reaccionaria critica ahora la asignatura de Educación para la Ciudadanía! Estamos, desgraciadamente en un sentido, ante un momento idóneo para desarrollar un debate generalizado sobre lo nuclear. Ahora bien, sabiendo que tendremos que abordar el modelo de crecimiento y de vida nuestra y de nuestros hijos, sin la cual no llegaremos jamás a poner el dedo en la llaga.
(He ilustrado la entrada con fotografías de T-Enami, uno de los más interesantes fotógrafos japoneses de finales del siglo XIX, que divulgó la técnica estereoscópica. En ellas se refleja una sociedad ya desaparecida, pero que se nos acerca a los occidentales con toda su riqueza cultural y su desbordante humanidad)
Como muy bien dices deberíamos de aprender de este desgraciado accidente para ver el posible riesgo que conlleva la energía nuclear, y que por mínimo que pudiera ser, ya es lo suficiente grave como para descartar tal tipo de energía.
ResponderEliminarSin embargo la derecha mediática ya ha empezado a lanzar sus obuses contra la izquierda "ecopacifista" y las tribus "ecoguerrileras y talibán" que sin duda aprovecharán este incidente para volver a la carga contra las centrales nucleares en busca del voto perdido por la crisis económica. "El Chernóbil de la demagogia ha estallado" decía desde Libertad Digital, José García Domínguez.
Si esto decía la prensa,los políticos no se quedaban atrás. Si son capaces de resistir un terremoto como éste, las centrales nucleares demuestran ser las más seguras y le energía más barata, decían tan campantes desde la dirección del PP.
Está visto que el proverbio de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, es muy aplicable a nuestra querida España.
Saludos, y un abrazo.
Marcel Coderch es una de las personas en Europa que más sabe de energía nuclear. Daros una vuelta por google y leed algunos artículos suyos, porque vale la pena. Ningún pronuclear es capaz de rebatir sus argumentos, repletos de rigor y de razón.
ResponderEliminar¡Salud!
Información manipulada, eso es peor que la falta de información, ya se sabe que las verdades a medias pueden ser bastante peor que las mentiras.
ResponderEliminarCarlos: corroboro tus impresiones y análisis al cien por cien. Matizaría incluso más en el caso del animal que tropieza dos veces, que en el español tiene su casuística. Aquí falta todavía mucha reflexión, mucha información, mucho diálogo y mucha exigencia a las autoridades (las de jure y las de facto) Mientras no profundicemos en la democracia y acabemos con viejos rictus de la vieja cultura de la vagancia mental, que nos incapacitan todavía lo suyo, andaremos siempre mermados
ResponderEliminarJones, claro que me he dado esa vuelta que propones. Ya he separado algunos artículos, de momento he leído una entrevista. Parece enterado y entendido. Ya era hora de poder escuchar argumentos y no solo propaganda.
ResponderEliminarGracias, eh.
Naturalmente, Trecce. Odié siempre las informaciones manipuladas que, en realidad, son deformaciones. Muchos intereses en los lobbies de la energía nuclear y de otros. Y con la FAES del PP detrás ni te cuento. Las verdades a medias que se toman como auténticas y completas no me sirven. Y estos días vamos a oír muchas barbaridades de bocas de catedráticos y profesores de altos rangos. En fin. Ojo.
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