hoy es siempre todavía

viernes, 10 de junio de 2011

La Redención

(Fotografía de Eugene Smith)


Una vez más, la cruz aparece como símbolo de justificación, de lavado de conciencia y de autoperdón. Mientras en la calle una multitud de simpatizantes del  movimiento 15M protestaban por la toma de posesión de las nuevas Cortes valencianas, dentro del edificio sus señorías se disponían a tomar posesión. Vieja terminología, incuestionada hoy merced al voto democrático. Mientras fuera eran sacudidos por la policía esos mismos  manifestantes, dentro esos mismos diputados en Cortes juraban servir a no se sabe bien qué, con nueve imputados por corrupción en los escaños del partido ganador, el PP. Mientras fuera se procedía a la cruz del castigo, dentro el nuevo presidente del parlamento regional, ferviente y orgulloso católico y de derechas, exhibía en su  mesa un crucifijo.


(Dibujo de De Bry sobre la conquista española en América)


¿Fe? ¿Testimonio? ¿Exhibicionismo? ¿Orgullo? Mi vecino me dice: simplemente chulería, Juan. Dejemos ahora de lado el tema de que parece que la derecha no se entera de que el Estado y los entes que lo componen es laico, y a los parlamentos hay que ir a lo que hay que ir: a legislar, a dialogar, a corregir y a enmendar. No a hacer ostentación de lo particular. Pero como supongo que hay algún fleco suelto, o varios, de los días en que se redactó la Constitución, no debe estar prohibido instalar su símbolo cristiano a los ojos de todos, sin respeto alguno a cuantos hay allí con las ideas y creencias que sean. Al menos eso leo en un periódico. Y voy ahí y lo pongo, porque sí, porque para eso soy el presidente, para dar ejemplo de tolerancia, libertad, orden y concierto, debe estar pensando la autoridad electa.


(Cuadro de Goya sobre los perseguidos de la Inquisición)

Los católicos han visto siempre en la Cruz el símbolo de la Redención por excelencia. Lo pongo en mayúsculas por ir a su terreno y entendernos mejor. Y para que no se quejen. Pero el símbolo de redención es en realidad un proceso terapéutico de la conciencia, de la mente y del mismo corpus ideológico de la Iglesia. Es cómodo conducir nuestros comportamientos y responsabilidades, por muy descarados, abyectos y graves que sean, hacia un símbolo en el que siempre encontraremos la absolución de nuestros actos. Y le acompañan todo un ritual y unas liturgias. Muy cómodo. ¿Comparten todos los cristianos esta visión autocomplaciente y de autolimpieza hasta las últimas consecuencias? Dejo la pregunta en el aire, porque la Historia ya se encargó de dar respuestas hace tiempo. En nombre de la Cruz se hicieron cruzadas sin salir del suelo patrio, persecuciones y quemas múltiples, eliminación de los heterodoxos, y lo dejo aquí por limitar su alcance. Los que esgrimían la Cruz  -salvo en casos particulares que tienen mi reconocimiento-  no condenaron ni combatieron las limpiezas étnicas, de ideología y de clase. La pregunta actualizada a la vista de las Cortes valencianas es: ¿qué tipo de limpieza pretende el presidente de ese parlamento? ¿Sólo busca simbolizar que él y los suyos están libres de mácula? ¿O es un signo de que una nueva limpieza sobre los otros va a ir llegando, si de él y los suyos dependiera?



Quiero concluir, por si alguien no entiende este breve y preocupado dictado, con un parrafito del Juan de Mairena auténtico:

“Porque no he dudado nunca de la dignidad del hombre, no es fácil que os enseñe a denigrar a vuestro prójimo. Tal es el principio inconmovible de nuestra moral. Nadie es más que nadie, como se dice por tierras de Castilla. Esto quiere decir, en primer término, que a nadie le es dado aventajarse a todos sino en circunstancias muy limitadas de lugar y de tiempo, porque a todo hay quien gane, y en segundo lugar, que por mucho que valga un hombre, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre. Fieles a este principio, hemos andado los españoles por el mundo sin hacer mal papel. Digan lo que digan.” ¿Sabrán los prepotentes vencedores en los comicios valencianos de qué hablaba Machado? Tal vez textos así les conduzca a un mayor pudor. Ahí empieza la verdadera corrección de uno mismo.



12 comentarios:

  1. Únicamente me referiré a la cruz, todo lo demás no muestra nada opinable (la brutalidad siempre es eso brutalidad).
    Como estoy lejos, y mi querido amigo muchas veces hay que tomar distancia para apreciar mejor; veo que debajo de la cruz, yace, muerta de muerte la verguenza.
    Es intangible, invisible, solo sabemos de ella cuando un rubor inevitable nos pinta la cara, o quizá cuando un temblequeo de las piernas nos pone en la duda si es verguenza o ansiedad y porqué no a veces, sentimos una presión entre cintura y muslos como si los calzoncillos fueran de menor talle al que usamos.
    Estos tipos (y solo me refiero a los corruptos) han matado, y sin velarle, han enterrado la verguenza.
    Ya es en vano preocuparse por recuperarles.
    Ayer en la 1ra. de TVE había unos periodistas, me avergoncé nada más como testigo de lo que oía, de una mujer que fundamentaba el apaleamiento, el magno acto de posesión y la p.q.l.p
    No te imaginas mi querido amigo, el dolor cruento y en carne viva que siento, más ahora con el plan Euro Plus que viene de rebaja de salarios a nivel público y de acuerdos por empresa (y no interlaboral), os recomiendo tener el corazón tan caliente como fría la cabeza para enfrentar otro envíon antipopular.
    Mi más absoluto compromiso solidario

    ResponderEliminar
  2. Oriental, amigo. Un estimado compañero de fatigas me decía el otro día que hoy se carecía de vergüenza; yo le decía que de algo más elemental, de pudor. Si se matan estos instintos primigenios se mata algo ético y estético. Así que luego no nos sorprendamos de las conductas cutres, insolidarias y de invasión impune de los territorios ajenos.

    Cuando esa falta de vergüenza se acomete desde gentes que tienen poder, malversando fondos públicos, el asunto es delictivo. Mala cosa para una democracia. Peor si no se toman medidas.

    Pero ya sabes. Algunos recurren al ego te absolvo.

    Buena noche.

    ResponderEliminar
  3. Menos mal que ha salido en la tele lo que vengo denunciando desde hace tiempo. Ya sabéis, pues, lo que estamos padeciendo en esta Comunidad.
    Lo del crucifijo, nada de extrañar de alguien de la alta cúpula del Opus. Lo de las palizas, ya estamos viendo en TV, primero en Cataluña y luego aquí, como se las gastan los neo-dictadores que tenemos de gobernantes. Y lo que no sabéis es que después se realizó un ágape para sus señorías valorado en 18.000 euros. Toda una burla a los ciudadanos valencianos que tenemos que sufrir una subida brutal de impuestos porque la Generalitat y la mayoría de Ayuntamientos están en quiebra técnica. Concretamente el mío, cada ciudadano, y somos más de 30.000, debemos más de 1.000 euros por la deuda que dejó el Sr. Alarte en sus 10 años de alcalde. Por eso no ha hecho una oposición firme a los corruptos, aunque lo ha tenido a huevo, y por eso el batacazo del PSOE en la Comunidad Valenciana.
    Espero que el espíritu del 15M haya empezado a calar y que este otoño sea calentito, calentito en cuanto a movilizaciones, ya que todos estamos ya hartos de esta pantomima que llaman democracia.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Muy de acuerdo en casi todo, de acuerdo en lo demás, pero, perdona que considere demasiado ingenuo el final: "Tal vez textos así les conduzca a un mayor pudor."

    Te seguiré visitando.

    ResponderEliminar
  5. Y después del crucifijo, vendrán mas imposiciones, porque se lo están poniendo en bandeja, cuanto mas corruptos mas votos, luego tenemos lo que nos merecemos. El electorado de derechas premia la corrupción. Saludos

    ResponderEliminar
  6. Creo que fué Jesús quien dijo: "Es mas difícil que un rico entre en el reino de los cielos que un camello pase por el ojo de una aguja"
    "A Dios lo que es de Dios y al cesar lo que es del César"
    "Quita la viga de tu ojo antes de quitar la brizna de paja en el ajeno"
    No sé como en tiempos de Franco nos dejaron leer estas cosas.
    Por eso hubo un tiempo en que la Iglesia hacía las misas en latín y pedía que la Declaración Universal de los Derechos Humanos se aprendiera en inglés.
    Si Jesucristo volviera al mundo la Iglesia volvería a crucificarlo y esta vez lo enterrarían bocabajo por si se le ocurre resucitar.
    Al fin y al cabo la derecha es a la democracia lo que la hipocresía es al evangelio.

    ResponderEliminar
  7. CMG, siempre me gustan tus informaciones, y yo también que espere a calar algo diferente y con claridades, por supuesto. A ver si la izquierda tradicional se renueva y replantea. Pero el proceso va a ser largo...La democracia hay que redescubrirla, no renunciar jamás a ella, hay que ahondar en sus propiedades y posibilidades cívicas. Hay gente que siempre ha hablado con ironía cuando no con rechazo de la Democracia. Mi opinión es que la Derecha patrimonialista no cree en ella. Utilizará su nombre, pero la descafeinará al máximo. Es una tónica que sucede en más países, pero todo depende de la sociedad.

    Buena noche.

    ResponderEliminar
  8. eMi, acepto mi ingenuidad, pero deseo de verdad que se recupere el pudor y la vergüenza. De lo contrario sospecho que la ética se diluirá del todo.

    Bienvenida y gracias por opinar abiertamente.

    ResponderEliminar
  9. Isabel, es un tema que toca mi fibra más sensible. No quisiera, no, que fuera como dices. Pero los hijos de las tinieblas, que diría el otro, los de la sotana y su pontificado, están agazapados para colocar sus peones permanentemente. Nunca han aceptado la libertad del hombre ni la laicidad como manifestación de ella en los tiempos modernos.

    Veremos. Resistamos y evitemos. Hay argumentos.

    ResponderEliminar
  10. Camino, lo que citas se sintetiza en: la doble moral del cristianismo. Mi reconocimiento, por otra parte, a quienes dentro de esa religión se rigen por una e inequívoca moral que enlace con los mismos valores civiles y laicos herederos de la Ilustración y de 1789. Ahí nos encontraremos.

    ¿El Evangelio? Un texto que sirve para todo y para todos. Hay que reconocer que el sincretismo cristiano, pasado por el protestantismo calvinista y comercial, se ha adaptado muy bien a los tiempos. Permite servir siempre a dos señores.

    De acuerdo en tu visión sobre el mito cristiano: siguiendo sus premisas, en cada hombre que han hecho sufrir, ya fuera propio o pagano, han vuelto a matar a su Dios. Pero esto la Iglesia no te lo reconocerá jamás. Insisto en que siguiendo sus propias premisas, planteamientos y doctrina.

    Sin solución.

    ResponderEliminar
  11. Desde siempre, el pobre ermitaño, el misionero que convivía con los nativos y sus penalidades, el auténtico creyente en definitiva, llevaba (cuando la llevaba) una modesta cruz de madera, sencilla y sin adornos y cuanto más se asciende en la escala social, más complicada se hace la cruz, porque se deja de servirla a ella y a lo que, en origen, representa, para servir a don dinero.
    Ya lo dicen las escrituras: Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro.
    Y está claro a qué señor sirven los de la cruz emperifollada.

    ResponderEliminar
  12. Trecce, ratifico tu opinión. El tema hiere, ¿verdad? Mira por dónde, hoy me ha dado por tratar otro tema referente a la misma organización o empresa, como prefieras denominarla. Tiene que ver con la casilla en la declaración de la renta y su extorsión al Estado.

    Aunque no estoy muy seguro de que antes de Constantino los seguidores de aquellas ideas fueran precisamente perseguidores de justicia, lo cierto es que con Constantino el golpe de mano y de timón estaba dado. La alianza de la organización con la cultura y el poder romanos abrieron una nueva etapa en la historia de la Humanidad. Y consolidaron a la secta cristiana con una influencia impensable de no haber habido esa connivencia con el Imperio.

    Aunque es probable que al precio de traicionar las ideas y la ética del supuesto y mítico profeta de Belén.

    ResponderEliminar