hoy es siempre todavía

viernes, 15 de julio de 2011

El arte (infame) de la mentira política


Aunque viene de la firma de Jonathan Swift, sí, el mismo autor de Los viajes de Gulliver, parece que el texto resulta ser de su amigo John Arbuthnot, con el que colaboraba en la elaboración de libelos y otras letras. El caso es que allá hacia 1710 apareció en el periódico inglés The Examiner (los ingleses, siempre tan a la vanguardia de la expresión) un artículo vinculado a un proyecto de ensayo titulado El arte de la mentira política. En el mismo leo lo siguiente:

“Alguna vez he pensado que si un hombre tuviera el arte de la clarividencia para ver las mentiras, al igual que en Escocia saben ver espíritus, sin duda se divertiría sobremanera en esta ciudad, observando los distintos tamaños, formas y colores de esos enjambres de mentiras que zumban alrededor de las cabezas de algunos, como hacen las moscas en torno a las orejas del caballo durante el verano. U observando esas legiones flotantes que pululan, tantas como para oscurecer el aire, cada tarde en los corrillos de la Bolsa; o también esos clubes de descontentos prohombres, de donde salen para ser esparcidos en tiempos de elecciones cargamentos enteros de mentiras.”



Bastante ilustrativo el párrafo como para no ver enseguida paralelismos con nuestra sociedad o cualquier otra de este tiempo. Que la práctica de la mentira en política es muy antigua no le cabe duda a nadie. Siempre se ha utilizado la mentira para influir, condicionar, desvalorizar y conducir a la opinión pública por unos derroteros muy interesados, aunque se fuera al precipicio. Lo vimos de manera estruendosa y patética, pero con un costo elevado de sangre ajena, cuando Bush, Blair y el segundón Aznar se inventaron lo de las armas de destrucción masiva. Un ejemplo, y hay miles en la Historia. No sé quién tuvo la gracia o la desfachatez de elevar la mentira a categoría de arte, supongo que meramente verbal, pero al igual que la verdad es la verdad lo diga Agamenón o su porquero, la mentira también es la mentira la ejercite quien la ejercite.




No sé tampoco si la mentira política fue excepcionalidad en otros tiempos, pero que ahora mismo vive instalada entre nosotros de manera tan permanente que nos cuesta creer a tirios y troyanos es un hecho lamentable. Lo abominable de la mentira es que trae consigo otros males: el desentendimiento (¿estaremos unos y otros hablando de lo mismo y habitando el mismo territorio?), la desviación de los problemas serios (¿por qué no se quieren solucionar los problemas yendo a la raíz y con actitud de frente común?), la ausencia de conciencia colectiva de pertenencia a un mismo espacio físico y social (¿por qué la derecha española no da nunca su brazo a torcer en su concepción patrimonialista de esa España con la que se llenan de baba la boca?), el distanciamiento social (no ya entre clases, que lo ha habido siempre, sino en el interior de la clase trabajadora, que aparece menos compacta que nunca), el descreimiento (¿no se estará incubando una desconfianza colectiva, no ya sólo hacia los profesionales de la política, que generará repulsión, incomprensión, envidias e incluso odios?) 



En España, por presión de las circunstancias de apariencia democrática, vivimos en una permanente situación preelectoral. Unos la fomentan, porque les interesa crear un permanente desconcierto y caos, y otros son llevados al charco de los anteriores porque no dan más de sí en su incapacidad de meterse en camisa de once varas al gestionar un neocapitalismo que no tiene arreglo. Así que si éramos pocos, parió la abuela. Y apenas hemos terminado de pasar unas elecciones para vernos abocados seguramente en unos meses a otras. Y de nuevo se dejará oír el altavoz de las promesas incumplidas y el de las promesas que no podrán cumplirse. Unos tratarán de convencernos de que se hará lo que ni se ha hecho en ocho años ni lleva visos de poder hacerse, por las buenas, en una próxima legislatura. Otros se venderán, y ya lo vienen haciendo desde hace rato, como salvadores de todo lo salvable e insalvable. Y con el agravante de que ninguno de ellos se creen lo que dicen. Con ese planteamiento, ¿cabe esperar verdades, siquiera mínimas? Lo que no sé si se dan cuenta es que digan lo que digan sonará a estentóreo, falso e increíble. Y, por otra parte, a uno le cuesta ya fiarse hasta de la ciudadanía. Dos Españas nos mostrarán una vez más sus fauces. Aviados estamos.




(Las fotografías son obra del fotógrafo estadounidense Rodney Smith)


8 comentarios:

  1. La cita que muestras es realmente estupenda. Prueba fehaciente del quehacer político durante prácticamente toda la historia de la humanidad. Cuando el hombre se dio cuenta que engañar a sus semejantes para conseguir sus fines le daba poder, se aferró a esa práctica que, en política más que en ninguna otra actividad, es el deporte favorito de unos y otros (más de otros que de unos).

    Tu artículo está repleto de verdades y me ha parecido espléndido. Las fotografías, una maravilla.

    Saludos.

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  2. En algún momento de la historia el concepto de política como "el arte de lo posible" -apuntando a los valores que generan la buena diplomacia para propiciar el entendimiento y achicar las diferencias de apreciaciones- trastocó su esencia para volverse sinónimo de "mentira, desfachatez y arribismo", una especie de catapulta para lanzarse de inmediato y sin que sea necesario una adecuada formación al campo de quienes disputan el poder sin que la coherencia y los postulados éticos guíen sus acciones. Se ha vapuleado tanto el concepto que hoy resulta ser una ocupación que casi exclusivamente es ejercida por los más inescrupulosos. Lamentable.

    Un abrazo.

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  3. ¿Mentiras?
    Pues te diré una de gran envergadura:
    ¡jamás mentí!!
    ...........
    Dicho eso, prueba que la mentira también es un bien sujeto a la moral,
    ya que puedes mentirle a un niño sobre que eres el padre (y es un niño adoptado sin edad suficiente para entender) o puedes mentirle a los ciudadanos siendo su gobernante apoyado en cifras manipuladas, informes corruptos, etc.
    ............
    La moral amigo, si bien no es una parte tangible de nosotros, es lo que está en crisis.
    En consecuencia, algunos los detractores de los políticos corruptos, de los tránsfugas, de los malversadores...lo hacen nada más porque ellos no recibieron la tajada.
    En cambio, un buen hombre o una buena mujer, de moral transida de honestidad y solidaridad, son detractores de las mismas lacras, pero lo hacen nada más por el bien común (incluyendo a los oportunistas) pues son gente desinteresada en eso de arrimar el agua a su propio molino.
    .............
    El brete en el que nos hemos metido, por el tiempo histórico en que vivimos, es la decadencia del imperialismo. Éste ensayó ante la anterior crisis, la globalización...no obstante, aún cuando les trajo un recapítulo de su poderío, trajo conocimiento a las cabezas de los pueblos, la información les ha causado un problema insoluble, por cuanto los pueblos inmediatamente de ser engañados...'descubren' las mentiras (caso armas de destrucción masiva) y pese a los costos de ese descubrimiento, ya comienzan a perder incautos que les apoyaban.
    Esperemos al 2 de agosto y el posible default norteamericano, puede ser un gran día.
    Un fuerte abrazo oriental

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  4. Marisa. Si arte en este caso quiere decir artificio, podría aceptarlo (a regañadientes, pero aceptarlo) Pero que se diga arte a la conducta maniquea, tramposa y manipuladora...es despreciar el Arte.

    Abrazos.

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  5. NeoG. Tienes tanta razón. Pero claro, dos no riñen si uno no quiere. Y el pueblo, la sociedad o la masa, como quieras denominar al ente colectivo, parece no tener excesiva queja al respecto. Que un sector haya expresado a través de las manifestaciones del 15M sus desacuerdos y críticas no quiere decir que sea la mayoría. Ahí tienes la inquebrantable y fiel base social de la derecha española. Parece que menos que a nadie le importa a esa base que haya una ética vinculada a la política. Triste. Lo lamentaremos.

    Sin embargo, hay gente que hace política sin ruido, sin profesionalismo, sin cobrar, sin mentir...pero cunde poco, por lo que se ve. De todos modos, doy fe de ello.

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  6. Omar. De lo que deduzco que los mecanismos de participación democrática escasean, están obsoletos o controlados por los profesionales que mienten. Ergo, por el sistema.

    Hombre, curiosamente, estoy excitado y siguiendo ese filo del defaut que puede producirse. Pero, ¿qué habrá tras él?

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  7. Grande escritor falando um linguajar facil e claro que me agrada em muito, graças que ainda temos alguem escrevendo como tu
    Poeta-Orides Siqueira
    www.oridespoeta.blogspot.com

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  8. Gracias, Orides, por pasar. Me pongo en breve a conocer tu blog.

    Un abrazo.

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